"El bloc"

Me cago en la leche

“El producto se ha diversificado con sucedáneos de toda clase desde que se declarase la pandemia del siglo XXI”

Estanterías de supermercados con estanterías vacías sobre todo de leche
Estanterías de supermercados con estanterías vacías sobre todo de lecheCipriano PastranoCIPRIANO PASTRANO

Ni líquida ni en polvo ni concentrada en crema, ni siquiera en su versión condensada e hipercalórica. No hay leche, y miren que el producto se ha diversificado con sucedáneos de toda clase desde que se declarase la pandemia del siglo XXI, que en absoluto es el declinante Covid-19 sino la intolerancia a la lactosa. No queda tampoco leche sin eso mismo, lactosa, lo que quiera que sea semejante mejunje, tampoco aquellos lujos de la posguerra que eran la leche de oveja o de cabra, la de camella que liba el beduino y ni hablar de la leche de burra en la que se bañaba Cleopatra para cuidar su piel broncínea, que hoy asombra esa extravagancia mientras se contempla con naturalidad a las señoras con dos rodajas de pepino por anteojos. Y algún concurso de televisión de los ochenta, que nos enseñó que la leche del yak era rosa. Añoranza infantil de la leche merengada o chocolateada, ay, mientras los adultos no encuentran leche de soja, de almendra, de arroz, de coco, de chufa (o sea, horchata) de avena, de sésamo, de nueces, de pistacho, de guisante, de quinoa, de lino, de espelta y hasta de alpiste (no es broma), de un sinnúmero de vegetales que privan de su esencia a la leche, alimenticia por la riqueza proteínica de su origen animal. Pues imposible comprar nada de eso. Rica por su grasa, aunque no queda leche desnatada, aguachirle insípida para tranquilizar conciencias, ni ese «aggiornamiento» del término mediopensionista que es la leche semidesnatada, que por supuesto también se ha agotado. Ignoro si también están desabastecidas las farmacias de la imitación industrial de leche materna, el brebaje primigenio de la vida. «Ay, qué mala leche nos dan los lecheros: es mucha peor la que tiene el camionero», podríamos cantar versionando un viejo ripio de la lucha obrera.