"Méritos e infamias"

Un desconocido en la Transbética

“No hay dinero para la felicidad de más de media ciudad, ya saben, ni tragaderas suficientes para los sevillistas que vieron al ex alcalde identificado con los colores del rival”

Varios cargos socialistas en la recepción al Betis en el Ayuntamiento de Sevilla
Varios cargos socialistas en la recepción al Betis en el Ayuntamiento de SevillaPP SEVILLAEuropa Press

Muchas frases sí eran de Alfonso Guerra, otras como las de «el que se mueva en la foto no sale» no, pero se la adjudicaron a él como lo de que a la gente le diera por escuchar a Gustav Mahler, que tampoco era verdad, porque fue cosa de Don Federico Sopeña. Da igual, porque si te da por poner «El canto de la tierra» se te olvidan el Guerra y Sopeña en tres minutos. Pero lo que sí importa es lo de la foto, porque hay que salir en ella a toda costa, no hay que perder el sitio. Le acaba de pasar al bueno de Juan Espadas con el Real Betis, campeón, asomado al Ayuntamiento de Sevilla sin ser ya el capataz del cortijo. Hasta Susana Díaz aprovechó la ocasión para chupar cámara y quedar retratada. Quedó raro, Juan, la verdad, ese paripé para colarse con la copa en todos los informativos no teniendo ya nada que decir en la Casa Grande. Es verdad que cuesta dejar el sillón del poder, ¿dijo aquello del jarrón chino Felipe?, ¿verdad? Allí en esa esquinita de la gloria bética se trabajó a la afición verdiblanca antes de que se convocaran las elecciones como los novios antiguos agarrados en las rejas moras. «Ven que te tiente», que así nos vamos a ver cuando nos den los resultados el 19-J. Qué buena es esa, Espadas. ¿Cuánto vale esa promoción? No hay dinero para la felicidad de más de media ciudad, ya saben, ni tragaderas suficientes para los sevillistas que vieron al ex alcalde identificado con los colores del rival. ¡En qué charco que nos metemos!, parece mentira que no conozcamos la ciudad después de haber salido tantas veces delante de la patrona el Domingo de Ramos. Quedan campeonatos de petanca, partidas de dominó y torneíllos de tenis de mesa para darle mecha a un candidato muy flojo, quiero decir sin pegada, al que no le ponen rostro más allá de la SE-30, en ese territorio llamado la Transbética donde el voto hay que pelearlo.