Religion
Gómez Sierra: «La Iglesia responderá a todos los retos que plantea esta nueva crisis»
Asume “con responsabilidad” la misión de ser obispo de Huelva y destaca que Sevilla le ha enseñado “la alegría de la fe”
Córdoba, Sevilla y ahora Huelva, sin perder de vista su Madridejos (Toledo) natal. Santiago Gómez Sierra pasa de ser obispo auxiliar en la capital hispalense a obispo titular de Huelva, el sexto desde que la diócesis se desgajó de la de Sevilla.
El pasado lunes se hizo público su nombramiento. ¿Siente ya el peso de la responsabilidad?
Soy consciente de la responsabilidad que tiene el obispo para ser imagen del Buen Pastor. También tengo confianza en la fe de la Iglesia. El Señor siempre nos da la gracia necesaria para aquello que nos encomienda. Ahora me envía a Huelva y sé que no me va a faltar su ayuda.
¿Qué referencias tiene de la diócesis onubense?
Reconozco que no conozco Huelva. En los años en los que he estado de obispo en Sevilla no he salido mucho de la diócesis, que es muy grande y requería una dedicación plena. En contadas ocasiones he ido a Huelva. Alguna vez he estado en Riotinto visitando a una familia amiga, en Lepe conmemorando la coronación de la Virgen de la Bella, en Almonte en algún día de la novena y en el Rocío acompañando a don José Vilaplana. También me he escapado al santuario del Rocío para rezar de una manera discreta.
¿Ha tenido la oportunidad de hablar con José Vilaplana, su antecesor?
Cuando el Nuncio me dio la noticia lo llamé inmediatamente. En estos días que han transcurrido hemos hablado dos o tres veces. Me animó y me expresó la ilusión de la diócesis. Me dijo que iba a ser bien recibido. Ahora tendremos que hablar un poco más y a lo largo del tiempo espero que esté con nosotros y pueda seguir siendo un buen consejero.
Sevilla «no ha sido un periodo transitorio, sino una etapa» en su vida. ¿Qué le ha enseñado?
Hay muchas cosas que nos enseña la convivencia, el trato y el acompañamiento del pueblo de Dios. Me refiero a los sacerdotes, catequistas, voluntarios de Cáritas, las hermandades y el pueblo fiel. Sevilla me ha enseñado la alegría de la fe. Me ha dado testimonio de una fe muy arraigada. A veces parece que vivimos en una sociedad al margen de Dios, pero ves cómo la fe, en los grupos comprometidos y en las parroquias, está muy presente en la vida de la gente. Uno reconoce lo que el Papa Francisco nos dice, los santos de la puerta de al lado.
En estos casi diez años en Sevilla ha visitado gran parte de las parroquias, muchas de ellas en zonas desfavorecidas. ¿Qué realidades encontró ahí?
Las visitas pastorales me han permitido conocer desde una parroquia del centro de la ciudad hasta otras de los barrios más pobres de España, por renta familiar anual. También he estado en la Sierra Sur, Norte, la Campiña o el Valle del Guadalquivir. Son realidades muy distintas, pero en todas ellas hay una presencia de la Iglesia sencilla y cercana. Siempre he experimentado una acogida grande.
Tomará posesión como obispo de Huelva tras una dura pandemia. La Iglesia tendrá que enfrentarse a nuevos retos.
La Iglesia tiene que compartir los retos de la sociedad. Ya estamos experimentando que esta crisis sanitaria trae consigo una crisis económica importante. Eso se traduce en necesidades perentorias. La pobreza no es sólo económica, hay una pobreza que se traduce en marginación social, en falta de cultura o de formación y espiritual. Los pobres también necesitan a Dios, su palabra y una comunidad que los acoja. La Iglesia responderá a todos los retos que plantea esta nueva crisis, sin duda ninguna.
Su trayectoria ha ido de la mano de Juan José Asenjo. ¿Qué destacaría de él en lo personal y como obispo?
He colaborado estrechamente con él tanto en Córdoba como en Sevilla. Destaco su cercanía y su trabajo. Es serio y riguroso. Muy consciente de la responsabilidad que tiene como cabeza de la Iglesia. Admiro sus cartas semanales y en cualquier ocasión su palabra certera para orientar.
En Huelva existe una expresión de la religiosidad popular muy genuina como es el Rocío. ¿Qué destacaría de esta devoción?
No la conozco mucho. Siempre que tenido una visita pastoral me he reunido con las hermandades y había alguna del Rocío, particularmente en el Aljarafe y en la ciudad. Estoy seguro de que descubriré mucho más esa devoción rociera como también otras devociones de la diócesis de Huelva. Es un manantial de una gran riqueza que tenemos que recibir, cuidar y saber transmitir a las nuevas generaciones.
¿Cuál es su carta de presentación ante los onubenses?
No tengo más carta de presentación que lo que supone ser un obispo, imitando en todo momento al Buen Pastor. No he venido para que me sirvan, sino para servir. También me pongo a los pies de todos.
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