Medio Ambiente

El desierto de Europa se llena de agua: récord en Almería

La provincia almeriense rompe los registros de pluviometría y elude los riesgos de abastecimiento y riego para este año

Un hombre camina bajo la lluvia por el Paseo Maritimo de Almería. EFE / Carlos Barba
Un hombre camina bajo la lluvia por el Paseo Maritimo de Almería. EFE / Carlos BarbaCarlos BarbaAgencia EFE

Desde la última semana del mes de marzo, Almería ha registrado máximos históricos de precipitaciones, triplicando las reservas de los embalses y mejorando enormemente el nivel de los acuíferos de los que principalmente se nutre el abastecimiento en la provincia. Si ya en marzo la estación principal de la Agencia Estatal de Meteorología recogía un 764 % más de lo habitual, con hasta 123,8 litros por metro cuadrado y superando el mejor registro desde 1968; abril también superó la media histórica con intensas nevadas y mayo ha continuado con las atípicas pero intensas precipitaciones. De hecho, el pasado día 4 fue la jornada más húmeda desde 1957. «Llevo siete años trabajando en Almería y no he visto nunca tantos días seguidos de lluvia. Hace cuatro años tuvimos una primavera con muchas precipitaciones, pero ni se acercaba a los datos que estamos recopilando en 2022». Sergio García, observador de meteorología de la estación ubicada en el aeropuerto almeriense, confirma una tendencia que ha transformado el año hidrológico actual, de la sequía extrema desde octubre hasta febrero, a la mejor reserva hídrica de la última década.

«El Día Mundial del Agua advertíamos de la posibilidad de cortes en el abastecimiento para el riego en el Almanzora o, incluso, en el Poniente. Con un aumento exponencial del agua en los embalses, con acuíferos como el Río Aguas que estaban completamente secos y ahora presentan una importante lámina, se alejan esos temores», señala Lucía Acuña, secretaria de la Asociación Acuíferos Vivos, que lucha por la recuperación de los mismos en la provincia y reconoce un cambio de paradigma en la situación almeriense. Aunque recuerda que el agua «es un bien finito y seguimos con ausencia de mecanismos para que estas lluvias sean recogidas y no tengan que ser evacuadas directamente al mar», este año el suministro será más barato para los agricultores que no tendrán que tirar tanto de la desalada. Además, los hogares no tendrán ningún tipo de restricción. En Almería el 80% del suministro sigue llegando del agua subterránea y de ese porcentaje un 60% se utiliza en el riego agrícola. «La nieve y la filtración de lluvias que, por lo general han sido intensas pero ordenadas, revierten en la recuperación de niveles en los acuíferos como no teníamos desde hace tiempo», indica Acuña. Los datos apuntan a la primavera más lluviosa en Almería, dónde algunas ubicaciones de la Sierra de Los Filabres o Alto Almanzora han llegado a superar los 300 litros por metro cuadrado. De hecho, los dos principales embalses almerienses presentan datos muy por encima de la media. En Benínar se acumulan ya hasta 13,44 hectómetros cúbicos, lo que casi duplica los 7,19 del 2021. El pantano de Cuevas del Almanzora, con 39,67 hectómetros cúbicos, también multiplica por dos la acumulación del pasado año, lo que relaja las demandas de trasvase de una comarca que parecía destinada a perder sus cultivos de cítricos de temporada.

Hasta el paisaje cambia en el nuevo panorama de humedad, con un manto verde en el desierto de Tabernas y en todo el entorno del Parque Natural del Cabo de Gata. “Sin duda se hace notar el cambio climático”, dice José María Calaforra, hidrogeólogo de la Universidad de Almería y presidente de Acuíferos Vivos, quien señala que “tuvimos un inicio de año absolutamente seco y desde la semana 10 del ciclo hidrológico estamos sobrepasando las capacidades que teníamos de media. Tenemos grandes pendientes de llenado y de vaciado, lo que hace que dependamos de recursos extremos.”

Un nuevo marco en el que la cuestión pasa a ser, en plena revisión de las planificaciones hidrológicas, cómo trasladar estos “periodos extraordinarios de lluvia a las previsiones hidrológicas de la provincia”. Como explica Calaforra, “las medias están alteradas completamente y al basarse las planificaciones en ciclos medios, se puede dificultar mucho la realización de planteamientos a futuro de nuestras reservas”. Un cambio que en apenas tres semanas deja atisbar un futuro de cambios meteorológicos radicales, concentradas en un mismo año hidrológico largas sequías con lluvias concentradas. Sin incidencias graves porque no llovía torrencialmente, sino abundante y continuo estos días primaverales, en Almería han servido para asegurar una campaña agrícola que ya avecinaba restricciones graves. Manuel García Quero, presidente de la Junta Central de Usuarios del Acuífero del Poniente almeriense, tranquilizaba a la principal comarca productora de Almería. “Ya teníamos garantizados los caudales porque tenemos tres procedencias y no dependemos exclusivamente de que llueva, pero vamos a dejar de extraer hasta 10 hectómetros cúbicos de agua del acuífero, que es lo que ha subido de golpe el pantano de Benínar”. Los agricultores no recibían ni un solo litro de esa infraestructura desde el mes de noviembre por su bajo nivel y “ya hemos abierto de nuevo un caudal de hasta 500 litros por segundo para llevar a las fincas”. Junto la provisión de la desaladora del Campo de Dalías habrá agricultura intensiva. En el Levante termina la preocupación y solo varios rescates, de un caballo y de una conductora ante subidas de caudal e inundaciones puntuales, en una primavera que ya es la más húmeda para Almería desde que hay registros.