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Espacio Misterio

La leyenda del monstruo del Lago Ness se reaviva con la recuperación de una camara fotográfica perdida en 1970

Fue detectada a unos 180-230 metros de profundidad después de que un vehículo submarino autónomo enganchara uno de los anclajes

La leyenda del monstruo del Lago Ness se reaviva con la recuperación de una camara fotográfica perdida en 1970 Espacio Misterio

De las profundidades del Lago Ness (Escocia) ha emergido un hallazgo que reaviva una de las leyendas más persistentes de la criptozoología: la recuperación de una cámara sumergida en 1970 por el biólogo estadounidense Roy P. Mackal, en un intento por fotografiar al mítico “Nessie”. El dispositivo, encontrado de forma fortuita por el National Oceanography Centre (NOC) durante unas pruebas submarinas, ha reaparecido tras más de cinco décadas en el fondo del lago, y con ello vuelve al primer plano un interrogante clásico: ¿qué hay realmente bajo estas aguas milenarias?

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Un hallazgo singular

La cámara fue detectada a unos 180-230 metros de profundidad después de que un vehículo submarino autónomo del NOC, popularmente denominado “Boaty McBoatface”, enganchara accidentalmente uno de los anclajes del artilugio.

Según los ingenieros, el sistema de fotografiado -una cámara Instamatic con flash de cubo, que se activaba al tomar el cebo- quedó dentro de una carcasa estanca que, sorprendentemente, se mantuvo seca durante décadas.

Al recuperar el equipo, se reveló que el material fotográfico era todavía susceptible de ser revelado, aunque no contenía imágenes del monstruo: solo una instantánea del entorno oscuro y turbio del lago.

La cámara hallada en el Lago NessEspacio Misterio

El contexto detrás de la cámara

Roy P. Mackal (1925-2013), doctor en biología por la Universidad de Chicago, dedicó parte de su carrera a la exploración de lo desconocido, incluyendo expediciones en África y el estudio de criaturas legendarias.

En 1970 puso en marcha un programa de inmersión en el Lago Ness a través de la Loch Ness Investigation Bureau: habían instalado seis dispositivos que aguardaban un bocado al cebo para disparar tres o cuatro fotografías.

Tres de aquellos aparatos se perdieron en una tormenta ese mismo año, y esta cámara sería una de las restantes. Las condiciones del Lago Ness -profundo (hasta unos 230 m), oscuro, con aguas color té por la turba- convierten la tarea en extremadamente compleja.

¿Por qué tiene interés este descubrimiento?

Desde un punto de vista analítico caben destacar dos líneas fundamentales:

La persistencia de un mito convertido en residuo tangible. Este aparato es un testigo físico de décadas de obsesión, de expediciones, equipos de combate contra lo desconocido y de esperanza. Que la carcasa haya resistido medio siglo bajo decenas de metros de agua ya es una pequeña victoria tecnológica.

Lago NEssEspacio Misterio

La ciencia y los límites de lo verificable. La ausencia de detección del monstruo no implica automáticamente que el misterio sea inexistente, pero sí sirve de aviso para quienes confían solo en la fascinación: la suposición no sustituye al método riguroso de preguntar, analizar y someter a prueba. En palabras del propio Mackal, llegado a estimar que el 90 % de los reportes de Nessie serían “errores o malinterpretaciones”. Por tanto, el hallazgo actúa como recordatorio de que la ciencia exige evidencias, no deseos.

Implicaciones y escenarios futuros

El descubrimiento pone de relieve varios aspectos de interés:

  • Turismo y patrimonio cultural: la cámara ha sido entregada al Loch Ness Centre en Drumnadrochit (Escocia) para su exhibición.
  • Puede convertirse en un reclamo para visitantes, reforzando la marca del lago como sitio de misterio y exploración.
  • Aplicaciones tecnológicas: el NOC usaba el Lago Ness como banco de pruebas para sus vehículos autónomos submarinos antes de desplegarlos en océanos profundos.
  • El hallazgo inesperado demuestra que esos mismos escenarios de prueba pueden deparar sorpresas históricas.
  • Refuerzo del debate sobre Nessie: Aunque la cámara no aportó evidencia del monstruo, su recuperación aviva el debate entre escépticos y creyentes. Algunos expertos señalan que muchas “evidencias” de Nessie responden a fenómenos naturales (ondas, troncos flotantes) o malas interpretaciones.

La pregunta abierta sigue siendo: si existiera una población viable de criaturas grandes en el lago, ¿por qué no hay restos, huellas claras, ADN convincente o fotos nítidas?

Doble moraleja para la ciencia ciudadana: por un lado, el registro histórico de expediciones de hace décadas es útil (y ahora es casi arqueología de la exploración). Por otro, que no se debe confundir el atractivo de la leyenda con pruebas concluyentes. En palabras de Mackal: “No me explico la resistencia de tantos científicos frente a la idea de 'Nessie'... ya tenemos otros animales de agua dulce de gran tamaño”.