Eurocopa femenina

Stephen King
Una nueva adaptación de Stephen King introduce un pequeño cambio que corrige la mayor crítica que se hizo de la novela original. Normalmente, este tipo de cambios son cuestionados con cierta frecuencia por parecer innecesarios y forzados, pero esta licencia creativa ha mejorado la serie con respecto a la historia original que planteó el maestro del terror.
Algo curioso, porque muchas de las adaptaciones de Stephen King terminan arruinando la trama en favor de esta libertad creativa que en la mayoría de los casos está injustificada. El principal problema es que estas decisiones diluyen los elementos que hicieron atractiva a la idea original. La adaptación televisiva de La cúpula es el ejemplo perfecto de esto, sobre todo porque se desvió completamente de la novela en la segunda temporada.
Por suerte, El Instituto se mantiene fiel a la narrativa original e intenta capturar a la perfección su esencia en la televisión. Incluso cuando cambia algunos elementos, lo hace de una manera ingeniosa que permite corregir uno de los mayores defectos que lastran significativamente la narrativa de Stephen King.
Cuando El Instituto se publicó en 2019, muchos lectores no pudieron evitar notar la tremenda inconsistencia en la representación de sus personajes adolescentes y la cronología de la trama central. Pese a que se insinúa que la serie está ambientada en el mundo actual, la novela de Stephen King muestra patrones de comportamiento anticuados que parecen más apropiados para adolescentes de principios de los 2000 o incluso de finales de los 90.
El acierto de la adaptación de MGM+ de El Instituto es que nunca menciona explícitamente su cronología. En lugar de seguir el mismo camino que Stephen King, se asegura de incluir suficientes referencias retro para dar la sensación de que se desarrolla en el pasado. Lo cierto es que los personajes que aparecen usan de todo, incluyendo también tecnología analógica, lo que distancia la historia de la cronología moderna del libro.
La serie también evita las referencias a series de televisión modernas y se limita a incluir guiños a producciones más antiguas. Si bien es discutible si El Instituto de MGM+ es mejor que el libro, sin duda logra retratar un mundo más coherente que lo que ideó Stephen King.