Pandemia
Las secuelas del coronavirus en la sanidad: un año para recuperar operaciones
La parálisis de los quirófanos en los picos de la pandemia y el miedo de muchos pacientes a acudir a los hospitales lastran el sistema
Hace ya diez meses que el coronavirus se presentó en España para trastocar la vida social y personal de millones de personas. En Andalucía, fue el 26 de febrero cuando se detectó el llamado «paciente cero» y desde entonces las consecuencias de la Covid-19 han sido innumerables en la salud, la economía y en la propia sanidad pública, soportando un sobreesfuerzo para afrontar la mayor crisis sanitaria del siglo. La explosión de contagios de la última semana –con varios días por encima de los seis mil positivos y el pico marcado de casi 7.500 el jueves– ha obligado a activar el plan 4.500 para disponer de más camas en los hospitales, que ven cómo esta tercera ola ha vuelto a detener su actividad normal para poder atender a los enfermos de covid.
«Estamos empezando a suspender todas las cirugías diferibles, en el sentido de que la urgente se opera, lo oncológico se está operando, y las patologías benignas prioritarias que afectan a la calidad de vida también», asegura Salvador Morales, presidente de la Asociación Española de Cirujanos y jefe de la Unidad de Innovación y Cirugía Mínimamente Invasiva del hospital Virgen del Rocío de Sevilla. La actividad depende de «la disponibilidad de camas, esa es la clave. Cama que sobra cama que se ofrece para operar pacientes, pero la evolución no es buena porque la curva es vertical, con más uso de camas diarias», asegura.
El viernes se superaron los 3.300 pacientes y la semana próxima la Junta ha anunciado que activará por primera vez el plan 7.000 para disponer más camas por la gravedad de la situación. Mientras permanecen parados los quirófanos, el personal se redistribuye, enviando equipos de cirujanos a tratar a enfermos de coronavirus. A finales de noviembre, había 691.500 pacientes en lista de espera para someterse a una operación, veinte mil más con respecto a junio de 2019, según datos del Ministerio de Sanidad.
Otra dificultad con la que se han encontrado para operar es el miedo de los pacientes a acudir al hospital. Morales alude a estudios internacionales para fijar en 45 semanas –diez meses– el tiempo necesario para recuperar las operaciones que no han podido hacerse por una causa u otra y recuperar el nivel de lista de espera de febrero del año pasado. La estimación podría aumentar a un año, según apunta, después de la tercera ola de contagios en la que se encuentran Andalucía y España. No obstante, aclara que «a pesar de anular cirugías, los quirófanos son sitios seguros y es más importante operarse que dejar de hacerlo por miedo», ya que esto provocó que en los primeros compases de la pandemia aumentaran entre un 25 y un 30% las intervenciones graves de apendicitis o la atención tardía de ictus e infartos.
El presidente de los cirujanos admite que en la primera oleada de marzo esa seguridad no podía garantizarse. «No había suficientes PCR para los preoperatorios. Tenías miedo de cómo testar al paciente antes de llevarlo a quirófano. Muchos hospitales cerraron porque no tenían el recurso ni la claridad de cómo hacer un circuito seguro». La segunda, iniciada en octubre, impactó duramente en Sevilla «y a pesar de todo hospitales estuvieron abiertos. Se bajó la actividad y seguimos operando mientras hubiera una cama disponible».
Pero esta tercera oleada está superando las cifras críticas registradas hasta el momento y no tiene visos de detenerse aún. «Si sigue la cosa así va a ser complejo manejar la situación», advierte el responsable sanitario, que augura que «empezaremos a ver la luz a partir de febrero, tengo esa esperanza», fecha en la que se cumplirán dos semanas desde el endurecimiento de las restricciones en Andalucía. El cierre perimetral de la comunidad se activó el 10 de enero y la próxima semana se habrá extendido a la mayoría de municipios.
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