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Jill Biden: así es la nueva Primera Dama de Estados Unidos

Católica, divorciada y profesora de inglés, la mujer de Joe Biden apuesta por un perfil con más carácter que el que ha desarrollado Melania Trump, y un estilo más cercano a Brigitte Macron

Un vestido convirtió a Jill Biden, esposa de Joe Biden, presidente electo de los Estados Unidos, en tendencia en las redes sociales. Un día antes de que su marido fuera proclamado como el candidato demócrata apareció ante todos los americanos vestida con un traje verde cruzado del diseñador americano Brandon Maxwell. Inmediatamente el mundo entero comenzó a comentar el maravilloso look que había escogido para esa ocasión y, más todavía, se empezaron a preguntar quién era realmente Jill Biden.

Lo cierto es que nadie le va a tener que explicar a la esposa de Biden cómo manejarse por la Casa Blanca. La conoce de primera mano gracias a los ocho años que se pasó como Segunda Dama de los Estados Unidos, y si bien es cierto que su hogar era en aquel momento la Rotonda del Observartorio Nº 1 (la residencia oficial del vicepresidente), su cercanía con Michelle Obama la convirtió en un personaje habitual del hogar presidencial.

En Estados Unidos, al igual que la Primera Dama, la mujer del Vicepresidente tiene también asignado un papel institucional, aunque para el resto del mundo su nombre sea casi desconocido. De todas formas, esos compromisos no hicieron que Dr. Jill Biden, como la conocen, aparcara su trabajo como profesora de inglés y cuando le preguntaban sus alumnos si tenía algo que ver con Joe Biden, ella resolvía la conversación diciendo que tenía lazos familiares. Este compromiso con la escuela y la educación que ha tenido durante toda su vida fue el motivo por el que el escenario elegido para el discurso que dio con el ya legendario modelo verde fuera un aula de un instituto americano.

Jill Biden, durante la campaña electoral de su esposo, Joe Biden (AP Photo/Chris O'Meara)
Jill Biden, durante la campaña electoral de su esposo, Joe Biden (AP Photo/Chris O'Meara)Chris O'MearaAgencia AP

Católica, divorciada y con su propia carrera laboral, los que la conocen de cerca destacan la cercanía y simpatía, el buen talante y humor de Dr. Jill, lo que no quita para que sea una mujer con carácter. Ya lo ha demostrado afrontando los trapos sucios que le han sacado a su marido y de los que ella ha salido airosamente. Incluso su idílica relación se puso en solfa cuando el exmarido de Jill afirmo que el presidente electo y su mujer empezaron a salir cuando todavía no tenía el divorcio, desmintiendo así la versión oficial de que todo comenzó en una cita a ciegas, estando ella soltera.

Lo que está claro es que Jill es una pieza fundamental para Joe. Cuenta que en 2004, mientras ella estaba en la piscina en bikini, un grupo de personas se reunió con su marido con la idea de presionarle para que se presentara como candidato demócrata contra George W. Bush, una idea con la que ella no estaba de acuerdo. Vio un rotulador negro y decidió escribirse un gran “No” en el abdomen y entrar en la reunión. Todo el mundo captó el mensaje y Biden declinó la oferta.

Tras la reelección ese año de Bush, se pasó una semana vistiendo de negro en señal de luto. Queda claro, por tanto, que la voz de Jill será una de las más escuchadas por el posible 46 presidente de los Estados Unidos. Su poder de influencia podría ser muy grande. Ella ya lo ha dejado claro: “La persona que estará detrás del Presidente será una maestra”, afirmaba en Instagram hace unos meses. Curiosamente, este septiembre, quizás recordando aquel sonado “No” lucía unas botas de Stuart Weitzman con la palabra “Vote” valoradas en 695 dólares.

Estilo Upper Class

Volverá posiblemente con ella una Primera Dama al estilo Michelle Obama, más popular y llena de iniciativas, frente al perfil de Melania Trump, la actual inquilina de la Casa Blanca, que opta por un perfil bajo en cuanto a representación institucional. Eso sí, si hablamos de moda, Biden de quien realmente está próxima es de Brigitte Macron, la mujer del presidente francés. Lo cierto es que ambas coinciden incluso en su profesión: las dos son profesoras.

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Rubia (como la francesa) y de ojos azules, como más cómoda reconoce que se siente es vestida con unos pantalones pitillo negro, una camisa Oxford y unas perlas, el estilo clásico de la Upper Class americana (uno de los rasgos que más se ha criticado del perfil de Joe Biden). Tampoco descuida su aspecto físico, herencia quizás de los tiempos en los que llegó a ser modelo.

Su estilo siempre ha sido depurado y conservador, aunque siempre busca dar algún toque más contemporáneo para lo que suele recurrir a los zapatos, de los que es una apasionada. No es raro verla con llamativos modelos amarillos o azules que contrastan con sus vestidos de silueta cóctel e, incluso, se ha dejado ver con uno de los iconos de la firma Dior, el modelo J’Adior, valorado en 790 €. Otros que también dieron mucho que hablar fueron los que lució el pasado mayo en Delawere con motivo del homenaje a los veteranos: unos salones negros y blancos de Carolina Herrera que combinaban a la perfección con su vestido en los mismos colores con silueta peplum.

Diseño americano

Pero para los momentos clave confía siempre en firmas americanas. Lo hizo en agosto con Maxwell y, tras la aceptación de Kamala Harris, con un sencillo diseño azul de Ralph Lauren que combinaba con unos zapatos nude de Jimmy Choo. El día que su marido aceptó la candidatura optó por un diseño malva de Christian Siriano en el que algunos vieron un guiño al movimiento Lgtbq+ del que el diseñador es un gran defensor.

Michelle Obama y Jill Biden
Michelle Obama y Jill Bidenlarazon

También fue fiel al diseño ‘made in USA’ en los dos actos de toma de posesión de su marido y de Barack Obama. En 2008 lució por la mañana un vestido de la firma Milly (prestado por su nuera, Hallie Biden) que cubría con un abrigo rojo (su color fetiche) de Fleurette. Por la noche recurrió al rojo y a Reem Acra (una diseñadora libanesa afincada en Nueva York). Cuatro años después, se superó. Para la fría mañana de enero lucio un diseño de Lela Ross en el que destacaba un espectacular abrigo a medida con una generosa lazada. Lo combinaba con unas botas altas con las que conseguía un aspecto moderno y chic y unos pendientes en madreperla, plata y zafiros blancos de Kara Ross. Y esa noche, fascinó a todo el mundo con un elegantísimo vestido de Vera Wang azul con el que llegó a eclipsar a la mismísima Michelle.

En las últimas semanas la hemos visto conjuntar su mascarilla con un vestido floreado de Dolce & Gabbana, reciclar un vestido de Gabriela Hearst y cautivar al electorado americano con un elegantísimo abrigo blanco la mañana de las votaciones para salir a saludar acompañando a su marido esa noche con otro modelo en rosa que también dio mucho que hablar. ¿Tendrá ya pensado al diseñador de su posible vestido inaugural?