Droga

El control del cultivo de cáñamo industrial dispara la incautación de marihuana en Almería

Casi el 70% de las más de 630.000 plantas intervenidas se relaciona con plantaciones con supuestos fines industriales

Un agente de la Guardia Civil en un invernadero de marihuana
Un agente de la Guardia Civil en un invernadero de marihuanaGUARDIA CIVILGUARDIA CIVIL

La Guardia Civil libra batalla en Almería para evitar que la huerta de Europa sea también la principal productora de marihuana del continente. Los datos de intervenciones contra el cultivo de esta sustancia han sufrido este año un aumento exponencial con el seguimiento de un fenómeno que se encontraba en alza: la petición de autorizaciones a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios para convertir invernaderos dedicados a la agricultura en productores de cáñamo industrial. Ya hace más de dos años que la benemérita advertía de que no era el “negocio redondo” que ofrecían algunas “empresas”, en realidad organizaciones ilícitas ocultas, para que los propietarios de fincas pudieran olvidar los caprichos de la pizarra de precios. Con el balance de 2021 y las 420.00 plantas intervenidas en el control de este tipo de invernaderos, sobre todo en el Poniente almeriense, parece claro que el oasis de rentabilidad no era precisamente el cáñamo.

“Los propietarios de tierras ya tienen más claro qué es lo que algunos delincuentes ofrecen. Si hay cogollo, secado o plantas hembras en el cultivo, eso no es un fin industrial. Y si se trata de uso medicinal, los permisos son de otro tipo y también mayor el control del THC de la plantación”. Según ha explicado David Domínguez, portavoz de la Guardia Civil en Almería, después de varias detenciones y multas millonarias “poco espacio queda a la ingenuidad del agricultor” en cultivos tan específicos como estos. Y puntualiza que el cultivo de cáñamo está permitido exclusivamente para la producción de fibra o semillas.

Y es que es el volumen de estas plantaciones supone un nuevo prisma para el negocio del tráfico de drogas. Aunque siguen siendo importantes y al alza actuaciones en narcobloques, la mayoría de las veces ocupados ilegalmente y siempre con enganches ilegales a la red eléctrica; la superficie utilizada deja cifras muy diferentes. Operaciones como Ébano en supuestas fincas industriales batían récords con hasta 120.000 plantas en siete fincas invernadas, sólo para ser superadas por Boquera con casi 160.000 y hasta 6.000 kilos de cogollos incautados.

Pero con un total de 169 detenidos el balance de la marihuana en Almería deja claro que no existe un único perfil de cultivador y expone también una preocupantes cuestión social.

Cifras menos escandalosas en cuanto al número de plantas pero también foco importante de delincuencia organizada e inseguridad ciudadana es la utilización de viviendas, naves industriales o locales para la producción. Los narcopisos dejan, además, numerosa incautación de armas, munición y dinero en efectivo. Suponen otros espacios criminales relacionados con la marihuana donde también se negocia y mercadea con esta y otras drogas. Domínguez ha lamentado un hecho de especial interés social: “cultivadores conviven a menudo con las plantaciones, incluso con menores de edad en la vivienda.”

Entramados complejos de elevado alcance, donde encontramos también elementos comunes en la gestión de esos variados inmuebles. La mayoría de los detenidos están relacionados con delitos de defraudación de fluido eléctrico, para poder hacer uso de los elementos necesarios para el cultivo. Se han neutralizado 416 enganches ilegales a la red eléctrica e hídrica.

La lucha sigue y también el riesgo para la sociedad. Los datos ponen de manifiesto que este tipo de actividad delictiva está relacionada con otros tipos punibles, Y no sólo los mencionados, incluso, delitos que reportan una mayor gravedad. Y ya se han dado casos también de asaltos e intentos de robo en cultivos, incluso con tiroteos y, a veces, hasta por equivocación. Se cumple también un año de la detención de ocho personas por un tiroteo mortal en el robo a una finca de cáñamo legal en Almería.