La Audiencia Provincial de Almería ha condenado a penas que suman 21 años y un mes de prisión al hombre que intentó matar a otro a cuchilladas y que disparó contra una mujer para posteriormente retener a su hijo menor de edad bajo amenazas de muerte en el interior de dos viviendas que allanó en Vícar (Almería) en agosto de 2021.

El tribunal considera al acusado, quien admitió los hechos en la vista oral y trasladó su "arrepentimiento", autor de hasta ocho delitos, entre ellos uno de homicidio en tentativa, otro de detención ilegal y tres de lesiones agravadas, y fija la responsabilidad civil en más de 11.600 euros. La sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, indica que el condenado se personó sobre las 9,00 horas del 15 de agosto de 2021 en casa de una de las víctimas y, sin que consten los motivos, entró sin su consentimiento. Una vez dentro, señala que "intencionadamente lo agredió, dándole puñetazos en la cabeza y golpes por distintas zonas del cuerpo", lo que le causó lesiones que requirieron una primera asistencia médica. El tribunal relata que, a continuación, "tras coger un cuchillo de la cocina de la propia casa" y "con la intención de matarlo", se lo clavó en siete ocasiones "afectando a zonas anatómicas de riesgo vital".

Tras ello, apunta que el acusado se dirigió a una vivienda próxima y, tras entrar en ella igualmente sin autorización de su propietario, "disparó con un arma de fuego que portaba en la pierna izquierda a una de sus moradoras, causándole herida por bala con orificio de entrada y no salida en el miembro inferior izquierdo".

"En ese momento comenzó un forcejeo con otro hombre, a quien dio un navajazo a nivel costal izquierdo y retuvo contra su voluntad en el interior del domicilio al hijo de la mujer", añade.

Para retenerlo, precisa que usó un arma de fuego, aunque el menor pudo ser liberado pocas horas después al salir huyendo del lugar el acusado, quién además le agredió intencionadamente con el mismo cuchillo, causándole una herida a nivel costal izquierdo".

La sentencia recoge que cuando los agentes de la Guardia Civil se personaron en el lugar, "empezó a gritar con ánimo de amedrentarles desde el domicilio en donde retenía al menor expresiones como 'los voy a matar a todos, los tengo que matar a todos" y remarca que decía "mientras hablaba con éstos que no le engañasen, que en caso contrario mataba al menor".

Concluye que para ejecutar estos hechos usó un revolver del calibre 22 con en perfecto estado de funcionamiento, aunque carecía de permiso de armas vigente, que previamente había sido sustraído en un municipio de la provincia de Granada.