Sevilla

Valentín Luján: «Estar tumbado en la cama no va conmigo»

El banderillero ha recibido hoy el alta hospitalaria de su percance en el campo la semana pasada

Niño de Leganés, cogido tras clavar un par de banderillas
Niño de Leganés, cogido tras clavar un par de banderillaslarazon

«Torear es lo que sé hacer y lo que quiero; estar tumbado en la cama no va conmigo», asegura Valentín Luján horas después de haber abandonado el Hospital de Badajoz. El banderillero debe guardar reposo tras el grave percance que sufrió en el campo el pasado 2 de abril, en la finca de su matador Alejandro Talavante. Cinco costillas rotas y un edema pulmonar fueron el resultado de la tremenda cogida. El torero intentaba cerrar al toro pero se resbaló y el ejemplar lo empujó contra las tablas. Una fuerte paliza.

Sin embargo, Luján asegura que está «con muchos dolores, pero algo mejor, ya descanso algo más por las noches». La recuperación será lenta, pues «el tema de las costillas no tiene otra solución que el reposo». Por otra parte, deberá someterse el próximo 30 de abril a un «electromiograma para ver cómo están los nervios del brazo», parte del cuerpo de la que también se resiente.

Todo un proceso que el subalterno debe superar para, si es posible, «poder estar en Jerez, cuyo compromiso es dentro de un mes». Sin embargo, si es así, deberá ser «con todas las facultades, delante del toro no puedes estar a medias», reflexiona Luján.

Por otra parte, Luis García «Niño de Leganés», banderillero de El Juli, recibió el alta el pasado martes y se recupera en su domicilio de Badajoz de las dos cornadas que el Domingo de Resurrección en Sevilla le propinó el mismo toro que colaboró con su matador para salir por la Puerta del Príncipe, algo que le da «fuerza y ánimo» para seguir recuperándose.

El torero de plata sigue con muchos dolores al bajarle la medicación: «En el hospital estaba con parches de morfina, pero en casa debo soportar los dolores». Además, es alérgico a los antiinflamatorios, algo que «agravó muchísimo más el percance».

Tras una cornada, en «diez o quince días uno se recupera», pero si las heridas afectan «a algo más importante, el asunto se complica». De momento, Niño de Leganés sigue sin poder estar «más de diez minutos de pie». Además, sigue sin sensibilidad desde debajo de la rodilla hasta el pie». Los médicos le comentaron que «con rehabilitación se irá regenerando», pero ese aspecto es lo que más le preocupa de la lesión.

«Este tipo de percances te dan tiempo para pensar en muchísimas cosas, pero la que más se pasa por la cabeza es la de ponerse delante y, cuanto antes, mejor», afirma el torero. Por el momento, el siguiente paso es «que se curen las heridas» y en diez días someterse a una prueba del nervio ciático «para ver hasta qué punto está afectado».