Coronavirus

Qué paella

Muchas familias hacen acopio de alimentos por el temor al coronavirus
Muchas familias hacen acopio de alimentos por el temor al coronavirusRuben mondelo .La razon .

Mitad che y mitad huelvana, aunque recriada en Cataluña, R. nos invita a su dacha de Isla Cristina para que disfrutemos mañana de la mejor paella al sur de Despeñaperros. Su muy previsor padre, desde Barberá del Vallés, telefoneó el lunes para instarla a adquirir los avíos «antes de que se acaben, porque aquí no se encuentra ya nada en los supermercados», y ella, matriarca de inflexible ordeno –y–mando, comisiona inmediatamente a su paciente pareja hacia la compra, pero F., a quien una larga experiencia como pinche de su santa ha convertido en profundo conocedor de ingredientes y medidas, vuelve al rato con el magro botín de su fracaso: «Dos botellas de aceite traigo, cariño». Ni arroz ni sal ni nada que sofreír ni caldo ni hortalizas ni carne, costillas y conejo porque una de las comensales es alérgica a las aves, que echarle al perol –las gambas se apañan, frescas, a última hora–. Las reservas caseras de cereales, un botecito por domicilio, solucionan el primer problema y la cocinera se compromete a peinar los comercios de proximidad en busca de lo que falta. El primer mensaje medianamente optimista al grupo de guásap celebra la disponibilidad de habichuelas verdes en una frutería, «pero me ha dicho la dependienta que nos olvidemos de los garrofones». Unos cuantos trozos de cerdo ibérico, bien que estabulados en una de esas horribles bandejitas de corcho. darán al guiso sabor y el color correrá a cargo del consabido azafrán, que se encuentra en cualquier sitio por no ser producto de primera necesidad y, por consiguiente, a salvo de acaparadores e histéricos. Un híper del extrarradio conservaba en sus expositores algo parecido a un muslito y un amigo se los llevó, aun temiendo caer en la literalidad del «dar gato por liebre», porque nadie le garantiza que el mercado sabatino oferte crustáceos o moluscos para coronar el plato, siquiera a precio de oro. Cerveza y vino habrá de sobra, pero me ha tocado conducir de vuelta.