Reconocimiento

Madrid declara la cetrería como Bien de Interés Cultural

Se ha valorado el hecho de que conserva valores ancestrales al ser una tradición social y una actividad recreativa transmitida entre generaciones

La Virgen del Camino acoge la celebración de las XXVI Jornadas Internacionales de Cetrería del Norte de España
La cetrería es ya Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCOCAMPILLOAgencia ICAL

El arte milenario de la cetrería, práctica que involucra el adiestramiento de aves rapaces para la caza en su hábitat natural, ha recibido un destacado reconocimiento por parte del Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid, al ser declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) del Patrimonio Cultural.

Esta distinción se enmarca en el reconocimiento de los bienes culturales inmateriales que se entrelazan con diversos aspectos sociales, rituales y festivos. La cetrería, que ya ostentaba el título de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad otorgado por la UNESCO desde su inclusión en 2010 en su Lista Representativa, resalta por su carácter respetuoso hacia el medio ambiente y su estrecha relación con la naturaleza, al desarrollarse en entornos silvestres y con fauna salvaje.

Más allá de su valor como actividad cinegética, la cetrería ha desempeñado un papel crucial en la conservación de aves rapaces, al fomentar técnicas de cría en cautividad que han contribuido a evitar la extinción de estas especies. Esta práctica, enraizada en valores ancestrales, ha perdurado a lo largo del tiempo como una tradición social y recreativa transmitida de generación en generación, dotada de un vocabulario y un ajuar específicos que reflejan su carácter artesanal.

La declaración como BIC no solo reconoce la importancia cultural e histórica de la cetrería, sino que también subraya su papel en la difusión y el mantenimiento de la cultura tradicional en la Comunidad de Madrid, sirviendo como ejemplo vivo de las tradiciones arraigadas en la región. Esta distinción resalta la relevancia de preservar y promover prácticas que no solo enriquecen el patrimonio cultural, sino que también contribuyen a la conservación del medio ambiente y la biodiversidad.