El Bloc

Hasta los andares

"Aquí no se tira nada por motivos ideológicos, aunque esté pasado de fecha, siempre que pueda enmascararse la ranciedad con una vinagreta andalucista"

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en una foto de archivo
El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, en una foto de archivoEP

La hégira de Juanma Moreno continúa su consolidación en forma de movimiento nacional, en la búsqueda de su fosilización en el poder, con estrategia de montonera: todas partes del cochino blanquiverde alimentan, sin desperdicio alguno, en político ‘aggiornamento’ del dicho: “Del cerdo, hasta los andares”.

Aquí no se tira nada por motivos ideológicos, aunque esté pasado de fecha, siempre que pueda enmascararse la ranciedad con una vinagreta andalucista. Julio Anguita, alcalde prosoviético que fue de Córdoba y último jacobino con escaño en las Cortes hasta que llegó Vox –que ya abraza el autonomismo a medida que va pastando en los presupuestos, eso mismo, autonómicos–, también forma parte del panteón de la Junta del Partido Popular: como Felipe González, de quien sólo falta colgar un retrato en cada consejería a despecho de cierta salida de tono en campaña electoral, cuando dijo que Aznar y el califa comunista eran “la misma mierda”.

¿A cuál de los tres carismáticos líderes nacionales de los noventa no querría parecerse nunca Moreno Bonilla? Está claro que al fundador del PP, y ese abrazo descarado a la política de campanario (mejor un paisano que uno de fuera) garantiza dos cosas: el voto de la población más desinformada, que crece vertiginosamente en número, y el empobrecimiento de un debate que acabará arrastrado por el lodo del esencialismo.

El presidente no es un señor falible, sino una institución a la que preservar de toda mácula: el palo de la bandera, el Hércules del escudo, la viga del Parlamento, un padre de la patria como… Felipe González y Julio Anguita y Pepote Rodríguez de la Borbolla, al que ha ganado por completo para la causa, y Alfonso Guerra y Alejandro Rojas-Marcos y Blas Infante y cualquiera que le entre el traje de flamenca.