Una casa hecha con 45 millones de conchas

La provincia de Córdoba tiene comarcas y bellos pueblos repletos de historia. Entre otros, hay uno que tiene una merecida fama de pintoresco: Montoro.

Lo de pintoresco no es casual porque así aparece reflejado en el decreto 1230/1969, de 6 de junio, por el que se declara a la ciudad como conjunto histórico-artístico. En el mismo se señala que es "una población andaluza de antiquísima tradición histórica y rico ambiente arquitectónico y artístico", cuyo origen se remonta a la turdetana Epora y que "ofrece gran abundancia de inscripciones y ruinas de las épocas romana y visigótica; sufrió las vicisitudes de la Reconquista, hasta que en mil doscientos treinta y seis es asegurado allí definitivamente el dominio cristiano cuando la toma de Córdoba por San Fernando".

Prosigue señalado que "en siglos sucesivos, adquiere una fisonomía urbana de gran valor pintoresco y artistico" y recuerda que "en el casco viejo de la ciudad, ceñido por el Guadalquivir, se conservan las ruinas del viejo castillo de la Mota, y dentro de su recinto levanta su curiosa arquitectura mudéjar la antigua Iglesia de Santa María".

Por tanto, el valor histórico, monumental y natural, gracias al Parque Natural Sierra de Cardeña-Montoro, está fuera de toda duda. Pero también, la contribución orgullosa de sus vecinos ha hecho que el municipio sume otros atractivos turisticos únicos.

Así, en pleno casco histórico se encuentra una edificación que llama la atención a los turistas y que se ha convertido en un lugar de parada casi obligatoria: la peculiar Casa de las Conchas. Como su nombre indica, esta casa está decorada en su totalidad con conchas provenientes de toda la geografía española.

En total, son más de 45 millones de piezas de este material marino que fueron recogidas e insertadas durante medio centenar de años por D. Francisco del Río Cuenca, vecino de Montoro.