Italia
Villa y Corte rendida a «La Roja»
MADRID- Las calles de la capital volvieron a convertirse anoche en el mayor exponente de la explosión de euforia que recorrió el país de punta a punta tras el agónico triunfo de la Selección de fútbol en las semifinales de la Eurocopa que se disputa en Ucrania y Polonia. El Hyundai Fan Park, instalado junto al Santiago Bernabéu reunió un día más a decenas de miles de personas. Una marea roja que superó la registrada en los cuatro partidos anteriores, ya que, en esta ocasión, también Concha Espina fue cortada al tráfico para habilitarse allí una zona suplementaria con más pantallas gigantes. Los organizadores calculan que más de 46.000 personas siguieron los noventa minutos, la prórroga y los penaltis de los chicos de Del Bosque a los pies del estadio del Real Madrid.
El contrapunto a esta «locura» se vivió en otros puntos de la ciudad, en los centros comerciales y en el tráfico, absolutamente fluido a unas horas en las que, habitualmente, los atascos son los protagonistas. Sólo los turistas, algún despistado y aquellos a los que poco les importa el deporte rey disfrutaron a partir de las nueve menos cuarto de una ciudad semivacía. Y mientras los taxistas apenas encontraban clientes por las calles, los negocios de comida rápida volvieron a tener un día de duro trabajo.
En el corazón de «La Roja», en La Castellana, a la incertidumbre del marcador se sumó, en la tarde noche de ayer, el insoportable calor que durante todo el día convirtió a la ciudad en una caldera. Pero ni siquiera las altas temperaturas hicieron mella en los aficionados. Como el resto de millones de españoles que siguieron en el encuentro desde los bares o sus casas, la multitud congregada en la Plaza de Lima sufrió como nunca durante el tiempo extra, en el que los nuestros, a pesar de merecerse la victoria, no encontraron la recompensa del gol. Las caras de sufrimiento delataban que se acercaba el final que nadie quería: la lotería de los penaltis.
Pero la suerte estaba del lado de los campeones del mundo. Estábamos en la final. Y fue entonces, cuando a los ya tradicionales cánticos de «¡Yo soy español, español, español!» y «Que viva España», se sumó, en esta ocasión, el reconocimiento de los aficionados a los héroes que, desde los once metros, han hecho posible que «La Roja» dispute la tercera final consecutiva de un torneo grande. Ramos, Piqué, Cesc, Iniesta y Casillas fueron los más aclamados.
Con el pitido final, la explosión de júbilo se trasladó a lo largo de todo el Paseo de Castellana, que volvió a teñirse con los colores de la enseña nacional. Cláxones, cánticos, banderas y centenares de grupos de amigos y familias celebrando en las calles el triunfo se convirtieron, como ya viene siendo costumbre, en una imagen habitual.
Pensando en la final
Tras las victorias en la Eurocopa de Austria y Suiza y en el Mundial de Suráfrica, la Selección puede hacer historia al convertirse en el primer combinado que encadene tres campeonatos de forma consecutiva. Por ello, y a pesar de la fiesta de ayer, muchos aficionados prefirieron guardar fuerzas para el domingo en la final contra Alemania o Italia. El Hyundai Fan Park volverá a ampliarse para poder dar cabida a los madrileños y a las personas procedentes de todo el país que querrán celebrar en la capital un nuevo hito histórico.
Menos emergencias que durante los cuartos de final ante Francia
La tensión marcó máximos históricos pero eso no se tradujo en un repunte de las llamadas a los servicios de Emergencias. Durante el partido, recibieron un total de 2.264 llamadas frente a las 2.879 de la semana pasada, con motivo de los cuartos de final que nos enfrentaron al combinado francés. Esto significa un 21,37% menos. En algunos puntos de la ciudad, como la fuente de la Cibeles, la policía se desplegó ante las posibles celebraciones de los aficionados.
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