Finanzas

Fondos de inversión, los dueños del mundo

Gestionan ya un tercio de los activos financieros mundiales y controlan cada vez más áreas esenciales, como vivienda, transporte, energía o agua

Larry Fink, ceo y presidente de BlackRock, ha visitado recientemente España
Larry Fink, ceo y presidente de BlackRock, ha visitado recientemente EspañaSandra Poveda

Brett Christophers se define a sí mismo como un geógrafo interesado en varios aspectos del capitalismo occidental. Las investigaciones del profesor del Departamento de Geografía Social y Económica de la Universidad de Upssala, en Suecia, abarcan diversas áreas del sistema económico imperante en la mayoría de los países desarrollados y de las democracias liberales. En su libro «Rentier Capitalism. Who Owns the Economy, and How Pays for it» (Verso Book, 2020), describe muy bien este modelo, en el que la propiedad de activos escasos, como la tierra, la propiedad intelectual, los recursos naturales o las plataformas digitales han ido pasando a manos de unas pocas empresas e individuos increíblemente ricos, a los que el autor denomina «rentistas», y cuya característica principal es que persiguen que los activos que poseen generen los máximos ingresos.

Recientemente, el profesor ha completado su estudio con la publicación de un nuevo texto «Our Lives in Their Portfolios. Why Asset Managers Own The World» (Verso Book, 2023), obra en la que profundiza en quiénes son estos propietarios, así como en la transformación que han experimentado en los últimos años. En este sentido, recoge que los bancos, propietarios por excelencia a lo largo de décadas, han cedido el protagonismo a otros actores, los administradores de activos, es decir, a megagestoras y megafondos, que se han convertido, a día de hoy, en los verdaderos dueños del mundo.

Agua y comida

Así, el control del sistema financiero y, en consecuencia, de buena parte de la economía real lo ejerce desde hace años una compleja red interconectada de fondos que, tal y como indica Christophers en su libro, ya no solo poseen activos financieros, sino que, son los dueños de las casas donde vivimos, las carreteras por las que conducimos, las tuberías que abastecen nuestra agua potable, la tierra de cultivo que proporciona nuestra comida o los sistemas de energía para electricidad y calor.

Como propietarios de más y más componentes básicos de la vida cotidiana, estos administradores dan forma a la vida de todos y cada uno de nosotros de, algo que, en palabras de Christophers, resulta «inquietante».

Estos administradores, añade el autor, son, además, muy diferentes a, por ejemplo, los propietarios tradicionales de vivienda y otras infraestructuras esenciales. Su modelo y su forma de operar está fundamentado en comprar y vender activos a un ritmo vertiginoso, ya que su operativa se centra no en mantener inversiones a largo plazo y la custodia cuidadosa de las mismas, sino en obtener ganancias rápidas no solo para ellos, sino también para los inversores que los respaldan.

El expertos también advierte de que estos administradores de activos se pueden convertir en los «villanos» en el caso de que se desencadene un nuevo trauma económico mundial, tomando de esta manera el testigo de los grandes bancos, responsables del shock financiero de 2008, al mismo tiempo que alerta de las consecuencias «perturbadoras» que una crisis financiera podría tener sobre nuestras vidas, las cuales, a día de hoy, están altamente «financiarizadas».

Crecimiento espectacular

El origen de estas empresas financieras se remonta a la década de los setenta del siglo pasado en Estados Unidos. En principio, se crearon para contribuir a hacer crecer los negocios mediante créditos a que se intercambiaban por acciones. Poco a poco, este tipo de financiación se popularizó y fue creciendo hasta tal punto que, a finales de 2021, los intermediarios financieros no bancarios, de los que los fondos de inversión son una parte esencial, gestionaban prácticamente el 50% de los activos financieros mundiales.

¿Qué ha provocado esta fuerte expansión? A raíz de la crisis que arrancó con la quiebra de Lehman Brothers, estos administradores de activos de naturaleza no bancaria pudieron hacer negocios que las entidades financieras tradicionales, más reguladas, no podían materializar.

Asimismo, la política de expansión monetaria por parte de la Reserva Federal, primero, y del Banco Central Europeo, después, inundó de liquidez el mercado, lo que fue aprovechado por estas corporaciones. De esta forma, los actores de capital privado pudieron abrir su abanico y realizaron inversiones en otras áreas de actividad, como los servicios públicos, transporte, energía o en tierras de cultivo. Su alcance e influencia ha llegado hasta tal punto que, a día de hoy, se han convertido también en asesores de instituciones tan importantes como la Reserva Federal de los Estados Unidos y toman parte en la mayoría de las decisiones sobre la economía global.

