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La ciencia frena a las especies invasoras en Banyoles

El Lago de Banyoles, amenazado durante las últimas décadas por la proliferación de especies exóticas invasoras (de flora y de fauna), atisba su supervivencia gracias a los éxitos científicos y a los planes de conservación

El Lago de Banyoles (Girona), amenazado durante las últimas décadas por la proliferación de especies exóticas invasoras (de flora y de fauna), atisba su supervivencia gracias a los éxitos científicos y a los planes de conservación puestos en marcha para salvar las especies autóctonas.

Se trata del lago kárstico -producido por la acción erosiva de las aguas subterráneas- más importante de la Península Ibérica, y de un lugar muy popular y emblemático, que cuenta con varias figuras de protección que avalan el interés de sus recursos naturales, pero también su importancia cultural e histórica.

El "Estany de Banyoles"está catalogado como Lugar de Importancia Comunitaria (una de las figuras de protección previstas en la red europea Natura 2000) y como Humedal de Importancia Internacional, pero además "goza"del título de "Bien Cultural de Interés Nacional", que reconoce la importancia cultural de los paseos ribereños y de las "pesqueras"que se construyeron sobre el lago a mediados del siglo XIX.

El biólogo Miquel Campos coordina el Proyecto Estany, un programa Life+ financiado por la UE para recuperar y proteger la biodiversidad original del lago mediante el control de las especies exóticas invasoras.

En declaraciones a Efe, Campos ha subrayado que el espacio alberga once hábitats diferentes de interés comunitario y algunas especies cuya conservación es prioritaria para la UE, pero que se encuentran en una situación "crítica"y extremadamente amenazadas.

Campos se ha referido a la importancia social, lúdica y deportiva del lugar, y ha observado que no se puede obviar que una ciudad de 18.000 habitantes vive a orillas del lago, y que éste es el escenario de muchas competiciones de natación o de remo (fue subsede olímpica en 1992) y un atractivo turístico muy importante.

El Lago de Banyoles -que forma parte de un conjunto lacustre integrado por varias cubetas en las que emergen las aguas subterráneas, estanques y lagunas temporales- está circundado por densos carrizales, bosques típicos de ribera, por encinares y por pinares mediterráneos.

Pero entre sus recursos naturales destacan la abundante vegetación sumergida en sus aguas y los nenúfares, que ocupan una parte importante de la superficie del lago.

Banyoles alberga una de las escasas poblaciones de pez fraile -que habita en algunos ríos españoles, pero sólo en este lago- e invertir la actual regresión de esta especie es uno de los objetivos prioritarios del Consorcio del Lago de Banyoles y de Porqueres (en el que participan la Generalitat, la Diputación de Girona y los Ayuntamientos de Banyoles y Porqueres).

Miquel Campos, coordinador técnico del Consorcio, ha detallado que se trata de un lago muy profundo -puede llegar a los 130 metros de profundidad-, con más de dos kilómetros de largo y 750 metros en la parte más ancha, y ha incidido en que reúne características muy singulares para muchas especies de flora y de fauna.

Además del pez fraile, los técnicos están volcados en la recuperación de cuatro especies de interés comunitario y sus hábitats: el barbo de montaña, la náyade alargada (un mejillón de río) y dos tipos diferentes de galápago, el europeo y el leproso.

Así, durante los últimos años se han intensificado las labores para capturar ejemplares de especies "invasoras"-principalmente tortugas de Florida- y se han perfeccionado los sistemas de captura selectiva de esas especies.

Simultáneamente, los técnicos han procedido a sucesivas "sueltas"de peces procedentes de ríos próximos que se encuentran mejor conservados y de galápagos autóctonos criados en cautividad, y poco a poco unos y otros están recuperando el espacio que habían perdido ante la proliferación de los depredadores "exóticos".

Pero entre los logros del lago destaca la cría en cautividad -por primera vez en Europa- de náyades (mejillones de río), pequeños bivalvos considerados como "bioindicadores"del estado ecológico del agua, ya que para su reproducción necesitan la existencia de buenas poblaciones de peces autóctonos.

El Consorcio del Lago ha puesto en marcha un laboratorio para criar en cautividad las náyades -una especie muy protegida pero muy gravemente amenazada- y durante los últimos años ha conseguido multiplicar la producción y reducir las elevadas tasas de mortalidad que se registraban durante los primeros días de vida.

Miquel Campos ha apuntado que los procedimientos que han llevado al éxito de este laboratorio serán "exportados"a otros lugares de Europa donde las náyades sufren la misma regresión, y que el conjunto de proyectos que se han puesto en marcha en Banyoles van a tener un carácter demostrativo para otras zonas de la Red Natura 2000 afectadas por la proliferación de especies invasoras.