«Somos lo más parecido a un hotel de cinco estrellas, pero aquí no sabemos cuándo salen nuestros turistas»

Es la única casa «de acogida» que posee la Fundación Infantil Ronald McDonald en Andalucía y da cobertura a niños gravemente enfermos –en su mayoría oncológicos– que requieren de tratamiento en este caso en hospitales de referencia en el área de Málaga. No sólo a ellos, sino que la tutela se hace extensiva a sus familias, durante el tiempo que necesiten de un hogar cerca del centro hospitalario en el que hayan de recibir la asistencia sanitaria.

Desde San Roque a Almería, pasando por Jaén o Huelva e incluso Melilla y otros puntos del norte de África, la Casa Ronald McDonald de Málaga es algo «parecido a un hotel de cinco estrellas», como subraya su gerente, Vicente Moros, con la salvedad de que «sabemos cuándo entran los niños y sus familias pero, por desgracia y a diferencia de un turista, no sabemos el tiempo que nos van a necesitar y cuándo van a salir».

Moros explica que «ahora que está tan de moda la humanización de la sanidad, atención clínica y social, es más importante que nunca reivindicar y visibilizar la importancia de cuidar a las familias con niños enfermos porque si un niño enfermo ve que sus padres están bien, le afectará positivamente, pero si ven que no tienen la atención y cuidados necesarios, eso hará mella en ellos».

El día a día en la Casa Ronald McDonald de Málaga «es emocionante, y trabajamos como una familia, aunque sea una familia temporal».

Según explica Moros, «nuestra labor se centra en familias que vienen de fuera y el apoyo más importante que necesitan es al principio, cuando ingresan», toda vez que aún «cuando a ti como padre te dicen que tu hijo sufre una cardiopatía, un cáncer o leucemia, el shock es muy grande; pero si encima te dicen que tienes que coger maletas y trasladarte de tu provincia, el daño es aún mayor». En el momento en que ingresan en la Casa Ronald McDonald «es cuando verdaderamente pones los pies en la tierra y eres consciente de la realidad; el mundo se te derrumba, dejas atrás trabajo, otros hijos, y el shock es muy grande».

Es entonces cuando los trabajadores que integran la Casa Ronald McDonald y sus voluntarios –cerca de medio centenar en Málaga– «empezamos nuestro trabajo: les arropamos para que estén tranquilos y seguros, partiendo de lo más importante como es un techo».

Según Moros, «hay que hacerles ver que esto es algo temporal y por suerte en la mayoría de los casos se les dará el alta y volverán a casa para recuperar tu entorno social».

En el día a día «trabajamos como una familia temporal que les escucha, comparte sus preocupaciones, y les hacen relativizar y minimizar algo tan importante como es la enfermedad de un niño». Una vez que el enfermo es dado de alta «llega la mayor satisfacción que podemos recibir, que nos agradezcan la ayuda de manera emocionada, diciéndonos que es impagable lo que hemos hecho por ellos».

La casa

La casa es la zona «segura» del niño, su espacio de confort, en el que «intentamos curar y sanar el alma que está herida y dolida en ese momento», dice su gerente.

Se trata de un edificio de 1.600 metros cuadrados cedidos por la Diputación Provincial de Málaga, que cuenta con catorce habitaciones, cuatro camas cada una de ellas, terraza, cuarto de baño y otras dependencias. «Es una casa colorida, acogedora, alegre, en la que hacemos que cada uno se sienta como en su propio hogar», subraya Moros. La planta baja se compone de «servicios comunes, y bibliotecas donde se da clase a niños enfermos por parte de profesoras de la Consejería de Educación para que no pierdan el curso y hagan con normalidad sus exámenes que son remitidos a sus colegios».

Pero el ocio es uno de los «puntales» del inmueble, que posee sala de cine, sala de usos múltiples, zonas de juego y patios en los que «a los niños se les ve felices, corriendo, sonriendo». De hecho, «aunque parezca mentira creerlo, llegan a lo mejor de una sesión de quimioterapia en el hospital, incluso en silla de ruedas, y cuando entran aquí, saltan literalmente de la silla y se ponen a jugar», relata emocionado Moros.

Los «requisitos» que han de cumplir las familias que requieran de ingresar una temporada en ese hogar son simples: tener un hijo enfermo y vivir fuera de la provincia de Málaga, donde se ubican los hospitales de referencia y con escasos recursos para poder sufragar el montante económico que acarrea la enfermedad. «Eso sí, por ello priorizamos niños que tengan tratamientos más largos».

Fundación Infantil Ronald Mcdonald

La Fundación Infantil Ronald McDonald es una entidad sin ánimo de lucro e independiente, creada en 1997 cuya misión es crear, buscar y apoyar programas que mejoren de forma directa la salud y el bienestar de los niños y niñas gravemente enfermos que han de desplazarse de su residencia habitual para recibir tratamiento médico requerido.

En la actualidad, hay cuatro Casas Ronald McDonald en España. En Barcelona se encuentra cerca del Hospital Universitario Vall d’Hebrón, en Málaga está situada en las inmediaciones del Hospital Materno Infantil, en Valencia a pocos metros del Nuevo Hospital La Fe y en Madrid en el propio recinto hospitalario del Hospital Infantil Universitario Niño Jesús.

De cara al 2022, la Fundación Ronald McDonald tiene previsto poner en marcha las obras de la que será casa de acogida de Sevilla, para dar cobertura a enfermos y familiares que requieran de cobertura sanitaria en hospitales de referencia de la capital hispalense y su área de influencia.

Desde sus inicios, la Fundación Ronald McDonal ha atendido un total de 11.876 familias desde el año 2002, y a 5.175 niños enfermos, en las siete casas que posee en toda España.