Ronda

Paco Ojeda: «A lo mejor el año que viene puedo dar una sorpresa y torear a pie»

El flamante Premio Nacional de Tauromaquia volverá a los ruedos en Ronda tras superar un tumor en la médula

Paco Ojeda, en la presentación del cartel de Ronda
Paco Ojeda, en la presentación del cartel de Rondalarazon

Nombrar a Paco Ojeda es nombrar la revolución. Del toreo, claro. La estética quietud de su toreo convulsionó la Tauromaquia hasta convertirse en un modelo mil y una veces clonado por la mayor parte del escalafón actual. Tras esquivar los alargados tentáculos de un traicionero tumor en la médula, 2013 es el año de Paco Ojeda. Primero, en los últimos coletazos del invierno, llegó el Premio Nacional de Tauromaquia; luego, ya metidos en verano, saltó el notición. Regresa a los ruedos en Ronda y otro paseíllo más a caballo en Nimes para dar la alternativa a Léa Vicens. A los 57 años, Ojeda está de vuelta.

-¿Cómo va la preparación?

-Pues estamos en ello. Los entrenamientos están siendo duros y hay de todo un poco. Días buenos y no tan buenos. La lesión ha sido complicada. La pierna izquierda no está como antes, hay algunas secuelas y me está dando guerra: aún me cuesta acoplarme al caballo, al estribo, a las monturas...

-¿Es más dura la puesta a punto física o la mental?

-La física. Concienciado, estoy más que seguro de lo que tengo entre manos. Ahora estoy intentando remontar para coger el ritmo adecuado, porque cuesta después de tanto tiempo parado. Pero, ahí está la lucha, cuando uno vuelve lo que siempre quiere es regresar exactamente al mismo nivel que cuando se fue... Ése es mi verdadero objetivo.

-¿Estrenará nueva cuadra?

-Sí, todavía estamos probando caballos. Son monturas nuevas que hay que probar, otro obstáculo más que solventar, porque no se van a poner delante de un novillo, ni van a salir a una plaza de tientas... Además, el que voy a llevar al lado -por Diego Ventura-, no da puntada sin hilo... Te deja poco margen para pruebas. Aún no sé cuáles elegiremos, una cuadra es como un equipo de fútbol: hasta última hora la alineación está abierta a cambios.

-¿De qué caballo debe estar pendiente el aficionado?

-Tengo mucha fe puesta en «Rondeño», lo bautizamos así, porque se estrenó delante de la cara del toro en esa Maestranza el día que presentamos el cartel de la Feria de Pedro Romero. Si sale puede sorprender, igual que «Tango», otro caballo que me gusta mucho.

-¿Por qué Ronda para este regreso?

-Porque es un escenario histórico, con recuerdos taurinos por los cuatro costados. Además, ha sido muy importante en mi carrera. Es un escenario que tiene algo especial.

-Haber vencido a esa enfermedad tan complicada, ¿le animó aún más a intentar este regreso?

-Por supuesto. Cuando te ves entre la espada y la pared te das cuenta de verdad, lo que dicen, que vida sólo hay una. He rebasado una situación muy comprometida y ahora quiero disfrutar, sin pensar más, saborear todo lo que pueda. El espíritu de superación, el no rendirse ante la adversidad, es lo que me ha devuelto la ilusión por lo más me gusta, que es torear.

-El toro como vía de escape. ¿Llegó a pensar en la muerte esos meses?

-Sí, me pusieron ante la muerte. No pintaba nada bien, luego me dieron dos opciones: una silla de ruedas o andar con dificultad. Habiendo pasado por todo lo que viví, ponerme ahora delante de un toro es lo de menos. Ya digo que lo que más deseo es disfrutar y sentir a la afición cerca de mí.

-En septiembre, dará la alternativa a Léa Vicens en Nimes. Un segundo reto.

-Enseguida. Uno detrás de otro. Otro escenario legendario, con mucho encanto, en el que espero ser capaz de divertir al público, que es por lo que el profesional siempre va mirando. Me apetece mucho dar la alternativa a una luchadora como Léa, es una rejoneadora fenomenal y si sigue trabajando con este empeño va a ser una de las más grandes que ha dado el toreo a caballo.

-Además, con Ángel Peralta como padrino simbólico.

-Es la gota que colma el vaso para que a ese cartel no le falte de nada. Será precioso. Hay que dar la enhorabuena a los responsables, porque se ha cerrado un espectáculo con mucho atractivo.

-Dicen que no hay dos sin tres. ¿Habrá más fechas?

-De momento quiero hacer estas dos. Me han ofrecido más, pero sin correr demasiado. Como el refrán que tú dices, pudiera haber una tercera si las cosas salen bien, pero no tengo prisa por sumar fechas... A estas alturas no voy a echar 40 corridas de toros. Busco algo puntual, seleccionado y bien escogido.

-Y a pie, ¿habrá también vuelta vestido de luces?

-En el campo ya me probado, no lo he ocultado, es otra barrera que superar. Lucho por convencerme de que esa pierna izquierda, aunque no esté al cien por cien, es capaz de funcionar. Quién sabe, a lo mejor el año que viene puedo dar una sorpresa en algún sitio bonito como los de este año y me bajo del caballo para torear.

-Pasan los años, pero su toreo sigue siendo un modelo para decenas de toreros.

-Pues... así es. No tengo por qué negarlo. No hay vanidad en esa afirmación. Mi toreo ha servido como patrón para muchos y continúa siéndolo, son los detalles que cargan de orgullo a uno. Ha habido varios cambios de reglamento, de generación... pero mi toreo sigue contando.

-La gente se quedó con esa manera de estar ante el toro, esa escasez de movimientos.

-Sí, quedarse quieto no es fácil evidentemente, pero el matador lo que debe, ante todo, es sorprender. Y lo bonito que es cuando un torero tira la moneda al aire y se mete entre los pitones sin saber por dónde va a ir cada embestida. Así de directo, sin enredarse, déjeme de pases y más tandas de preparación. Esa apuesta es de chapó.

-¿Cómo ha evolucionado el toreo actual con respecto de su época?

-Vaya por delante que ahora hay una baraja amplia de muy buenos toreros, te guste lo que te guste. No entiendo por qué no tienen ese «tironcito» de las figuras de época, se echa en falta. La perfección actual me parece indiscutible, evitando caer en lo mecanizado, cuidado con la postura y la ejecución con la que se torea ahora... Cualquiera pega 30 muletazos por cada lado como si nada. Son épocas, igual que tampoco se puede comparar mi época con 40 años atrás, ni nuestros días con dentro de 20 años... Lo mismo, entonces, el cielo nos manda otro innovador y todo esto nos parece anticuado.

-¿Y qué cambiaría?

-Más que cambiar, recuperaría ciertos aspectos. Por ejemplo, el misticismo que toda la vida ha rodeado al torero. Ahora mismo, en parte por las redes sociales, se está perdiendo la intimidad que rodeaba a los toreros. ¿Qué interés voy a tener en ir a ver a un torero a la plaza si ya me lo ha contado todo por Twitter o en su web? Me parece adecuado abrir el campo o ofrecer algo puntual y de interés... Pero, el aficionado paga por ver algo que no tiene a su alcance, si le das ya todo antes de llegar a la plaza...

-Palabra del Premio Nacional de Tauromaquia 2013.

-Es la guinda perfecta a mi trayectoria... Poco más puede quedar por venir después de este galardón. ¿Merecido? La vida es tan justa como injusta, igual que ahora me ha tocado a mí, hay otro buen puñado de toreros que podrían recibirlo y aún no les ha tocado.