La “Noche del Patrimonio” ilumina la Mezquita-Catedral de Córdoba con una afluencia récord

La Mezquita-Catedral de Córdoba, uno de los monumentos más emblemáticos de España, se ha consolidado a lo largo de los años como un imán para turistas nacionales e internacionales. Su importancia no solo radica en ser un tesoro arquitectónico, sino que también es un testimonio viviente de la confluencia de culturas y religiones que han dejado huella en Andalucía y, por extensión, en toda España.

En este contexto, durante los últimos años, el atractivo de la Mezquita-Catedral ha tomado una nueva dimensión con la implementación de visitas nocturnas. La celebración de la "Noche del Patrimonio", donde se permite el acceso gratuito en un horario extendido hasta las 24:00 horas, es un claro ejemplo de esta tendencia. En la última edición, celebrada el 16 de septiembre, un total de 5.068 visitantes exploraron el monumento de una forma diferente, bajo la luz de la luna.

Desde temprano, se pudo observar en el entorno de la Mezquita-Catedral una considerable fila de personas esperando su turno para la visita. Una vez dentro, el sonido del eco y los murmullos se fusionaron con el aroma del incienso y la historia que impregna cada rincón. Las capillas, naves y patios de la Mezquita-Catedral, en el horario de apertura extraordinaria que se extendió hasta las 24 horas, se llenaron de historias compartidas, de fotos tomadas y de momentos de reflexión.

El Cabildo Catedral, encargado de la gestión y conservación de la Mezquita-Catedral, expresó su satisfacción por la gran acogida que tuvo esta iniciativa, promovida por el grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad. A través de un comunicado, agradecieron a todos los asistentes y destacaron la importancia de este evento que, año tras año, se está consolidando dentro del calendario de actividades culturales de la ciudad.

La “Noche del Patrimonio” no es solo un gesto hacia la comunidad, es un recordatorio del valor incalculable de la historia y la cultura que residen en cada piedra, en cada mosaico y en cada rincón de estos lugares. En Córdoba, esa noche, la Mezquita-Catedral no solo fue un edificio, sino un testigo vivo de la pasión y el interés por el patrimonio que arde en los corazones de sus visitantes.