Este es el pueblo de España que pertenece a cuatro comunidades autónomas

En España, los pueblos y ciudades se organizan de manera jerárquica dentro de un sistema administrativo que comienza en el nivel local y asciende al regional y nacional. Cada localidad pertenece a una provincia, y cada provincia, a su vez, forma parte de una comunidad autónoma. Este sistema estructurado permite una gestión eficiente y una representación adecuada de las diversas regiones del país.

Sin embargo, existe un pueblo que ocupa hasta cuatro comunidades autónomas. Al atravesar una calle, los residentes cambian de comunidad autónoma sin necesidad de abandonar el municipio, el cual es pequeño, con solo 208 habitantes, y actúa como una pedanía de Cervera del Río Alhama.

Valverde, el pueblo español que pertenece a cuatro comunidades autónomas

La Rioja, Aragón, Castilla y León, y Navarra son las regiones que abarca este pequeño pueblo, el cual, en términos administrativos, está considerado parte integral de La Rioja.

Aunque este pueblo pequeño opera de manera cotidiana como cualquier otro, sus residentes están acostumbrados a acceder a servicios básicos en diferentes comunidades autónomas. Por ejemplo, en asuntos médicos, los habitantes registrados en Valverde visitan hospitales en La Rioja, como el de Logroño, mientras que los empadronados en Tarazona acuden al hospital de Zaragoza, en Aragón.

La única división visible y clara está marcada por la calle de la Estación, que representa una separación entre las zonas riojana y aragonesa. Los residentes de la parte aragonesa son los más afectados, ya que tienen acceso limitado a servicios comparado con los de La Rioja. En esta última, hay una mayor cantidad de residentes empadronados y se encuentran ubicados los servicios esenciales como escuelas, piscinas y la iglesia principal.

Historia

Valverde se situaba en el punto donde convergían los reinos de Castilla, Navarra y Aragón. Este hecho dio origen a la leyenda del 'Mojón de los Tres Reyes', que aseguraba que los monarcas Sancho el Fuerte, Alfonso II el Casto y Alfonso VII podían reunirse en este lugar sin salir de sus respectivos dominios. Según la tradición, los tres soberanos acordaron almorzar juntos en una mesa triangular, cada uno sentado en su propio reino.