Andalucía
Entre «cigarreras» y avisos a los compañeros de «progreso»
La ministra Irene Montero descarta llamar «reto» al proyecto de Ley de Igualdad «para que mis colegas no se lo crean». «Vamos a defenderla con uñas y dientes», advierte
Proactiva, resiliente y asertiva. Emponderada con sinergia. Y también «cigarrera». La ministra de Igualdad, Irene Montero, reclamó desde el Fórum de Política Feminista de la Universidad de Sevilla, en la antigua fábrica de tabacos –algo que al parecer desconocía–, sede del Rectorado de la Universidad de Sevilla, «la alianza feminista como seña de identidad del movimiento y, lo más importante, para conseguir los objetivos del feminismo». Montero dejó un aviso a compañeros de este «Gobierno de progreso»: «Vamos a pelear cada coma de esta ley». «Si no, se lanza el mensaje social de que no nos importa lo que les pase a las mujeres víctimas», dijo.
Montero recordó a «las Cigarreras» y las puso como paradigma y ejemplo de permanecer «unidas en la conquista de derechos». La cita la viene usando Montero desde antes de ser ministra. En abril del pasado año, en Barakaldo ya las citó en otra charla. En la moción de censura que desalojó a Rajoy del Gobierno, tras acordarse de Rosa Parks, Montero tiró de nuevo de «las Cigarreras» como una marcha constante de Semana Santa en sus charlas. El discurso pro igualdad de Irene Montero apenas dio para pelear el empate de la disputa entre socios de Gobierno a cuenta del proyecto de Ley de Igualdad parido con prisas como ofrenda por el 8M. «Vamos a pelear la ley (de libertad sexual) con uñas y dientes porque en el trámite parlamentario habrá debate», indicó la ministra. Sobre todo, señaló, «en lo que se refiere a la prevención y la reparación de la víctima de violencia machista». «Feminismo también es redistribución del tiempo, los cuidados y la riqueza», apuntó. «La precariedad y la pobreza tiene rostro de mujer», dijo. «Hemos sobrevivido porque nos hemos apoyado las unas a las otras», dijo Montero al recordar que eso fue lo que hicieron las cigarreras que hace cinco siglos se organizaron para trabajar y a la vez cuidar de sus hijos en el mismo espacio de la conferencia. La ministra, como en los vídeos en el Ministerio con tarta de cumpleaños o las reuniones con «influencers», acudió al evento con su hija. «Este Ministerio –continuó con los dardos entre compañeros de Gobierno– de forma transversal tenemos el reto... Está la cosa para que me explique más: no digo reto para que mis colegas no se lo crean», expuso. La ministra también equiparó las políticas «de izquierda» con «políticas feministas».
Montero subrayó que su Ministerio tiene «un objetivo abolicionista» sobre la prostitución. Admitió que es uno de los debates «más encarnados dentro del feminismo» y aseguró que trabajará «codo a codo» con las que piensen diferentes. «Feminismo no es sólo la lucha sin cuartel contra las violencias machistas sino también la pelea por la redistribución de las riquezas, del tiempo y de los cuidados», defendió la ministra de Igualdad. «Este Ministerio tiene que ser casa común de millones de mujeres, y hombres, que llevan mucho tiempo, o poco, luchando por una sociedad más feminista y justa», dijo. Montero pidió tejer «complicidades» y aunque habrá momentos de «tensión» «no se puede permitir que el de enfrente gane posiciones», proclamó. «La extrema derecha nos utiliza políticamente. Necesita la desigualdad», manifestó, apelando de nuevo a «una poderosa alianza feminista». «No es una cosa novedosa», dijo antes de menciona a Las Cigarreras, «que en alianza conquistaron derechos laborales». Previamente, sobre el escrache al vicepresidente Iglesias, indicó que «es muy normal que los estudiantes hablen cuando tengan demandas». Sobre Cayetana Álvarez de Toledo, abundó que «no le han enseñado educación ni respeto», desde la sororidad.
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