Política
«Kichi» contempla «excepcionalidades» para presentarse a las elecciones
El alcalde de Cádiz, pese a que anunció que solo estaría en política dos mandatos, se siente «con fuerzas» para repetir
Me presento, no me presento; me presento, no me presento; me presento, no me presento… Así, con cierta guasa carnavalera, se imagina el gaditano de a pie a su alcalde, José María González «Kichi», cuando faltan poco más de nueve meses, todo un «parto político», para que sean llamados a las urnas para elegir o reelegir a la persona que llevará las riendas de la ciudad en el periodo 2023-2027. Y es que, cuando parecía que la «margarita institucional» de “Kichi” tan solo tenía ocho pétalos, dos mandatos, el carismático alcalde gaditano se muestra dispuesto a sacarse una nueva flor de la chistera y seguir deshojando etapas al frente de San Juan de Dios.
Flor que, cual palancas del FC Barcelona –tan de moda en este mercado futbolístico–, activaría bajo criterios de «excepcionalidad», ya que, como tantos otros hicieron antes –y no cumplieron–, José María González ondeó a los cuatro vientos en 2015 y 2019 la bandera de un código ético firmado ante notario que abogaba por la «transparencia y la no profesionalización de la vida política». O, dicho de otro modo, límite de ocho años al frente de la Alcaldía para hacer bueno eso de que «entendemos la política como un período, una etapa temporal de nuestras vidas, en las que tenemos la enorme responsabilidad y la suerte de servir a la ciudadanía».
Incógnita aún por dilucidar, lo único cierto es que el «mandamiento» de los ocho años, tantas veces profanado en la política municipal nacional, ya no es tal. Certeza que comenzó a difuminarse en 2020, cuando el alcalde, en una entrevista a un medio local, señalaba que, «si la garantía de que esta ciudad mejore es que mi grupo me diga que encabece la lista» lo haría. «Nadie cuestiona que Cádiz estaba experimentando un proceso de recuperación… si no hubiese sido por esta interrupción tan brusca –en relación a la pandemia–, se veía una ciudad que iba floreciendo tras 20 años en la sombra», esgrimía como argumentos para accionar la referida excepcionalidad.
«Esta situación», añadía, «trastoca todos los planes que uno pudiese tener y el alcalde de Cádiz estará donde quieran los gaditanos que esté». «Yo no soy dueño de mí», continuaba, «pertenezco a un proyecto político y me siento entregado en cuerpo y alma a una ciudad, por lo que estaré donde mi ciudad y mis vecinos quieran que esté». Permanencia en la vida municipal, como candidato a la Alcaldía por Adelante Cádiz, que, tras un año largo de moderado silencio, se reavivaba hace unos días tras la publicación en Diario de Cádiz de una información en la que, aludiendo al círculo más íntimo del alcalde, se hacía referencia a la más que posible retirada de la primera trinchera política tanto del propio José María González como de su pareja, la parlamentaria Teresa Rodríguez, que, presuntamente, permanecería al frente de Adelante Andalucía.
Información que no tardó en enfrentar “Kichi”, alimentando la posibilidad contraria. «Hoy se afirma taxativamente que nos vamos de la política institucional tanto Teresa Rodríguez como yo», decía. «Nosotros firmamos un compromiso de limitación a dos mandatos, excepcionalmente tres. Ahí ha estado siempre la horquilla en la que nos hemos movido. ¿Qué es excepcional? ¿Es excepcional que te expulsen ilegalmente de la vida institucional y te hagan desaparecer dos años solo porque el Constitucional camina a paso de tortuga? Parece que sí. ¿Es excepcional que, no siendo más que un vecino de la Viña, contra todo pronóstico acabes con 20 años de gobierno monocolor del todo poderoso PP? Parece que sí. De ahí que nunca haya habido dudas de que no serían nunca más de tres legislaturas y también sobre cuál es el mejor momento para empezar a hacer el relevo». Para añadir que, «comprendo que sea muy jugoso intentar marcar los tiempos de Adelante Cádiz y Adelante Andalucía, pero os aseguro que si hay alguna decisión formal en cualquier sentido no será precisamente el Diario de Cádiz el primero en enterarse y en comunicarlo».
«Todavía no hemos decidido. ¿Que nos lo hemos planteado? Pues claro, pero no hemos tomado esa decisión, que además también será una decisión colectiva, que merece un debate profundo, una reflexión entre toda la asamblea del partido donde evidentemente expondremos nuestros puntos de vista, y una proyección de futuro para que sigamos liderando un proyecto transformador y colectivo, que trasciende los personalismos, y que está más vivo y con más ilusión que nunca», resaltando que «tengo fuerzas de sobra para encarar nuevos mandatos en la Alcaldía si se diera el caso».
Relevo complicado
Así, a la espera de que “Kichi” deshoje la margarita, ya han sonado algunos nombres para, si hiciera falta, tomar el relevo y encabezar el proyecto en las elecciones municipales del año que viene. Nombres como los de David de la Cruz, periodista y asesor del alcalde; Carlos Paradas, actual delegado de Fomento, o Lola Cazalilla, responsable de Fiestas y Cultura. Relevo que, llegado el caso, se antojaría uno de los mayores retos enfrentados por la formación política, sabida la extraordinaria proyección que, aún hoy y con un importante desgaste a su espalda, tiene José María González entre los gaditanos.
Y es que “Kichi”, que irrumpió con fuerza en las municipales de 2015 –ocho concejales; en 2019 obtuvo trece–, forma parte de esos políticos locales como Carlos Diaz (PSOE) o Teófila Martínez (PP) cuyas figuras han logrado eclipsar al propio partido, con lo bueno y lo malo que conlleva. Eso sí, al igual que ya han hecho alcaldables de otros partidos, se podría presentar en 2023 y, pasado un tiempo, entregar el mando a su segundo, amortiguando así el golpe en las urnas.
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