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El verdadero Gandalf solo aparece una vez en la trilogía 'El señor de los anillos' de Peter Jackson

A pesar de la influencia que tiene el mago en la historia, tan solo en una escena aparece en plenitud

El verdadero Gandalf solo aparece una vez en la trilogía El señor de los anillos de Peter Jackson
El verdadero Gandalf solo aparece una vez en la trilogía El señor de los anillos de Peter JacksonDifoosion

La trilogía cinematográfica de El señor de los anillos de Peter Jackson convirtió a Gandalf en uno de los personajes más icónicos del cine fantástico, consiguiendo que prácticamente de forma inmediata pasase a formar parte de la cultura pop. Interpretado por Ian McKellen, el mago acompañó a Frodo y la Comunidad en la lucha contra Sauron, pasando de ser Gandalf el Gris a Gandalf el Blanco tras su enfrentamiento con el Balrog.

A lo largo de las tres películas, los espectadores vieron a Gandalf como guía, mentor y guerrero, siempre al servicio de la misión de destruir el Anillo Único. Sin embargo, el personaje tiene un trasfondo mucho más complejo en la mitología de Tolkien y, en realidad, su verdadera naturaleza se mostró tan solo una vez en toda la trilogía.

La única vez que Gandalf aparece como Olórin

Aragorn, Legolas y Gimli encuentran a Gandalf en el Bosque de Fangorn
Aragorn, Legolas y Gimli encuentran a Gandalf en el Bosque de FangornDifoosion

El verdadero nombre de Gandalf es Olórin, uno de los Maiar enviados a la Tierra Media como parte de los Istari con el objetivo de guiar a los pueblos libres contra la amenaza de Sauron. Estos espíritus, similares a ángeles, asumieron formas mortales para poder convivir con hombres, elfos y enanos, lo que limitaba sus recuerdos y su poder. Aun así, Gandalf fue siempre consciente de que su esencia iba más allá de su identidad de mago.

La única ocasión en la que esa faceta divina de Olórinse deja ver en las películas ocurre en Las dos torres, durante la secuencia en la que Aragorn, Legolas y Gimli lo encuentran en el Bosque de Fangorn. Los héroes creen enfrentarse a Saruman, pero tras desviar fácilmente sus ataques, el mago se revela como Gandalf el Blanco. Su voz poderosa, el aura de luz que lo rodea y la reverencia inmediata de Legolas dejan claro que, en ese instante, se muestra como algo más que el simple Gandalf, es Olórin en plenitud.

Ese breve momento es esencial, porque muestra la dualidad del personaje. McKellen pasa de encarnar a un ser etéreo y sobrecogedor a recuperar la calidez y cercanía del Gandalf que sus compañeros conocían. Al escuchar de nuevo su nombre, el mago parece “volver a sí mismo”, dejando entrever que su identidad de Olórin estaba latente bajo la figura del Istari.