«Turistas»: Un «tour» sanguinario

Ben Wheatley sigue la lógica de la evolución natural de la especie «hooligan». ¿Qué ocurriría si los personajes de algunas películas de Mike Leigh decidieran irse de vacaciones en una caravana? Tendrían todos los números para convertirse en asesinos en serie. La rabia nada reprimida de la clase media-baja del realismo social británico es una mecha que está esperando que la enciendan, y cuando la hostilidad del mundo se manifiesta en sus más minúsculos detalles, hay que castigar al culpable. Lo más interesante de «Turistas» no es tanto su subtexto ideológico, ni el desplazamiento de lo costumbrista a lo terrorífico que subyace en su premisa, sino el análisis de la dinámica de una pareja unida por la arbitrariedad de la violencia.

No estamos tan lejos de «Los asesinos de la luna de miel», aunque Wheatley y sus coguionistas son bastante menos románticos que Leonard Kastle. Chris (Steve Oram) necesita ser un modelo para Tina (Alice Lowe), pero cuando çesta empieza a imitar sus impulsos asesinos para demostrar su amor, la masculinidad de su novio se siente amenazada. Wheatley sugiere que el clasismo de la sociedad británica traspasa sus miserias a las relaciones de poder en el seno de la pareja. La idea es estimulante, el problema reside en que la película muestra tal desprecio por el género humano que resulta difícil disfrutarla más allá de un plano teórico.