El dinosaurio más grande de todos los tiempos se encuentra en Barcelona

El más grande de todos los dinosaurios que ha poblado la Tierra, un coloso que devoraba 129 kilos de vegetación al día, con una impresionante longitud de 38 metros desde su diminuta cabeza hasta su inmensa cola, y un asombroso peso de 77.000 kilos, en contraste con los 5.000 kilos de un elefante africano; este cuadrúpedo de cuello largo, que habitó hace más de 100 millones de años, se erige como el titanosaurio más imponente jamás descubierto y el animal más colosal que ha caminado sobre nuestro planeta.

Hasta el 2 de junio, los visitantes del Museo de la Ciencia CosmoCaixa tienen la oportunidad de pasear entre las gigantescas extremidades de una impresionante réplica a escala real del esqueleto de este Patagotitan mayorum, que brilla como la principal atracción de la exposición "Dinosaurios de la Patagonia". En esta muestra se reúnen 13 ejemplares de estos gigantes del Cretácico.

En una suerte de enfrentamiento entre David y Goliat, el diminuto Manidens condorensis, con sus escasos 5 metros de altura hasta la escápula y aproximadamente un kilo de peso, el más pequeño de los 13 dinosaurios presentes, contrasta con el gigante Patagotitan mayorum. Este último, descendido del Jurásico, medía la increíble cifra de 14 elefantes africanos. La exhibición ha sido concebida por el Museo Paleontológico Egidio Feruglio (MEF) y está programada para itinerar por todos los centros CaixaForum durante un período de tres años.

El hallazgo del Patagotitan mayorum tuvo lugar en 2012, cuando un agricultor descubrió el primer hueso de este gigante de los dinosaurios en la provincia argentina de Chubut, en la región de la Patagonia. Esta área fue hogar de este "titán de la Patagonia de la familia Mayo", que ha sido bautizado en honor a la finca donde se encontró. El equipo dirigido por el paleontólogo José Luis Carballido llevó a cabo una excavación que duró tres años y desenterró más de 200 fósiles pertenecientes a siete ejemplares de este colosal dinosaurio. Estos hallazgos permitieron la creación de la réplica a escala real que actualmente se exhibe en CosmoCaixa.