Televisión
Javier Peña: «Empecé en la cocina por mal estudiante»
Recorre el mundo para fusionar la cocina internacional con su particular estilo en «Comerse el mundo» en TVE
Recorre el mundo para fusionar la cocina internacional con su particular estilo en «Comerse el mundo» en TVE
En francés que visitó su primer bar de tapas en Valladolid definió su cocina como «canalla» y se le considera uno de los chef jóvenes con mayor potencial de la cocina nacional. Javier Peña participó en la segunda temporada de «Top Chef» (Antena 3) y pronunció un deseo que cuatro años después se ha hecho realidad: grabar un documental alrededor del mundo. «Comerse el mundo», que emite La 1 la sobremesa de los sábados –tras su primer pase en el Canal Internacional– es ese sueño que ha compaginado con la apertura de su segundo local, La Candela, tras la buena acogida de Sibaritas Klub. Una aventura televisiva que este cocinero «canalla» espera repetir.
–Los espacios de gastronomía se reproducen como esporas. ¿Qué hace del suyo especial?
–La diferencia es que vamos a 10 países diferentes y buscamos la esencia y el sabor desde lo que se come en la calle a lo que llega a ser la alta gastronomía. Visitamos distintas familias, celebraciones, el origen del producto y con todo eso que voy aprendiendo y elaboro una receta con producto local y mi toque. Invito a toda esa gente que me ha hecho partícipe de lo aprendido a cenar o a comer conmigo.
–Diez países no son poca cosa, ¿cuánto tiempo le ha llevado la grabación?
–Hemos grabado súper rápido, me di una paliza enorme. Empezamos en noviembre y terminamos en febrero, grabábamos 15 días, regresábamos a casa y, tras unos días en España, volvíamos a coger la maleta para rodar nuevos episodios.
–¿Cómo lo ha compaginado con su restaurante?
–Nada más empezar a grabar inauguré el segundo y la verdad es que ha sido un pequeño dolor de muelas porque los inicios de cualquier negocio son un poco complicados. Cada vez que volvía, nada más bajar del tren, me iba directo, me ponía la chaquetilla y a trabajar. Lo he llevado de aquella manera.
–Según usted, este es un sueño hecho realidad. ¿Qué es lo que más le ha sorprendido de la experiencia?
–La gastronomía llega a unir a gente que se lleva fatal.
–Le definen como uno de los jóvenes chefs más prometedores del país, ¿eso no le da un poco de vértigo?
–(Risas). Eso es que alguien me quiere muy bien. No me da vértigo, además mi restaurante está en una décima planta, ¡cómo para tener miedo a las alturas!
–¿Cómo llega la cocina a su vida?
–Empecé por mal estudiante (risas). Terminé en los fogones porque me perdía las clases, lo recuerdo perfectamente porque era inglés, una de las asignaturas que no terminaban de gustarme. En el bar donde íbamos a tomar café vi un anuncio en el periódico en el que aparecía un curso de ayudante de cocina y dije: «¿por qué no?» Allí me planté y hasta ahora.
–Y, ¿ahí surgió una pasión desconocida?
–Me gustaba, pero no me lo había planteado nunca, de hecho fui un poco a probar. ¿Qué me enganchó? Al final la cocina es muy creativa y es acción-reacción, ves el resultado de lo que haces de manera inmediata. Era muy poco constante sentado en una silla estudiando y por eso me atrapó muy rápidamente.
–¿Los jueces de «Top Chef» han visitado sus cocinas?
–Sí, de hecho Alberto Chicote estuvo el año pasado porque fue jurado de un concurso de tapas y estuvo cenando, le gustó bastante. Siempre hace ilusión que los jueces de aquel programa vengan a hacerte una visita.
–¿Cuáles son sus objetivos a medio plazo? ¿Repetiría la experiencia?
–Disfrutar un poco de todo esto y de los restaurantes porque no he tenido realmente tiempo en este último año y medio. Al final, soy cocinero, me apasiona lo que hago, me gusta trabajar; y, por supuesto, grabar una segunda temporada.
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