Coronavirus
Asenjo: “Vamos a tener una sociedad desencuadernada a la que le esperan tiempos durísimos”
El arzobispo de Sevilla confía en que “lo que perdamos en esplendor se gane en intensidad y piedad” durante esta Semana Santa sin procesiones
Impresionado por la apabullante respuesta solidaria que está generando el coronavirus, el arzobispo de Sevilla, Juan José Asenjo, invita a vivir la Semana Santa "en la intimidad de nuestros hogares" y confía en la "buena voluntad" de las autoridades a la hora de combatir la pandemia.
Que no haya procesiones este año no quiere decir que no haya Semana Santa.
Efectivamente. Hemos suprimido las estaciones de penitencia por razones obvias, siguiendo las indicaciones de las autoridades estatales y autonómicas. Eso no significa que hayamos suprimido la Semana Santa. La tenemos que vivir con mayor intensidad si cabe desde la intimidad de nuestros hogares como Iglesia doméstica, que eso es la familia. Tendremos el apoyo de las televisiones, que nos van a brindar los actos litúrgicos del Triduo Pascual. Desearía que lo que perdamos en esplendor y en estética lo ganemos en intensidad, piedad y unción religiosa en estos días santos.
¿Estos días de confinamiento nos van a servir para reflexionar sobre los posibles excesos que se han podido venir cometiendo en los últimos años?
Estoy seguro de que a todos nos va a hacer pensar lo que está pasando. Tengo la impresión de que la humanidad había perdido su centro. En el pasado, la humanidad era fundamentalmente teocéntrica y hoy es antropocéntrica. Al hombre lo hemos instalado en el trono como el ser supremo. Nos hemos olvidado de Dios. Tal vez este mazazo grande que estamos soportando nos ayudará a buscar los valores sobrenaturales, los valores auténticos sobre los que se tiene que afincar nuestra vida.
Sevilla, en un ejercicio de responsabilidad, entendió la suspensión de las procesiones. ¿Fue una decisión complicada de tomar?
No. El alcalde, el presidente del Consejo y un servidor lo teníamos muy claro. Estoy muy bien impresionado por la aceptación por parte de las hermandades y del pueblo cristiano. No quedaba otro remedio. No teníamos otra alternativa.
Los fieles pueden seguir la misa por internet y televisión. ¿Se está esforzando la Iglesia para llegar a ellos, incluso a las personas de más edad que no tienen acceso a los nuevos medios técnicos?
Una cadena, 13 Televisión, transmite todos los días a las 7:00 la misa del Papa. También difunde eucaristías a las 11:00 y por la tarde. La 2 va a transmitir también todos los actos del Triduo Pascual y el Domingo de Pascua. Igualmente, 7TV va emitir los oficios del Domingo de Ramos, Jueves, Viernes, Sábado Santo y Domingo de Pascua celebrados por mí en la capilla de Palacio. Todos podemos seguir por televisión el cogollo de la Semana Santa.
¿Están haciendo las administraciones lo suficiente para combatir la pandemia?
Supongo que están haciendo lo que está en sus manos. ¿Se podría hacer algo más? A lo mejor es posible. Estoy seguro de la buena voluntad dentro de las administraciones y del sufrimiento que reflejan en sus rostros los responsables políticos y sanitarios. La avalancha de la pandemia es tan grave que a veces no se tienen los medios oportunos para salir al paso de ella.
Uno de los aspectos positivos de esta situación es la ola de generosidad que se ha generado. ¿Qué le parece la respuesta de los ciudadanos?
En estas semanas se está suscitando en nuestro pueblo los sentimientos más nobles de compasión, de solidaridad, de empatía, de ayuda fraterna, sintiéndonos un pueblo unido por la fraternidad humana y cristiana. Decimos todos que, probablemente, en estos días ha aflorado lo mejor de nosotros como pueblo. Me gustaría que eso no se perdiera. Espero que cuando termine la pandemia podamos seguir ejerciéndolo porque lo vamos a necesitar. Vamos a tener una sociedad desencuadernada a la que le esperan tiempos durísimos. No se pueden amortizar estos valores que en estos días han aflorado.
La Archidiócesis de Sevilla ha donado 300.000 euros para material sanitario y ha puesto a disposición de las autoridades el seminario. ¿Cáritas está redoblando sus esfuerzos?
Estamos redoblando los esfuerzos todos. La diócesis, Cáritas diocesana, las Cáritas parroquiales y las parroquias. Estoy en contacto con los sacerdotes. Me paso el día rezando, llamando a los sacerdotes y a las monjas de clausura, a las residencias de ancianos y a las personas que lo están pasando mal. Soy muy consciente de que estamos haciendo todo lo que está en nuestra mano. Cáritas está sirviendo a los pobres habituales y también a los nuevos pobres como consecuencia de esta circunstancia. Estoy contento y bien impresionado de la tarea que está haciendo la Iglesia en este momento tan grave.
Tendremos una nueva sociedad cuando acabe la pandemia. ¿Qué lecciones podemos sacar?
La primera lección es que somos seres finitos, limitados y contingentes. El hombre y la mujer habíamos creído que, alcanzando tantos progresos, íbamos a erradicar todas las enfermedades. Ha bastado un ser microscópico como el coronavirus para mostrarnos que necesitamos la ayuda de Dios, que necesitamos de los demás para vivir. Dios quiera que aumente entre nosotros la solidaridad, el sentimiento de familia y que nos unamos por la fraternidad humana y cristiana. Como dice San Pablo, los males sacan bienes. Estoy seguro de que después de esta tragedia va a surgir una humanidad más buena, renovada, más fraterna y más cristiana. Un poco de acuerdo con el corazón de Dios, con lo que Dios soñó cuando creó el mundo.
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