Refugiados

La UE dará 2.000 euros a cada migrante que regrese a su país

Bruselas dobla las «ayudas» para aliviar la situación en Grecia Temor a que la medida provoque un nuevo efecto llamada

Varios migrantes en el saturado campo de refugiados de Moria, en Grecia
Varios migrantes en el saturado campo de refugiados de Moria, en GreciaAggelos BaraiAP

Como dice el dicho, «si no puedes con tu enemigo, alíate a él». Y ante la imposibilidad de frenar la nueva ola de migrantes hacia el Viejo Continente, la Unión Europea ha decidido ofrecer 2.000 euros a los refugiados que deseen regresar a sus países desde las islas griegas. Sin embargo, esta oferta podría provocar un efecto llamada que llevaría a muchos de los migrantes que llevan dos semanas amontonados al otro lado de la frontera turca a intentar, desesperadamente, cruzar a territorio europeo.

La comisaria europea de Asuntos de Interior, Ylva Johansson, junto al ministro de Migración griego, Notis Mitarakis, hizo este anuncio ayer durante una visita a Atenas. Johansson aclaró que se trata de un programa temporal financiado por la Comisión Europea para ayudar a descongestionar las superpobladas islas del Egeo. Se estima que más de 30.000 refugiados y migrantes viven hacinados y en condiciones lamentables en los campos de refugiados de Lesbos.

Desde hace tres años, la CE ha puesto en marcha un programa para incentivar los retornos voluntarios con una ayuda de 750 euros de aquellos migrantes que se inscriben. Y hasta la fecha un total de 18.000 personas se han beneficiado de estas ayudas. Ahora Johansson espera que duplicando esta cifra, alrededor de 5.000 migrantes que llegaron a la isla de Moira antes de 2020, acepten voluntariamente regresar a sus países de origen.

El programa dará solo un mes a las personas acogidas (y llegadas antes del 1 de enero) para presentarse voluntarias y será gestionado junto a la Organización Internacional de las Migraciones (OIM) y Frontex.

La comisaria europea señaló que también se está buscando una solución para los menores no acompañados que llegan a la Unión Europea, que constituyen un tercio de todos los inmigrantes irregulares. De momento, la CE ha logrado que siete países europeos acojan a 1.600 menores que llegaron a Grecia sin sus padres. «Es algo que debemos enderezar en el acuerdo de inmigración y asilo al que lleguemos. Debemos ver cómo podemos proteger mejor a los niños», manifestó Johansson.

Uno de los mayores dolores de cabeza para la UE es, precisamente, qué hacer con todos esos menores ilegales de los que más del 10% son niños, menores de 14 años, y son carne de cañón de las mafias y de grupos integristas.

Nuevas amenazas turcas

Para el Gobierno turco, que abrió la «caja de pandora» de los refugiados con una política de puertas abiertas para todo aquel que quiera abandonar Turquía para ir a Europa, esta medida solo servirá para tapar agujeros temporales pero no pondrá freno a la crisis migratoria.

Así, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, seguirá presionando a los líderes europeos manteniendo sus fronteras abiertas hasta que se cumplan todas sus exigencias. Ankara se queja de que la UE no ha cumplido su parte del acuerdo migratorio de 2016, ni ha hecho el esfuerzo de liberar los visados Schengen para ciudadanos de su país, ni ha aportado los 6.000 millones de euros prometidos a Ankara para proyectos de ayuda a los refugiados.

Erdogan advirtió que Turquía mantendrá abiertas sus fronteras hacia Europa hasta obtener una respuesta «concreta» de la UE. «Queremos libertad de movimientos, una actualización de nuestro acuerdo comercial y una mejor asistencia financiera», reivindicó el mandatario turco.

«Disparar y lanzar bombas de gas lacrimógeno contra gente inocente es bárbaro. Nadie dice nada en Europa contra las autoridades griegas, que roban a los migrantes y cometen crímenes contra la humanidad», agregó Erdogan, que comparó la actitud de las autoridades griegas «con lo que hacían los nazis».