Opinión | Méritos e infamias

A por el Algarrobico

Aprovechando la inercia del éxito en Doñana, Juanma Moreno le ha pasado la pelota, otra vez, a la ministra Teresa Ribera

El Ayuntamiento de Carboneras (Almería) celebra un pleno extraordinario en el que se va a desclasificar el paraje de El Algarrobico para declararlo no urbanizable, lo que facilitará que se anule la licencia del hotel construido por Azata del Sol y su posterior derribo.
El Ayuntamiento de Carboneras (Almería) celebra un pleno extraordinario en el que se va a desclasificar el paraje de El Algarrobico para declararlo no urbanizable, lo que facilitará que se anule la licencia del hotel construido por Azata del Sol y su posterior derribo. Carlos BarbaAgencia EFE

En la costa de Almería los restos del hotel Algarrobico siguen intactos, tanto, como la maraña política y judicial que permite que aquel mamotreto siga en pie para escarnio del paisaje y vergüenza de nuestras conciencias. Parece que este año, 2024, será el suyo si las administraciones quieren de una vez por todas. A ver si es verdad o nos quedamos únicamente con la estrategia. Aprovechando la inercia del éxito en Doñana, Juanma Moreno le ha pasado la pelota. otra vez, a la ministra Teresa Ribera, para que arranque la demolición, que cuesta más de diez millones de euros que tienen que venir desde Madrid. Bueno, empezamos a tragar saliva, porque si la pasta no llega no van a dar ni un sólo martillazo en Carboneras, pero ni uno sólo, y entonces el partido pasará de la ecología, del respeto a la Justicia, de la colaboración a la andaluza, a una estrategia de confrontación política utilísima para desgastar desde el Sur al gobierno de Pedro Sánchez. Tan diligentes como fueron al poner el grito en el cielo por el agua de Doñana, no dejarán sine die que el hotel más famoso de España siga cargándose el paisaje del Cabo de Gata. Es la lectura que se extrae de la ecuación simple que plantea la Junta, encargada de recuperar el terreno, cosa ya imposible, como asegura la promotora, una vez que se tire abajo el edificio. Tendremos Algarrobico, de ida y vuelta, sin que entre una sola excavadora antes de que este asunto se use como arma arrojadiza porque su desarrollo es elemental hasta el extremo. Con Doñana sucedió lo mismo hasta que se firmó la «Paz de Almonte» con 1.400 millones de euros hasta 2027 y desde entonces no se ha visto a ningún ecologista levantar la voz por el acuerdo. Con el Algarrobico si no hay dinero y llegan las máquinas se enquistará mientras le siga interesando a las administraciones, porque a Europa no le preocupa el mamotreto en la playa como los patitos de Doñana.