Viajar
Qué ver en Sevilla: monumentos imprescindibles
Recorra los principales enclaves de la capital hispalense para conocer un poco más de su Historia
Quienes la visitan, así lo corroboran: Sevilla tiene un color especial. Y aunque pueda sonar a tópico, la capital hispalense alberga un sinfín de monumentos y rincones que hacen de ella una ciudad única. Todo ello sin contar con su clima, su gente y, como no podía ser de otra forma, con sus bares y restaurantes, lo que la hace aún más apetecible.
¿Quieres visitar la capital y te preguntas qué ver en Sevilla? En este caso, todo dependerá del tiempo que dure tu estancia. No obstante, te dejamos una serie de recomendaciones de algunos monumentos imprescindibles que no te puedes perder.
Para empezar, puedes visitar la Catedral de Sevilla y todos los tesoros que se encuentran en su interior. Sus majestuosos techos, su órgano principal y sus impresionantes vidrieras te dejarán sin palabras. Este emblemático templo, junto al Real Alcázar y el Archivo de Indias, es declarado Patrimonio de la Humanidad en 1987. Además, ¿sabías que es la catedral gótica más grande del mundo? Si tienes tiempo, también te recomendamos que reserves una visita guiada a sus cubiertas, en donde conocerás la historia de sus inicios de una forma amena y divertida.
Claro que si el tiempo no está de tu lado, antes debes subir a La Giralda, la torre campanario de la Catedral de Santa María de la Sede. Sus casi 98 metros de altura, las maravillosas vistas que tiene a la ciudad y cada uno de sus detalles la convierten en un emblema para Sevilla y Andalucía. Como curiosidad, esta torre no cuenta con escaleras, sino que se compone de rampas. ¿Te atreves a contar cuántas son?
Otro de los lugares más maravillosos de la ciudad son los Jardines del Real Alcázar. Se trata deun conjunto de palacios de distintos estilos que van desde el Mudéjar, pasando por el Gótico y el Renacentista. Recorre sus salones, estanques, fuentes y, por supuesto, sus numerosos jardines y transpórtate a otro siglo. Además, si eres fan de Juegos de Tronos, probablemente reconozcas muchos de sus espacios.
También otra de las insignias de la ciudad es la Plaza de España. Es única, majestuosa y con casi 200 metros de diámetro. Esta plaza fue diseñada por el arquitecto sevillano Aníbal González para la Exposición Iberoamericana de 1929. Se encuentra dentro del Parque María Luisa y destaca por tener bancos de azulejos que representan todas las provincias de España. Y por si no fuera suficiente, además es gratuita.
Una vez dentro, no te puedes ir de la zona sin entrar en el parque más famoso de la ciudad: el parque María Luisa. Entre sus curiosidades, cabe destacar que al principio formaba parte de los jardines privados del Palacio de San Telmo y que su historia está ligada a varias mujeres. En su interior alberga el Museo Arqueológico y cuenta con numerosos enclaves como el monte Gurugú o la isleta de los pájaros.
Y de allí puedes dar un paseo por el margen izquierdo del Guadalquivir, donde se contempla la ciudad desde otra perspectiva y se ven algunos de sus numerosos puentes. Si andamos menos de diez minutos, nos encontramos con la famosa Torre del Oro, actual museo marítimo. Esta fue declarada monumento histórico-artístico en 1931 y es uno de los símbolos de la ciudad. Hay algunas teorías sobre su nombre y los reflejos dorados que producían los azulejos que la recubrían en su época, pero lo cierto es que es al atardecer es un faro de luz para la ciudad.
La república independiente de Triana
Justo en esta orilla, puedes seguir caminando y encontrarte a la derecha el Real Maestranza de Sevilla, otro de los lugares para visitar si eres un aficionado taurino. Si miras hacia el río, enfrente se sitúa el famoso barrio de Triana y, por supuesto, su conocido Puente de Triana o Puente de Isabel II, el más antiguo de Sevilla. Triana es un antiguo barrio de alfareros y pescadores en el que se respira tradición, gozo, alegría y un sinfín de experiencias que deben ser vividas. Famoso también por tradición cofrade, esta pequeña ciudad al otro lado del río ofrece lo que todo turista busca: rincones únicos, monumentos y bares por doquier.
De Triana volvemos a Sevilla Y qué mejor forma de hacerlo que tomando una cerveza con vistas en la Plaza del Salvador y frente a la Iglesia del Salvador, para muchos considerada como una segunda catedral. Este templo, declarado bien de interés cultural, consta de un retablo mayor que es una de las obras más representativas del barroco sevillano. Además, su fachada en medio de la plaza, no te dejará indiferente.
Y de ahí caminamos por la conocida y estrecha calle Cuna, que nos llevará hasta la calle Imagen, donde se encuentra uno de los monumentos más llamativos de la ciudad: Las Setas. Se trata de una gran construcción que fue inaugurada hace poco más de diez años y que tiene un gran mirador de la ciudad. Además, en la parte baja alberga un Museo Antiquarium con vestigios arqueológicos muy interesantes de conocer.
Por último, aunque desconocido para muchos, una de las visitas obligadas en la ciudad debería ser el Museo de Bellas Artes de Sevilla, una reliquia para todo el que sea amante de la pintura. Además de contar con obras maestras del artista Murillo y otras colecciones fascinantes, el edificio y la plaza en donde se sitúa hacen que este lugar sea mágico.
✕
Accede a tu cuenta para comentar