Viajes
Guayaquil y las Islas Galápagos, una combinación redonda
Visitar estos dos extraordinarios destinos durante el verano es un acierto seguro en las vacaciones estivales
Conocida como una de las «Perlas del Pacífico» por su ubicación costera, las calles llenas de historia y color de Guayaquil invitan a perderse en una encantadora mezcla de lo moderno y lo tradicional. Pero no solo por su acogedora atmósfera es un destino apreciado por viajeros de todo el mundo, sino también porque es la principal puerta de entrada a uno de los lugares más extraordinarios del planeta: las Islas Galápagos.
Ahora en esta temporada, cuando el clima es cálido y muy agradable, es muy tentador el plan de viajar a Guayaquil un par de días y luego poner rumbo a las mencionadas islas. Sin duda, el combo de visitar esta ciudad ecuatoriana y las famosas islas en verano es un acierto seguro para las vacaciones estivales. Sin olvidar dos populares atractivos más, el 25 de julio se celebran las Fiestas de Guayaquil, en las que se conmemora su fundación con desfiles, conciertos y fuegos artificiales que iluminan el cielo nocturno. Coincidiendo con estas fiestas, tiene lugar la Feria Internacional Gastronómica de Raíces, un evento perfecto para probar los sabores únicos de la región y sumergirse en su cultura y sus atractivos.
El recorrido por Guayaquil resulta ideal comenzarlo con un paseo por el emblemático Malecón 2000. Este icónico paseo junto al río Guayas brinda unas espectaculares vistas panorámicas y una rica variedad de atracciones, incluyendo el Jardín Botánico y la Torre Morisca, así como una gran diversidad de restaurantes.
Visita ineludible es también el Parque Histórico Guayaquil, un espacio que permite conocer la historia, naturaleza y cultura de la ciudad en un solo lugar gracias a sus tres zonas: la de vida silvestre, urbano arquitectónica y de tradiciones.
La siguiente parada es el barrio Las Peñas, un pintoresco sector histórico conocido por sus coloridas viviendas y calles empedradas. Aquí se encuentra la calle Numa Pompilio Llona, cuyas históricas casas han sido hogar de personajes históricos y artistas como Manuel Rendón Seminario o la escultora Yela Loffredo. Las escalinatas Diego Noboa, con 444 escalones flanqueados por cafeterías, bares, tiendecitas y restaurantes, llevan al Cerro Santa Ana, que regala al espectador una impresionante panorámica de 360 grados de la ciudad; ¡es el mejor modo de despedirse de Guayaquil!
Entre aguas cristalinas y paraísos naturales
Tras pasar haber disfrutado de Guayaquil, es momento de volar hacia las Galápagos, considerado, y con razón, uno de los rincones más mágicos, seductores y especiales del globo. A este paradisiaco archipiélago, declarado Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera de la UNESCO, se llega desde Guayaquil (o Quito) en avión a uno de sus dos aeropuertos, el de Isla Baltra o el de isla San Cristobal. Las sorpresas que guardan Galápagos para los visitantes son muchas, aquí se revelan solo algunas.
Comenzando por la isla más grande del archipiélago, Isabela, se abre paso un mundo de contrastes y maravillas naturales que cautivan a todo aquel que se aventura en sus costas. Abunda la vida silvestre y los impresionantes paisajes volcánicos. Puerto Villamil, su pequeño centro poblado, es la primera parada, donde se puede disfrutar de una maravillosa playa, acogedoras cafeterías, restaurantes y bares.
Muy cerca de Puerto Villamil, se encuentra Concha Perla, uno de los grandes reclamos de Isabela, y es que sus cristalinas aguas son idóneas para hacer esnórquel mientras se contemplan tortugas, iguanas marinas, lobos marinos, peces tropicales o ¡incluso pingüinos! De igual belleza es el entorno de Las Tintoreras, unos islotes cuyo nombre se debe a que aquí habita una colonia de tiburones de punta blanca, conocidos como tintoreras. Es todo un espectáculo fotografiarlos, bucear con ellos o simplemente observarlos. No hay duda de que es una vivencia que queda grabada en la memoria.
Otra formación natural única en Isabela son los Túneles, situados al suroeste. Se trata de formaciones esculpidas a partir de la lava del volcán y la erosión del agua. Es un sitio perfecto también para practicar esnórquel y admirar cavidades, arcos subacuáticos y la fauna marina.
Aunque hay muchas más actividades y lugares que descubrir en Isabela, hay otras islas que explorar, por ejemplo, la de Santa Cruz. Considerada el corazón de las Galápagos, su principal ciudad, Puerto Ayora, alberga la Estación Científica Charles Darwin, donde se puede aprender sobre los esfuerzos de conservación de la tortuga gigante, y la pequeñita Playa de la Estación, rodeada de mangle y rocas volcánicas. Pero sin duda la playa por excelencia de Santa Cruz y de todas las Galápagos es Tortuga Bay. Algunos rankings la incluyen en las diez mejores playas del mundo, y es que la belleza y serenidad que emerge de sus aguas y paisajes logra hechizar a quien pisa su arena. Perfectas para nadar y bucear son también Las Grietas, piscinas naturales de agua dulce y salada flanqueadas por paredes de roca volcánica.
Por otro lado, San Cristóbal, la isla más cercana al país ecuatoriano, es el centro político y administrativo del archipiélago, y alberga la capital, Puerto Baquerizo Moreno. Es famosa por su gran colonia de lobos marinos y su rica avifauna, siendo un paraíso para los amantes de la naturaleza. Bartolomé, con su icónico pináculo de roca, cuenta con paisajes volcánicos únicos, mientras que Floreana, la primera isla en ser habitada, destaca por la Corona del Diablo, considerada una de las mejores zonas para hacer buceo.
Podrían escribirse muchas más líneas sobre este edén en la Tierra, pero sin duda lo mejor es ver en persona todo lo que tiene para ofrecer este maravilloso archipiélago. ¡Es la opción perfecta para disfrutar de unas vacaciones de verano inolvidables!
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