"Las crónicas del salitre"

Carnaza

“La crisis nos está dando fuerte y entiendo que se busquen motivaciones que ayuden a los comerciantes de los centros, pero no son buenos tiempos para ser ‘La orquesta del Titanic’”

Kiko Rivera, a la izquierda, junto a Omar Montes y Luis Rollán, vestidos de Reyes Magos en el centro comercial La Cañada de Marbella
Kiko Rivera, a la izquierda, junto a Omar Montes y Luis Rollán, vestidos de Reyes Magos en el centro comercial La Cañada de MarbellaAntonio PazAgencia EFE

El problema no son las redes sociales, sino la cantidad ingente de imbéciles que las elevan a la consideración de “Biblia”. Ha pasado esta semana con el cutre intento de golpe de Estado en los USA. Ese tarado peligroso de Trump dice “Marchemos sobre el Capitolio”, sus redes lo lanzan, la turba monta la jodida cuchipanda y mueren cinco personas.

Salvando los millones de años luz, en mi pueblo, los responsables de un centro comercial, La Cañada en Marbella, deciden celebrar en su plaza central un “NO evento” durante la tarde de un sábado previo a Reyes (detalle importante), con un grupete de fantoches televisivos disfrazados de Magos de Oriente. La excusa es que harán una retransmisión por “streaming” de su “NO evento, NO convocado”. Dado que NO estamos en estado de alerta y NO existe una pandemia mundial, la NO organización, ni pide autorización, ni informa al ayuntamiento. ¿Dónde entran redes sociales como Facebook, Instagram, Tik Tok o Twitter (que por cierto, son empresas privadas con derecho de admisión), en los mensajes de efecto llamada, que estos famosos de “temporá” lanzan desde sus móviles; incrementado todo ello con la cobertura que Tele 5 les hace a los bolos de su camada? El cuadro resultante: cientos de personas apretujadas, fijo que compartiendo algún que otro “bichito”, los monos “televiseros” quedándose con el personal, los del centro comercial pidiendo ayuda a la Policía por que la cosa se fue de las manos, y Marbella de nuevo en los medios por un asunto que avergüenza. La carnaza ya estaba echada para estirarla durante unos días por el grupo Mediaset.

“Eramos pocos y parió la abuela” fue una de las frases que pasaron por la cabeza del concejal de Seguridad y de los policías de Marbella, que sin comerlo ni beberlo tuvieron que lidiar con el morlaco.

La crisis nos está dando fuerte y entiendo que se busquen motivaciones que ayuden a los comerciantes de este centro y todos los demás, pero no son buenos tiempos para ser “La orquesta del Titanic”. Hay vidas en juego y las cosas se deben pensar muy bien antes de jugar a la ruleta rusa publicitaria. Y un apunte más, calificar de “evento” lo que puedan perpetrar estos sujetos, es igual que comparar el concierto de Viena con el concurso de eructos y flatulencias que pueda surgir en la barra del bar de la esquina, aunque esté cerrado por pandemia.