Descanso de reyes en el Parador de Cangas de Onís

Considerado el Mejor Parador de España, según la última edición de los Traveller’s Choice de TripAdvisor, este alojamiento invita al huésped a desconectar en plena naturaleza asturiana.

Han pasado 90 años desde que el rey Alfonso XIII inaugurara el parador de Gredos, el primero de la red de Paradores. En este tiempo la cadena ha crecido, ya son 97, y se ha consolidado. Entre todos ellos, ha sido el Parador de Cangas de Onís, el que ha obtenido por segundo año consecutivo el máximo galardón otorgado por Traveller’s Choice, la comunidad viajera de Trip Advisor, al mejor parador de España. Los huéspedes han basado su valoración, sobre todo, en el servicio recibido y en la calidad de la cocina del establecimiento.

La ubicación del parador en un entorno natural, a dos kilómetros de Cangas de Onís, y su capacidad, 64 habitaciones, propician que el cliente obtenga una experiencia completa y relajante digna de un rey. Y esta comparación está justificada, ya que el monasterio benedictino está situado en los espacios que ocupaban los palacios del rey Favila, hijo de Don Pelayo.

La gastronomía, como han reconocido los viajeros de Trip Advisor, ocupa un lugar de honor. En el restaurante Especia se ofrecen platos pensados para un público gourmet que aprecia las recetas actualizadas y el servicio de calidad. La chef encargada de conquistar los paladares es Azucena Sánchez, que controla tanto los guisos tradicionales como las apuestas más innovadoras. Amante de los retos, es capaz de crear un menú especial inspirado en una cena del libro «El nombre de la rosa» o de recrear las recetas de las abuelas y sorprender al comensal con una borona (masa de maíz con un contundente relleno de chorizos y carnes variadas) o una fabada. Un apartado especial merece el queso, ya que cuenta con un Cheesebar donde degustar decenas de ellos o asistir a catas y talleres.

El Parador de Cangas de Onís pertenece a la división Naturia, que engloba hoteles situados en edificios históricos integrados en la naturaleza. En este caso, su privilegiada situación permite al huésped recorrer el Parque Nacional de los Picos de Europa, realizar el descenso del Sella, acercarse a la Sierra del Sueve para ver a los caballos asturcones en libertad o recorrer playas del oriente de la región como Gulpiyuri, que se crea en medio de un prado sin el mar a la vista. Si después se precisa (o apetece) relajar los músculos, en el espacio wellness, situado junto al manantial y al pozo de los monjes, se puede recibir un masaje a base de hierbas benedictinas.