Viajes

El lujo del silencio en el corazón de Mallorca

Dominique recibe en su exclusivo «luxury country house», una finca de 280 hectáreas con sólo 10 habitaciones y al lado de las calas más cristalinas de la isla

Finca Gomera cuenta con 10 hectáreas de viñedos de donde sale el vino Chardonnay que embotellan en su ya popular Vi de Go
Finca Gomera cuenta con 10 hectáreas de viñedos de donde sale el vino Chardonnay que embotellan en su ya popular Vi de Golarazon

Dominique recibe en su exclusivo «luxury country house», una finca de 280 hectáreas con sólo 10 habitaciones y al lado de las calas más cristalinas de la isla

En alguna ocasión se habrán preguntado a qué suena el silencio. En medio de la vorágine, del ruido mundano y del estrés diario que golpean las grandes urbes todos buscamos ansiosos lugares de desconexión, parajes impregnados de tranquilidad, oasis en medio de la nada.

Mallorca es uno de esos destinos anhelados. Sus playas turquesas y calas paradisíacas son bien conocidas, sin embargo, en el corazón de la isla pueden encontrarse rincones mágicos como la Finca Gomera, un remanso de paz donde el silencio tiene identidad propia. Allí, Dominique David recibe a sus exclusivos invitados con todo tipo de detalles. Su historia personal responde a la perfección con la esencia de esta villa mallorquina. Después de más de tres décadas dedicado al mundo de la peluquería y el estilismo, este profesional natural de Burdeos decidió dar un giro de 180 grados a su vida. «Llegó un momento en el que no podía más, decidí romper con todo y comenzar de cero. Vendí los salones de belleza que tenía así como todas mis propiedades y quise empezar un proyecto en Mallorca. Me gustaba la zona rural de la isla y encontré esta finca de 280 hectáreas. Quería algo pequeño, pero cuando vi este lugar me enamoré», reconoce el propietario.

Así que, tras quedarse fascinado con la localización, compró hace tres años el terreno y se puso manos a la obra para remodelarlo. Dos años le llevó dar forma a este exquisito espacio. ¿El resultado? Un exclusivo hotel boutique de 10 habitaciones en el que se respira elegancia y placidez. Cada estancia, entre la que hay unas suites de escándalo, tiene una decoración diferente, todas ellas puestas a punto por Dominique. «Hay parte de mobiliario mío propio heredado de familiares, como tapices, armarios y coquetas, así como otros que he comprado en mercados de antigüedades en la isla», explica el francés. Aquí lo rústico se mezcla con la modernidad dando forma a espacios únicos como el salón comedor. En él, sofás Chester conviven con puertas de madera convertidas en gigantes mesas e incluso las mesas de billar hacen las delicias del comedor. No hay detalle que se escape a la capacidad creativa de este artista galo. Y como no podía ser menos al venir de la cuna del vino, la finca goza de 10 hectáreas de viñedos que exprimen el jugo que después embotellan en su ya popular Vi de Go a base de uva Chardonnay. Aunque, sin duda, las mejores vistas de esta residencia están en el porche principal donde cada mañana se sirve el bufé. Es el mismo Dominique quien atiende y agasaja a sus huéspedes. Incluso, les cocina bajo petición durante la comida o la cena.

Cala Pi

Finca Gomera se ha convertido en el año que lleva abierto en un punto de peregrinación de aquellos que de verdad quieren desconectar, ya que, además, a pocos minutos se encuentra una de las calas más deliciosas de la isla: Cala Pi. Las caribeñas playas de Es Trenc, Sa Rapita o Ses Covetes están a menos de 20 minutos. Su agua transparente y la arena blanca parecen de ensueño. Además quien quiera llegar al clímax del relax puede sumergirse en la piscina de la finca que cuenta también con jacuzzi. Masajes e incluso yoga (no podría haber un lugar que inspire más para realizar este ejercicio de cuerpo y mente) son los otros fuertes de la casa de Dominique. Al igual que la gastronomía que juega un papel fundamental.

Sabor «eco»

Todo lo que aquí se ofrece son manjares cocinados al momento, basados en el concepto «eco» y donde Pep es el encargado de poner sabor a Finca Gomera. El propietario contacta con este prestigioso cocinero bajo demanda de los clientes para ofrecerles los mejores bocados de la isla. Pep tiene su propio restaurante en Palma, «Harvest», pero acude con frecuencia a organizar las comidas de este «luxury country house», como lo denomina el francés. «En mi restaurante no hay carta y tan solo servimos siete mesas. Cada día se cocina en función de lo que encuentre en el mercado», relata el chef que cocina, entre otras cosas, un arroz negro meloso que quita el sentido. También se organizan catas en las que Josep Avellá, propietario de «Solo de vino» pone su conocimiento enológico a disposición de los huéspedes. «Trabajamos solo con vinos ecológicos, aquellos que se han producido sin fertilizantes ni pesticidas industriales», asevera Josep, que añade que en España el 20% de la producción de vino es ya ecológica.

Desde que lo inauguró, numerosas personas se han puesto en contacto con Dominique para alquilar la finca para eventos e incluso rodaje de películas, pero él sigue apostando por el ambiente más íntimo y cercano y se ve obligado a rechazar las ingentes ofertas que recibe. El precio de las habitaciones ronda los 250 euros al día, cien euros más si el cliente desea ocupar alguna de las suites. Si se quiere alquilar la casa entera el precio alcanza los 22.000 euros y sí tan solo se desea reservar la totalidad de la «casita», uno de los dos edificios donde hay cinco habitaciones y un salón con cocina, la tasa es de 7.000 euros por semana. Aquellos apasionados de la arquelogía también tienen su hueco en Finca Gomera, ya que en su interior se hallan restos de Talayots, construcciones prehistóricas elaboradas con piedras. Un sinfín de posibilidades congregadas en un mágico lugar. Bienvenidos a la casa de Dominique.

Cocina de autor en Llucmajor

En Llucmajor, un pueblo con encanto al sur de Mallorca, Jorge y Carlos ponen un punto de innovación culinaria basándose siempre en lo mejor de la cocina balear. En Tomates Verdes, su restaurante, ofrecen platos elaborados y con una identidad diseñada por su chef, Carlos, quien transmite en sus creaciones las mejores tendencias que ha ido captando en sus diferentes viajes alrededor del mundo. Si acuden a este templo gastronómico pidan el brócoli frito o sus crudos como el tiradito peruano con salsa huancaína o el de salmón braseado con racoto y alga wakame. Si llegan con ganas al postre, la recomendación es la sopa de chocolate blanco con frutos rojos. Una delicia.