Sociedad

El semáforo en el que Chiquito grita “¡Quiétorrr!” cuando no se puede cruzar

Málaga cuenta con una señal semafórica con figuras animadas y luces led que homenajean al mítico humorista y cantaor

Málaga cuenta desde ahora con un semáforo para peatones único en el mundo, con figuras animadas con luces led que reproducen los andares de Chiquito de la Calzada, cuya voz grita “¡Quiétorrr!” cuando no se puede cruzar y “¡Al atáquerrr!” cuando comienza la fase verde para los viandantes.

Todo ha sido posible gracias al reto aceptado por un grupo de alumnos de Formación Profesional y sus profesores en la Escuela Ave María de la capital malagueña, que han desarrollado durante un mes y medio en absoluto secreto este proyecto tras recibir la propuesta del Ayuntamiento de la ciudad.

Finaliza la ejecución del semáforo ornamental homenaje a Chiquito de la Calzada. AYUNTAMIENTO
Finaliza la ejecución del semáforo ornamental homenaje a Chiquito de la Calzada. AYUNTAMIENTOAYUNTAMIENTOAYUNTAMIENTO

Cuando el peatón pulsa el botón para cruzar la calle, comienza el espectáculo, con la silueta de un Chiquito iluminada en rojo que flexiona la pierna en su característica postura vacilante, y en ese momento empieza la retahíla de expresiones que hicieron famoso al humorista malagueño.

“¡Quiétorrr! Le voy a poner una multa que no se la va a quitar ni Perry Manso. Relájate. Eres un torpedo. ¿Te das cuen? Usted se mueve más que los precios. Que me voy a cagar en tus muelas. No puedo, no puedo, no puedo. ¡Cobarde! ¡Fistro! ¡Pecador!” son algunas de las frases que se pueden oír en la fase roja.

A continuación, el “muñeco” de Chiquito diseñado por los alumnos y profesores se desliza, por obra y gracia de la electrónica, de la ventana superior a la inferior del semáforo, pasa a tener un color verde para indicar a los peatones que ya pueden cruzar y vuelve a echar mano de su diccionario particular.

“¡Al atáquerrr! Hasta luego, Lucas. Siete caballos que vienen de Bonanza. No te digo trigo por no llamarte Rodrigo. Un lago negro, un lago blanco. ¡Nooorrr! Que pasan los coches a 160 kilómetros por hora”, dice el humorista, que pronuncia también alguno de sus míticos jipidos.

“El reto más importante ha sido que los muñecos del semáforo original eran fijos y hemos tenido que cambiarlos con matrices de ledes para que fueran programables y dotarlos del movimiento de Chiquito”, ha explicado este martes Miguel Descalzo, profesor de Electrónica en este centro, tras la presentación del semáforo por el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.

Han utilizado el altavoz que ya tenía el semáforo sobre el que han trabajado y su fuente de alimentación, y le han añadido “un reproductor de MP3 que se ha incorporado al microprocesador para que el botón envíe la orden de empezar el sonido”, añade Descalzo.

“Hemos tenido que ver unos cuántos vídeos de Chiquito para reproducir sus movimientos”, admite el profesor, que ha trabajado con un grupo de alumnos de entre 16 y 18 años.

Otro de los docentes que han participado, Francisco Pareja, precisa que han empleado “alrededor de treinta chistes de Chiquito de los que se han recortado los audios con las expresiones, y ha sido como un cortar y pegar pero con audios, muy divertido para los alumnos y también para los profesores”.

“Chiquito de la Calzada, don Gregorio (Sánchez Fernández), era una persona muy entrañable y muy querida en Málaga, y casi era vecino de esta escuela”, resalta Pareja.

Por su parte, el concejal de Movilidad de Málaga, José del Río, ha apuntado que el semáforo ofrece la posibilidad de subir y bajar el volumen y de limitar el horario de funcionamiento del sonido de Chiquito para que no moleste a los vecinos.

Con una fase roja de 40 segundos y otra verde de 60, que se pueden modificar, el semáforo no está homologado para que se instale en un lugar para regular el tráfico, por lo que su función es solo ornamental para quienes quieran ver el movimiento del humorista y oír sus frases, según el edil.

El Ayuntamiento aún no ha decidido la ubicación exacta del semáforo, aunque baraja la posibilidad de pedir un segundo ejemplar a los alumnos y instalar uno por la zona del centro histórico que frecuentaba Chiquito y el otro en el entorno en el que vivía, en el barrio malagueño de Huelin.