Y como muestra de este poder, un botón. El patrimonio bajo gestión de las 500 mayores gestoras del mundo superó en 2022 los 131 billones de dólares, lo que supone un incremento del 10% en relación al ejercicio anterior, según los datos publicados por Thinking Ahead Institute de WTW. El análisis, realizado en colaboración con Pensions & Investment, revela, además, una mayor concentración de activos entre las organizaciones de más tamaño. Y es que las 20 principales gestoras del mundo tienen bajo gestión 59 billones de dólares

Dominio americano

Destaca el dominio de las gestoras estadounidenses, que cuentan con 15 organizaciones en el «Top 20», que concentran alrededor del 82% del mercado.El ránking de mayores gestoras del mundo está encabezado por BlackRock, con más de 10 billones de dólares bajo gestión, lo que equivale a siete veces el Producto Interior Bruto (PIB) de España. Le siguen Vanguard Group, con casi 8,5 billones; Fidelity Investment, con 4,2; State Street Global, con 4,1, y JP Morgan Chase, con 3,1 billones. Entre la veinte primeras, tan solo se cuela una gestora alemana (Allianz), dos francesas (Amundi y BNP Paribas) y una Suiza (UBS).

Entre todas ellas, sin duda, la «reina» es BlackRock. Fundada por Larry Fink en 1988, es el consorcio más poderoso del mundo y su Ceo uno de los hombres más influyentes del planeta. Y es que controla la mayoría de las acciones de gigantes como Microsoft, Amazon, Apple, Coca Cola, Bank of America, Pfizer, McDonald´s o Uber. Larry Fink, conocido como el «Papa de las finanzas», ha visitado recientemente España con motivo del Blackrock Iberia Inventment. El hotel Ritz de Madrid reunió a representantes del sector económico y financiero que acudieron a la cita como si de una peregrinación se tratara. En total, se dieron cita cerca de 200 invitados, entre los que se encontraban, como no, los representantes del Ibex 35, con cuyos primeros espadas tuvo ocasión de reunirse en «petit comite».

BlackRock es el gran inversores del Ibex. No hay una sola empresa que no cuente con su financiación. Además, posee un capital superior al 3% en 21 de las 35 compañías que conforman el selectivo, y en cotizadas como BBVA, ACS, Enagas, Repsol Bancos Santander, Iberdrola Amadeus, Cellnex y Caixabank su porcentaje accionarial supera el 5% del capital.

BlackRock también posee el 3,176% del capital de FCC, por lo que también fue uno de los accionistas que votó a favor del traslado a Países Bajos.

La megagestora, junto al fondo soberano de Qatar y la gestora de private Equity CVC acaparaba, a cierre de 2021, el 6% del valor del Ibex, tal y como recoge el Informe sobre propiedad de las acciones cotizadas, elaborado por BME.

Otros grandes inversores institucionales globales del selectivo son Norges Bank, Fidelity, Standard Life, Capital Reserach, GIP, Amundi o Invesco, cuyas participaciones se instrumentalizan fundamentalmente a través de fondos de inversión tradicionales, fondos de capital riesgo o ETFs, fondos estos últimos que replican de forma pasiva índices de acciones cotizadas de los principales mercados de acciones mundiales.

También ha crecido el interés de los bonos soberanos por empresas españolas. De hecho, entre octubre de 2020 y diciembre de 2021, invirtieron en 12 compañías por valor de más de 2.800 millones de euros, según el informe de fondos soberanos realizados por el IE junto con el ICEX, lo que da idea del interés de estos vehículos de inversión por el mercado español.

De esta forma los inversores internacionales, entre los que destacan los denominados institucionales, entre los que se encuentran, precisamente, las gestoras de fondos y pensiones los fondos soberanos las compañías de seguros y los fondos de capital riesgo, ya controlan prácticamente el 50% de la capitalización del mercado bursátil española, tras aumentar en más del 14,5% su peso en la bolsa española desde inicios del milenio, una tendencia que se intensificó desde la crisis financiera, un proceso en el que han desbancado progresivamente a las entidades financieras tradicionales, que han ido reduciendo su cartera industrial. Así, han pasado de controlar el 15,6% de las empresas cotizadas españolas en 1992 a tan solo el 3,5% tres décadas más tarde.

Pero los fondos no solo han sustituido a las entidades tradicionales en lo que a participación de empresas se refiere, sino también son los principales «tenedores» de deuda pública, activos que tradicionalmente en manos de la banca de inversión.

De esta forma, han tejido una compleja red que llega prácticamente a todos los sectores, con una influencia creciente, además, en los gobiernos de los estados donde están presentes. Sin duda, son, hoy por hoy, los grandes «amos» del mundo y los que mueves los hilos de la economía mundial.