Andalucía se estanca en el 68 por ciento de la renta per cápita de la UE

La convergencia en Andalucía, como escribió Galeano de la utopía, «se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá». Con un 68% la comunidad andaluza es una de las seis españolas que no alcanzan el 75% de la riqueza media per cápita en la UE, según Eurostat. Andalucía se estanca en un PIB por persona de 19.100 euros y 20.500 pps (unidades de paridad de poder de compra); sólo por delante de Extremadura y Melilla y en el vagón de cola además con Canarias, Extremadura y Ceuta. En esa horquilla destacan en Europa regiones centroeuropeas como Bulgaria, Hungría Rumanía, Polonia, Eslovaquia o el sur de Italia. Las regiones con mayor riqueza se encuentran, sobre todo, en Irlanda, sur y este de Alemania, norte de Italia y Austria. En España, Madrid, País Vasco, Navarra y Cataluña, sí superan la riqueza media de la UE.

Madrid fue la más rica entre las regiones españolas en 2018, con un PIB per cápita de 35.000 euros, equivalente al 125% de la media por individuo de la UE. Después se situaron País Vasco, con 33.200 euros y 35.600 pps (118%), Navarra, con 31.400 euros y 33.700 pps (112%) Cataluña, con un PIB per cápita de 30.400 euros y 32.600 pps (108%). Con Susana Díaz como presidenta, Andalucía volvió a ser una región de máxima prioridad, tras salir del vagón de cola antes de la crisis. Durante la recesión, la comunidad perdió 12 puntos porcentuales en lo que a convergencia se refiere. En 2007 estaba en el 79%, lo que motivó que Andalucía dejara de ser objetivo 1.

El último informe del Observatorio Económico del BBVA, titulado «La convergencia regional, apenas presente en la recuperación», recalca que «la recuperación iniciada en 2013 se está caracterizando por una convergencia en PIB per cápita entre las comunidades más lenta que la observada en la expansión entre 2000 y 2008». La crisis laceró la divergencia entre las regiones. La productividad ha contribuido a la divergencia regional en esta recuperación. La menor convergencia se produce a pesar de que las comunidades de menor renta como Andalucía están disminuyendo la tasa de desempleo a ritmos más altos en el periodo postcrisis que las de mayor renta. La elevada prociclicidad del empleo y el bajo crecimiento de la productividad en estas comunidades ilustra los problemas para generar tasas de crecimiento elevadas de manera sostenida», señala el informe del BBVA. «Para conseguir que la expansión actual genere una disminución de disparidades entre comunidades, se deben repensar las políticas económicas destinadas a un crecimiento mayor y persistente de la productividad, a mejorar la capacidad de atracción de inversión y a reducir la prociclicidad del empleo en las comunidades de menor renta». Adicionalmente, «se pueden diferenciar aquellas regiones donde la dinámica poblacional es desfavorable (como Asturias o Extremadura) de aquellas en las que es favorable (como Andalucía o Canarias)», añade el estudio. Entre 2008 y 2013 la brecha de Andalucía con las comunidades más ricas aumentó. Son las regiones con más recursos (Madrid, País Vasco o Navarra) las que lideran la productividad en España, pese a que «las comunidades con un PIB per cápita relativamente bajo lideran la reducción de la tasa de paro en la recuperación». Extremadura, Andalucía y Castilla-La Mancha «tienen unos ingresos per cápita inferiores al promedio y han pasado de crecer por encima del conjunto de España en la expansión anterior a la crisis a hacerlo en menor magnitud en esta recuperación», concluye el informe. La caída de la productividad, dice el informe, «podría estar relacionada con un menor crecimiento de la inversión en las comunidades de menor renta, ligada tanto al menor dinamismo del sector inmobiliario en estas comunidades como a sus dificultades para atraer inversión en otros sectores».

Después de cuatro décadas, Andalucía tiene ahora una tasa de paro que es 2,5 puntos porcentuales superior a la de 1981. La brecha en cuanto al paro es mayor que entonces en términos absolutos: de 351.000 personas sin trabajo a más de 806.000, según el INE. Hace cuatro décadas, el PIB per cápita de Andalucía fue del 71,87 % de la media nacional entre 1985 y 1991. En 2019 era del 74,3% (19.107 euros de media por a 25.727 nacionales), según recogió el profesor José Manuel Cansino en base a los cálculos de Manuel Martín para la revista «Investigaciones Regionales». Como señaló Cansino, «Andalucía lleva dos décadas pérdidas ya que entre 2000 y 2019 su PIB por habitante está atornillado en el 74% de la media nacional». Las posibles causas: «el peso que la industria andaluza aporta al PIB regional es tres veces menos que lo que en promedio aporta el mismo sector al PIB español».

Por su parte, el informe de Fedea titulado «La dinámica territorial de la renta en España: una primera aproximación», de Ángel de la Fuente, apunta que la diferencia entre la renta per cápita de la región más rica de España y de la más pobre se redujo a la mitad entre 1955 y 2018. Las diferencias entre norte y sur se acortaron hasta 1980. A partir de entonces, el ritmo de acercamiento a la renta promedio en el noreste se mantuvo al alza, y a la baja en el resto de España. En la mayoría de las regiones, «el componente de la productividad ha desempeñado un papel fundamental en la variación de la renta relativa, mientras que el mal comportamiento del factor empleo tuvo un peso importante en una serie de comunidades de renta intermedia y baja», entre las que estaba, y sigue, Andalucía. La convergencia, como la utopía según Galeano, en tanto inalcanzable, hasta la fecha apenas sirve «para caminar».