Ciencias humanas
Las praderas de Posidonia de Tabarca, ejemplo de sostenibilidad
Las praderas de 'Posidonia oceanica' de la reserva de la isla de Tabarca, en Alicante, constituyen para la comunidad científica un ejemplo de la capacidad de esta especie de mantenerse estable frente a otros lugares donde esta cubierta vegetal marina sufre un retroceso por el acusado impacto humano. Informa Antonio Martín/Efe.
Así se pone de manifiesto en un estudio publicado por el departamento de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante en el último número de la revista científica internacional 'Thalassas', a partir de los resultados de más de veinte años de estudio de las praderas de Posidonia en el entorno de Tabarca.
Declarada el 4 de abril de 1986, la de Tabarca es la reserva marina más antigua de España, con una extensión submarina de 1.400 hectáreas, y está considerada una "joya"de biodiversidad al calcularse que sus fondos marinos podrían albergar la mitad de las especies de flora y fauna que habitan el mar Mediterráneo, unas 7.000.
El trabajo de investigación ha sido realizado por los biólogos José Miguel González-Correa, José Luis Sánchez Lizaso, Yolanda Fernández Torquemada y Aitor Forcada, y refleja que una pradera dispone de mecanismos propios de reparación si está adecuadamente protegida de los impactos humanos.
Estas formas de mantenerse sostenible proceden tanto del crecimiento vegetativo (pese a que es una especie de crecimiento lento) como de la reproducción sexual, factores que "compensan la erosión producida por fenómenos naturales", como por ejemplo la fuerza de las olas.
Los biólogos han analizado la cobertura y densidad de las praderas a tres profundidades distintas, a menos 4, 12 y 20 metros, y han concluido que los fenómenos de erosión y recolonización son más importantes en zonas más expuestas que se hallan a menor distancia de la superficie, mientras que la dinámica de las praderas más profundas es más estable.
Se ha prestado especial atención a los cambios en los bordes de las praderas (supuestamente más susceptibles a la erosión) y han comprobado que en algunos lugares hubo un retroceso que, no obstante, se compensó con nuevas superficies de praderas de tamaño equivalente.
Del mismo modo, se ha confirmado que la reproducción sexual funciona como un mecanismo de reparación de las praderas, para lo cual se ha monitorizado la supervivencia de plántulas en cinco sitios aleatorios.
Para Sánchez Lizaso, el estudio pone en evidencia "que la reserva marina de Tabarca, además de proteger a las especies de interés pesquero y aumentar las capturas de los pescadores, sirve para proteger hábitats esenciales"como la Posidonia.
Estas praderas endémicas del Mediterráneo, donde se estima que hay entre 25.000 y 50.000 kilómetros cuadrados, son un hábitat "sin igual"que proporciona oxigenación, protección y alimento a la abundante fauna.
El hecho de que Tabarca esté poblada (es la única isla habitada de la Comunitat Valenciana) no es problema para la reserva marina, ya que la mayor parte de sus habitantes se concentra en la playa y pueblo, lo que facilita que este enclave sea considerado por los biólogos como "un ejemplo de gestión racional de los recursos marinos".
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