Bilbao

Triunfos baldíos a las puertas del paraíso

Importante tarde de Jandilla con tres espectaculares toros; El Cid y Garrido cortan una oreja cada uno en las Corridas Generales

Derechazo de rodillas de José Garrido a su primer toro en la plaza de toros de Vista Alegre
Derechazo de rodillas de José Garrido a su primer toro en la plaza de toros de Vista Alegrelarazon

Importante tarde de Jandilla con tres espectaculares toros; El Cid y Garrido cortan una oreja cada uno en las Corridas Generales

Bilbao. Cuarta de las Corridas Generales. Se lidiaron toros de Jandilla, bien presentados y de espectacular juego. El 1º, de buen juego y mucha clase; el 2º, renqueante y protestón por la falta de casta; el 3º, encastado, con mucha movilidad pero sin entrega; el 4º, grandioso toro, fijeza, transmisión, largura en el viaje, premiado con la vuelta al ruedo; el 5º, buen toro, de larga embestida y fijeza; y el 6º, de buen aire, pero muy a menos, se para y desluce. Menos de media entrada.

Juan José Padilla, de burdeos y oro, buena estocada, dos pinchazos (saludos); y metisaca en los bajos, estocada trasera y caída, aviso (vuelta al ruedo).

Manuel Jesús «El Cid», de azul marino y oro, estocada (silencio); y estocada contraria, aviso (oreja).

José Garrido, de rosa y oro, estocada (oreja); y estocada (silencio).

Ocho años hacía de la gesta de El Cid con la corrida de Victorino en este mismo lugar; tan sólo uno del hito de José Garrido en esa matinal siendo todavía novillero. Volvió a Bilbao. Y se acordaron, que ya es mucho decir para la terca memoria de estos tiempos. Y a la memoria colectiva fueron a parar tres ejemplares de Jandilla, "Hierbabuena", "Ferretero"y "Engorroso", para más señas. Un canto a esa bravura que resucita en el éxtasis del toreo, de haberlo, que eso es otro cantar. Tan duro e ingrato como esas tardes de toros desrazados que echan por tierra el futuro. Hoy lo tuvimos entre las manos, en ese deleite de poder disfrutar de la inmensidad del toro, eje de las emociones y de los tormentos, perplejos ante la abundancia de bravura y calidad de la corrida de Jandilla. Una disputa de cada toro por ser el mejor, sin mirar al frente, sin debate interno, sin cuestionar su suerte, que ésta camina en todas las direcciones. Fue "Ferretero", el cuarto toro de la tarde, el que logró la conquista definitiva con una vuelta al ruedo póstuma. Cogía así el camino al paraíso con una despedida demasiado terrenal. A los bajos se le fue la espada a Padilla en el primer encuentro con el acero y remendó al siguiente envite. Sólo merecía el toro cosas buenas, las que había regalado antes, qué dicha. Trepaba la embestida de "Ferretero"ya en el inicio de faena de Padilla. Era de rodillas, saben esa imagen de toro que viaja por demás, que lo hace con la embestida purificada y la bravura íntegra para el ritual. Así iba, así lo cantaba. Lo hizo en el comienzo y después, cuando ya en la vertical Juan José siguió con un recital de muletazos por ambos lados. Aquí, allá, en el infinito, del derecho y del revés. Ese pedazo toro. Del final ya les conté. Bien por Matías que lo supo ver y aunque la faena de Padilla no logró el triunfo sí se le reconoció al animal. Fin último de esta Fiesta de locos. Dos de dos se llevó el gaditano ayer. "Hierbabuena"fue su primero. Un Jandilla con una calidad extraordinaria para olvidarse del cuerpo, de haberlo cuando uno entra en ese acotado paraíso de entrega con billete de pérdida. La faena fue abultada y las emociones contadas. Dos toros. Cuatro orejas.

Pero no quedó ahí. "Engorroso"hizo que nos acostumbráramos a lo bueno. Fue el quinto, tan claro, con tanta fijeza, con una embestida franca, boyante y abriéndose una barbaridad en los vuelos de la muleta de El Cid, que se encontró de nuevo, espejo enfrentado con el pasado, en el toreo al natural y por momentos. La estocada cayó contraria y el premio vino después. Toro de dos también. Una se llevó. Pura matemática. Nada pudo hacer con un segundo renqueante y que protestaba por falta de casta.

José Garrido sudó la ovación y su regreso a Bilbao con un tercero que tuvo todo de carbón, de movilidad, violencia y un derrote seco en el momento más inesperado. El duelo ahí abajo era apto sólo para los muy valientes. Tragó Garrido y quiso aunque no fuera fácil, aunque en ocasiones el toro le pasara por encima. Sinergías abrumadoras y complejas para poner en orden. Cuando al toro se le fue la movilidad, quedó el derrote, y ahí Garrido se vino arriba para tirar de valor y pasarle el trago. El sexto era un jabonero espectacular a la vista. Y desarrolló buen aire en los primeros compases de faena, cuando Garrido le esperó en el centro con estatuarios. Pero como si le apretaran una tecla se vacío. Nada quedó a la media vuelta de la faena. Querer quiso Garrido, y querrá. Condiciones tiene. Sorteo cruzado en la mañana. Ganadero, enhorabuena, tres de los suyos descansan ya en el altar de los toros bravos. Esos que mantienen vivos la memoria colectiva.

El cartel de hoy

Toros de Juan Pedro Domecq para Enrique Ponce, Morante de la Puebla y Manzanares