Córdoba
Santa Sofía no es la Mezquita
Las autoridades turcas aluden al templo cordobés para justificar la conversión al culto islámico, pero la catedral tiene un relato «más complejo»
«La mezquita de Córdoba en España, construida como mezquita en el siglo VIII, fue convertida en iglesia en el siglo XIII. ¿Se usa como iglesia hoy día? Sí. ¿Está en la lista de Patrimonio de la Humanidad? Sí. Lo que importa es proteger el monumento, no si se usa como mezquita o iglesia». Son las palabras con las que el ministro de Exteriores de Turquía, Mevlüt Çavusoglu, se defendió de las críticas de la Unesco surgidas a raíz de la decisión de reabrir la antigua basílica de Santa Sofía al culto musulmán.
Hasta ahora, esta joya de la arquitectura bizantina se utilizaba como museo, puesto que en 1934 el máximo tribunal administrativo del país secularizó el edificio. Antes, desde la conquista otomana de Constantinopla en 1453, realizó funciones de mezquita, aunque en su origen, en el siglo VI, fue una iglesia bizantina. Y así lo atestigua la decoración de los muros de una construcción dedicada a la «Divina sabiduría». El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, acaba de firmar un decreto para transferir la titularidad del edificio del Ministerio de Cultura al organismo gestor de mezquitas, la Diyanet, por lo que el próximo 24 de julio se abrirá a los rezos. Una decisión que está levantando ampollas en historiadores y defensores del patrimonio, aunque las declaraciones del ministro de Exteriores habría que ponerlas en cuarentena.
¿Qué tienen en común ambos edificios? Son dos grandes emblemas de una punta y otra del Mediterráneo, dos construcciones muy simbólicas que se han convertido en iconos de Estambul y Córdoba. Sin embargo, la mezquita-catedral cordobesa es más compleja en cuanto a su evolución y a la convivencia de estilos arquitectónicos distintos. Santa Sofía es una catedral cristiana y estilísticamente así se ha mantenido como joya arquitectónica, independientemente del culto que se desarrollara en su interior.
La mezquita-catedral tiene un sustrato muy rico del siglo VI, perteneciente a una basílica paleocristiana que, según diversas fuentes, el poder omeya expropió para construir su mezquita aljama. Según los vestigios encontrados, no sólo se ubicaba allí el templo de San Vicente, sino una serie de edificaciones vinculadas al gobierno religioso de la época, una especie de complejo episcopal que incluiría una casa sacerdotal y otras construcciones similares. El culto católico es indudable, puesto que se han encontrado ladrillos con crismones y otros elementos decorativos cristianos.
Luego, desde el siglo VIII al X, llegó el «gran tsunami» que supuso la arquitectura omeya, permaneciendo todavía el mihrab de la antigua mezquita y los arcos de herradura bicolores tan característicos. Posteriormente llegaron las aportaciones gótica, renacentista y barroca. La Unesco, precisamente, reconoció este ejemplo de convivencia en 1984 declarando el monumento Patrimonio de la Humanidad. En definitiva, la mezquita-catedral de Córdoba es una «sucesión prodigiosa de sensibilidades» que ha ido contando la historia de la humanidad.
El edificio nació como templo cristiano, evoluciónó cinco veces y ahora sigue rindiendo culto a Jesucristo. La antigua basílica de Santa Sofía, un edificio concebido como templo cristiano, vuelve a ser un lugar de culto. Su huella cristiana permanece, aunque ahora se oculten los mosaicos que cuentan su origen».
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