Sociedad

Enfermeras, policías y educadores, nuevos "vigilantes" de la salud mental

Andalucía forma a trabajadores públicos y a profesionales sanitarios en colegios para que sepan detectar señales de alerta

Una enfermera escolar reparte gel hidroalcohólico en un colegio andaluz
Una enfermera escolar reparte gel hidroalcohólico en un colegio andaluz La Razón

La salud mental ha pasado de ser un tabú a estar en el centro del debate político. La pandemia del Covid y los efectos del confinamiento en el estado de ánimo de la población han sido el detonante. Tras la crisis sanitaria del coronavirus se hizo necesario afrontar la otra pandemia «silenciosa». Ya no era posible taparla. Las consultas en las unidades de Salud Mental se incrementaron un 31% y el consumo de psicofármacos un 30%. A día de hoy, más de un millón de andaluces los consumen de forma habitual. Esta pandemia, además, sí se ceba con los niños. Según Save the Children, las consultas de salud mental infantojuveniles se han triplicado en Andalucía desde el 2019.

El propio presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, reconoció en debate parlamentario que «no se ha prestado la suficiente atención» a este problema después de que el portavoz de Grupo Adelante Andalucía le espetase el incremento de suicidios en la región –en el año 2020, último año del que se disponen registros, se quitaron la vida 793 personas, un 23% más que el año anterior-–y el bajo ratio de psicólogo por habitante. Solo hay 3 por cada 100.000 andaluces, una proporción que está por debajo de la media española, de 6, y muy lejos de la europea, que se sitúa en 18.

«Somos conscientes de la situación y estamos tomando medidas», afirmó el presidente andaluz. De hecho, el abordaje de la Salud Mental es el gran reto de la consejera del ramo, Catalina García. Los esfuerzos están centrados ahora en desarrollar el Plan Estratégico de Salud Mental y Adicciones 2023-2025. Recientemente se aprobó el Comité Directivo, para el desarrollo del mismo, y la mejora de la comunicación entre administraciones. Dentro de los retos del plan destacan «garantizar una atención integral a las personas con problemas de salud mental; fomentar la participación e implicación activa de las administraciones públicas en todas sus políticas y de la sociedad civil en el ámbito de su competencia; impulsar la actividad investigadora y formativa; así como implantar procedimientos actualizados de control sobre humanización y bioética en los servicios de salud mental y adicciones».

Además del incremento de profesionales en las áreas de Salud Mental, desde la Junta ponen el foco en su formación. En el ámbito escolar, el Servicio Andaluz de Salud (SAS) ha iniciado la formación de 200 de las 400 enfermeras escolares que hay en Andalucía para que adquieran las capacidades y habilidades necesarias para integrarse de manera complementaria en el equipo de profesionales que, desde los ámbitos sanitarios y educativos, velan por la detección e intervención precoz en los problemas de salud mental en la población infanto-adolescente. A este respecto, la consejera destacó la importancia del desarrollo de programas encaminados a la promoción, prevención, detección e intervención precoz de problemas de salud mental o pérdida de bienestar emocional en el ámbito escolar debido a que «uno de cada diez escolares, de cualquier edad, padecen una enfermedad mental, además de que la mitad de todos los casos de problemas mentales que se pueden tener a lo largo de la vida empiezan antes de los 14 años».

No solo es necesario formar a profesionales sanitarios para la identificación y abordaje de los problemas de salud mental. También a otros trabajadores que estén en contacto por el público. Y en Cádiz se está poniendo a ello.

Un total de 280 trabajadores municipales, en su mayoría, mujeres del ámbito del Trabajo Social, Psicología, educadoras sociales y agentes de la Policía Local, entre otras categorías. están recibiendo formación para la prevención del suicidio. Se trata del proyecto del proyecto europeo «ImpleMENTA», en funciona en colaboración con la Junta de Andalucía, y para cuya implantación en su fase operativa se eligió a la provincia de Cádiz.

Los objetivos específicos que persigue son la reflexión sobre el potencial preventivo de las actividades generadas desde el ámbito local, el conocimiento de los conceptos básicos sobre el suicidio, el trabajo en torno a los mitos y las señales de riesgo, la generación de trabajo colaborativo entre los diferentes estamentos, la distinción de las diferentes iniciativas de prevención y posvención y la visibilidad de los recursos de la zona.

Hasta el momento se han realizado formaciones, gracias a la colaboración de los ayuntamientos, en La Línea, Algeciras, Barbate, Puerto Real, Cádiz, Chiclana, Conil. En este mes con sesiones en Rota, San Roque, Sanlúcar, Jhabrá erez, Los Barrios y San Fernando.