Pandemia

La «incertidumbre» de vivir con covid persistente

Afectados reclaman que se reconozca como enfermedad y unidades multidisciplinares para su tratamiento

Sandra González, que padece covid persistente, pide una mejor asistencia
Sandra González, que padece covid persistente, pide una mejor asistenciaLa RazónLa Razón

El relato de Sandra González es el de otras muchas personas, cada vez más, que pasaron la covid y continúan con secuelas derivadas de la infección. «Vives con incertidumbre porque no sabes cuándo va a terminar esto», asegura a LA RAZÓN esta granadina que sigue sufriendo un auténtico calvario mientras pasa de médico en médico sin recibir una atención integral que dé respuesta a sus problemas. Sandra dio positivo en octubre y pasó la fase aguda de la enfermedad como si fuera una gripe, con complicaciones a la hora de respirar pero sin apenas fiebre. Ya sin síntomas, estuvo casi 20 días aislada en casa «porque no me fiaba» y, después, vinieron tres días «perfectos». «Pensaba que había salido airosa», señala, pero al cuarto día aparecieron otra vez los síntomas de golpe.

A día de hoy, Sandra padece un cóctel de dolencias. «Sigo con dolores corporales. Me quedé casi sin poder andar porque me dio una poliartralgia. Tuvieron que llevarme a urgencias y allí me pusieron corticoides». De vez en cuando tiene febrícula, son brotes que afloran y «es como si todo volviera a empezar: dolor de cabeza, sensación de escalofrío y malestar general». Recientemente acudió de nuevo al cardiólogo porque «continúan las taquicardias a pesar de que tomo betabloqueantes». Además, tiene problemas cognitivos. «Se me olvidan las cosas, tengo que hablar muy despacio y he empezado con una especie de dislexia».

Sandra está peregrinando por múltiples especialistas. Neurólogo, cardiólogo, neumólogo, reumatólogo, ginecólogo, dermatólogo... «Ellos lo que hacen es atajar los síntomas. Si tengo dignea, me ponen inhaladores, y así con todo» y apunta un argumento común: «Siempre dicen que están aprendiendo a la par» por el desconocimiento que existe en torno a la enfermedad.

La covid persistente le ha afectado a su vida habitual, a sus rutinas e incluso a las relaciones sociales. «Hace poco estuve dos semanas sin poder salir a la calle. Esto tiene consecuencias en tu vida familiar, laboral y social». En definitiva, «te levantas y no sabes si dentro de un rato te vas a tener que volver a acostar o si esta tarde vas a poder quedar para tomar un café». Un panorama que «suena exagerado, pero es así».

Sandra pertenece a un colectivo de personas que sufren la covid persistente, comparten sus experiencias y ponen en común exigencias a la administración sanitaria. En breve se constituirán como asociación. Una de las principales reivindicaciones es el reconocimiento de la enfermedad. «Todavía hay médicos que no saben lo que es la covid persistente. Quien no lo sepa es porque no quiere o porque se opone a dar bajas por ello». También reclama «más investigación». «Queremos saber por qué algunas personas nos vemos afectadas y otras no. Queremos llegar al fondo de la cuestión».

Junto a ello, reclama la creación de unidades multidisciplinares para evitar la derivación constante a especialistas, con las demoras que esto provoca. «Al final se cronifican los daños por no atendernos a tiempo». En este sentido, Sandra plantea que los tratamientos se apliquen desde la atención primaria y, si es necesario, se coordinen luego las derivaciones a los especialistas. Además, plantea un problema que se está dando ahora, y es que se dan altas «sin que las personas estén recuperadas». «Te avisan con un mensaje o la empresa te llama y te dice que tenías que haberte incorporado hace dos días. Todo esto sin ver al paciente presencialmente en una revisión». Ante esta situación, expone que se pueden adecuar los puestos de trabajo a las personas que padecen covid persistente. «Si un trabajador no puede realizar esfuerzo físico porque se asfixia, se le puede buscar otro puesto», subraya, además de remarcar que «no queremos quedarnos en casa, sino que nos curen y volver a nuestra vida habitual».

La Consejería de Salud anunció la creación de unidades específicas para abordar la covid persistente, con el objetivo de ofrecer «una atención integral y multidisciplinar orientada al paciente y conseguir su restablecimiento funcional y la total integración en la sociedad». Estas unidades contemplan la presencia de un referente provincial, hospitalario y de distrito, «encargados de garantizar los circuitos y la prestación asistencial que precise este colectivo». Sin embargo, Sandra apunta que «no tenemos noticia de que estén funcionando». «Hemos tenido contacto con la Junta y quedaron en convocar una reunión con nosotros» que todavía no se ha producido.

La quinta ola avanza con fuerza mientras se multiplican las imágenes de jóvenes en botellones y otras concentraciones. Un escenario que a Sandra le provoca «rabia» porque las personas que no cumplen las normas «no saben lo que estamos pasando ni lo que pueden pasar ellos». «En un mes habrá una oleada de jóvenes con covid persistente», advierte, no sin antes apuntar que aumentan los jóvenes en el colectivo de afectados por esta enfermedad. «Da pena porque por irte una noche de fiesta te puedes arruinar la vida. Se la están jugando», subraya, además de recordar la situación «horrible» de muchas familias. «Tenemos gente de todas las edades y los casos que más nos impactan son los de los niños y jóvenes». Por ello, reclama «más prevención». «No sé a quién corresponde poner freno a esta situación, pero otra vez se nos está yendo de las manos».