Viajes

Siete destinos para escapar del coronavirus (y uno está en España)

El mundo entero tiembla ante el lento avance del virus de Wuhan y es imprescindible tener un plan alternativo por si se tuerce la cosa. Los lugares fríos, a poder ser preciosos, quizás sean los mejores destinos donde darle el esquinazo.

1. Gstaad, Suiza.

Estrellas en todos los ámbitos del arte, de cada recoveco del mundo, acuden año tras año a la cita obligada en el bello pueblo de los Alpes suizos. Madonna, Valentino y Andrea Casiraghi son algunos de sus visitantes más emblemáticos, aunque también podemos encontrar cenando en el Palace a la familia Botín. Aquí se halla un oasis de placer a salvo del virus, al cobijo de imponentes montañas, y si nos vemos con ganas de quemar adrenalina, es sencillo coger un teleférico a la estación de esquí en Eggli. Si además buscamos un lugar donde resguardarnos del frío y probar buena comida, aunque sea un poco cara, los restaurantes Rialto y Sammy no pueden faltar en nuestra cita.

Gstaad en otoño también sirve de excusa para refugiarnos.
Gstaad en otoño también sirve de excusa para refugiarnos.larazon

2. Estocolmo, Suecia.

La capital sueca es un destino maravillosamente helado para nuestros propósitos. Un primer paseo por el centro histórico de la ciudad, el Gamla Stan, admirando su arquitectura del estilo medieval, puede ser una buena forma de olvidar los agobios de la enfermedad. Y es que Estocolmo es un lugar donde refugiarse, en todos los sentidos. Skeppsholmen, una pequeña isla donde se recogen los museos de Arte Moderno y de Antigüedades del Lejano Oriente, es refugio de arte. El barrio Östermalm es un refugio de diversión. Refugio a refugio, conseguimos acoplarnos a una de las ciudades más frías de Europa sintiendo un reconfortante calor.

Refugio a refugio, conseguimos acoplarnos a una de las ciudades más frías de Europa sintiendo un reconfortante calor.
Refugio a refugio, conseguimos acoplarnos a una de las ciudades más frías de Europa sintiendo un reconfortante calor.larazon

3. Desierto del Gobi, Mongolia

Inmenso desierto en el inmenso país de los kanes, desierto helado hasta las tierras septentrionales de China. Pocos viajeros se atreven a adentrarse en él, mucho menos el cobarde virus. Compuesto por miles de kilómetros de piedra seca y llanuras infinitas, el desierto es hogar de las tribus más duras de Mongolia y un imperdible para los aventureros. Cuenta la leyenda que es precisamente aquí dónde se encuentra el centro de energía del mundo, en el recóndito Templo de Khamar. Podemos encontrarlo tras quince horas renqueando en el transiberiano desde Ulán Bator hasta Sainshand, en el centro de una llanura que parece no tener fin.

El Templo de Khamar, el centro de energía de la Tierra.
El Templo de Khamar, el centro de energía de la Tierra.Alfonso Masoliver Sagardoy

4. Ilulissat Kangerlua, Groenlandia

Declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en el año 2004, este impresionante glaciar es la mejor razón para visitar el país nevado. Situado en uno de los centenares de fiordos que rodean la isla, el glaciar de Ilulissat se extiende a lo largo de cuarenta kilómetros, demasiado para intentar abarcarlo con los propios ojos. Genera hasta 20 millones de toneladas de hielo diario, suficiente para abastecer de agua a toda la ciudad de Nueva York, y esto lo convierte en un buen lugar para escapar. Aquí el virus se pierde, se congela o sucumbe bajo las toneladas de hielo.

Genera hasta 20 millones de toneladas de hielo diario, suficiente para abastecer de agua a toda la ciudad de Nueva York.
Genera hasta 20 millones de toneladas de hielo diario, suficiente para abastecer de agua a toda la ciudad de Nueva York.larazon

5. Katmandú, Nepal

Contarán las futuras leyendas que hubo un pequeño reducto en Asia que se libró de las malignas bacterias del coronavirus. Aunque ya se ha confirmado un caso en la capital nepalí, procedente de un universitario de Wuhan, nosotros estamos convencidos de que sigue siendo un sitio estupendo para refugiarnos. El casco antiguo de la ciudad todavía se mantiene en pie, pese al terremoto sufrido en 2015, y es un paseo dedicado a los entresijos más antiguos de la religión budista. Pagodas, santuarios y templos se agrupan como montañas en el techo del mundo. Y si no hace el frío suficiente, siempre podemos replegarnos al campamento base del Everest por un vuelo de 100€.

No faltan templos en la capital nepalí.
No faltan templos en la capital nepalí.larazon

6. Dalton Highway, Alaska

También conocida como Ruta 11, esta autopista de 666 km de longitud es la simbología perfecta de la eterna huida. Recorriendo el espacio que separa la ciudad de Fairbanks y el océano Ártico, resalta entre otras vías por sus impresionantes paisajes helados, abruptos y salvajes, capaces de dejar boquiabierto al viajero más experimentado. Y si no lo creen, pregunten a la imponente Cordillera Brooks, por la que esta autopista cruza casi sin despeinarse. Sin embargo, será necesario hacer esta ruta con un buen vehículo, ya que la mayoría de la carretera es de grava y sus condiciones no son precisamente idóneas para un Smart.

666 kilómetros de hielo y grava.
666 kilómetros de hielo y grava.Kevin Abbott

7. Teruel, España

Existen destinos más cercanos para sentirnos a salvo. La localidad más fría de España parece buen cobijo contra el coronavirus, especialmente si lo regamos con los mejores platos de la gastronomía aragonesa. Una visita a la catedral de Santa María de Mediavilla puede hacernos sentir incluso más seguros, y si aprovechamos el tirón hace falta conocer el acueducto Los Arcos, construido a mediados del siglo XVI y todavía en magnífica forma. ¿Y dónde dormir, dónde sentirnos definitivamente a salvo del maligno virus? Nosotros recomendamos el hotel Isabel de Segura. Buen precio, buena comida y lo que es más importante: buenas mantas.