Voces

Alsina ridiculiza la noción de "reconciliación" que el Gobierno defiende con la amnistía: "Se nota, se siente, se hace presente"

Ironiza sobre como España es hoy "un remanso de paz y de consenso" con "ambientazo" para la amnistía, pero no para unos nuevos Presupuestos del Estado

Programa de radio “Más de Uno” de Carlos Alsina en Onda Cero en la sede del Diario La Razón. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 26 02 2024
Programa de radio “Más de Uno” de Carlos Alsina en Onda Cero en la sede del Diario La Razón.© Alberto R. RoldAlberto R. RoldánFotógrafos

En su característico monólogo matutino en Onda Cero, Carlos Alsina hacía este miércoles una detallada radiografía del actual panorama político español, abordando desde la ironía el aparente clima de "reconciliación" que defiende haber conseguido el Gobierno con la aprobación de la ley de amnistía.

Desde ese tono irónico, Alsina comenzaba destacando la "imparable" marcha hacia la reconciliación en España, que ha desafiado a los escépticos, a los descreídos, a los antisanchistas, a la fachosfera, los jueces, los fiscales, incluso a la comisión de Venecia, y Javier Cercas. "Se nota, se siente, la reconciliación se hace presente", ha exclamado resaltando cómo el Gobierno había anticipado este proceso "desde la cofa del mástil en la que alcanza a divisar lo que los ciudadanos no ven ni por asomo". Una amnistía entendida como la semilla que daría armonía y concordia en la vida pública española, hasta entonces sumida en un conflicto envenenado.

El periodista analizaba también el hito ocurrido con el Senado instando al Congreso a retirar un proyecto de ley por considerarlo un fraude constitucional. Destacaba el choque entre ambas cámaras legislativas, dos representantes de la soberanía nacional, y la intervención que tendrá el Tribunal Constitucional como árbitro en este inusual enfrentamiento. "Calienta, Pumpido, que sales", decía Alsina, dando por hecho que alguna vez tendrá éste que dictaminar si la medida encaja o no en la Constitución.

Por el camino, el presentador no ha pasado por alto los conflictos previos, que se suman ahora al conflicto de estas instituciones, "entre la mayoría gubernamental del Congreso y los jueces del Tribunal Supremo, entre los fiscales del Supremo y el fiscal general del Estado, entre algunas ministras y el juez García Castellón, entre el CGPJ y el gobierno, entre el PSOE de la cobija de Page y el PSOE hegemónico de Sánchez, entre la Carmen Calvo profesora y la Carmen Calvo presidenta del Consejo de Estado", apelando a la falta de reconciliación evidente dentro de un panorama político tenso. "Dice el Gobierno que en España no hay ambiente para unos Presupuestos del Estado nuevos. Para la amnistía, sí. Para la amnistía hay ambientazo".

Utilizando la metáfora de "alancear" a figuras políticas, ha resaltado cómo mediante el "blindaje" político, el Partido Popular, logró asegurar la posición de Armengol como presidenta del Congreso, algo que resulta similar a los métodos empleados por el Gobierno con los que va a consolidar la posición de Díaz Ayuso "de por vida".

"Exigir infructuosamente la cabeza isabelina"

Sobre esa forma de actuar reflexionaba el presentador, sorprendido con cómo los de Sánchez parecen reducirse a sí mismos, asumiendo un papel de "oposición de primera regional". Una situación que, si bien puede ser vista como un elogio en su justa dimensión, resulta "llamativa" al observar cómo los ministros dedican sus mejores esfuerzos "a moverle el sillón a Díaz Ayuso", en lugar de priorizar por ejemplo la aprobación de los Presupuestos generales del Estado. "Cómo serán las cosas que Sánchez ha estrenado la campaña catalana pidiendo el voto no para frenar al independentismo sino para tumbar a Díaz Ayuso, no sé yo".

En los diez minutos de monólogo, también ha tenido tiempo Alsina para consejos. Lo hacía con una sugerencia irónica dirigida a Juan Lobato: convocar a todos los ministros para confrontar a Díaz Ayuso en el Parlamento madrileño y exigir su dimisión "en fila india", utilizando la retahíla de argumentos acumulados por el PSOE con el fin de conseguir "infructuosamente la cabeza isabelina". Argumentos presentes incluso antes de que la presidenta madrileña "hubiera abierto el pico".

En cuanto a Cataluña, admitía no saber cuántos catalanes votantes del PSC acudirán a las urnas sólo con el único deseo de acabar con Ayuso. Una situación, en palabras del periodista, que "se convierte en un misterio dentro de un enigma dentro de una viñeta dentro de una parodia".

Alsina ha destacado que, según las encuestas, el PSC lidera, mientras que Puigdemont sigue siendo una figura relevante en las quinielas, independientemente de si decide presentarse o no. Mencionaba también los intentos de Esquerra Republicana por retomar la iniciativa, aunque incómodo en su papel de "pagafantas" de Pedro Sánchez.

Una dinámica política que se ve agravada por la reactivación del debate sobre la financiación catalana, que incluye el concepto del concierto económico, un modelo en el que la administración autonómica catalana recauda todos los impuestos y solo aporta al Estado lo que cuestan los servicios prestados por la administración central, quedándose el resto en Cataluña. Alsina ha recordado cómo este modelo fue rechazado por el nacionalismo catalán en la transición, pero resucitado por Artur Mas bajo el nombre de "pacto fiscal" y utilizado como coartada del movimiento independentista para "alimentar a una criatura llamada el procés".

"En esta nueva etapa de reconciliación y de concordia, Esquerra, incapaz de aprobar unos Presupuestos, aprovecha su condición de gobierno autonómico para hacer pasar por proyecto gubernativo un banderín electoral. El gobierno central, incapaz de aprobar unos Presupuestos, dice que ya está bien, que dimita de una vez Ayuso".