Fraude de hidrocarburos de Aldama

Entrevista
El presidente de la Diputación de Sevilla, Francisco Javier Fernández (Sevilla, 1972), acaba de superar el ecuador de su primera legislatura. Es el cargo institucional más importante del PSOE en Andalucía. Esta naturaleza de verso libre también le acompaña dentro de su propio partido, donde además de ser fiel a Pedro Sánchez y a María Jesús Montero, no se esconde para asegurar que tiene el suficiente criterio propio para “no estar de acuerdo con todo” lo que sucede en el universo socialista. Le gusta anticiparse, proyectar a largo plazo y sembrar; pero reconoce que a nivel personal no se plantea la vida con tanta antelación. Es el alcalde de La Rinconada, un pueblo que recibe premios por su gestión cultural y donde muchos sevillanos se plantean mudarse por su cercanía a la capital andaluza.
Presidente, acaba de alcanzar el ecuador de su gobierno al frente de la Diputación de Sevilla. ¿Estamos mejor o peor?
Han sido dos años muy intensos, donde posiblemente necesite un poco más de tiempo para poder hacer un análisis más pormenorizado de todas las cosas que hemos hecho. Estoy contento, es verdad que el día a día te lleva, que como no te pares a planificar y saber a dónde vas a llevar el barco esto te come. Creo que todo es mejorable y que se habrán hecho cosas bien y otras mal, de éxito no se puede morir. En líneas generales, estoy contento, creo que conozco mucho mejor de lo que conocía la provincia. Hemos intentado hacer una política diferente y poner en la agenda de los alcaldes cosas que hasta ahora no estaban o se encontraban en un lugar secundario. Se ha conseguido que la Diputación se convierta en una palanca, en un motor de cambio, y que la gente nos sienta como útiles. Sobre todo, hay una cosa muy importante, todo lo que hemos hecho lo podemos explicar y eso significa que está bien construido.
Desde el inicio, una de sus grandes preocupaciones es la vivienda. Habla de ello de una manera obsesiva y asegura que es el principal problema. ¿Cómo se puede solucionar?
Estoy de acuerdo y lo ratifico, pero se pueden hacer muchas cosas. Es la principal preocupación de la gente, no lo digo yo, lo muestran todas las encuestas y estudios. Lo primero es intervenir, no dar por buenos conceptos que me parecen insostenibles. No creo que una vivienda pública pueda venderse por 300.000 ó 360.000 euros como ocurre en Sevilla…
¿Cuántos sevillanos cree que se pueden comprar una casa de VPO de más de 300.000 euros?
No lo sé, pero lo primero que debemos hacer es definir qué es una VPO en el año 2025. A partir de ahí, tienes que empezar a construir los cimientos para hacerla. Una VPO no se puede
vender a ese precio, no es VPO. Llámalo como quieras, pero es un sacrilegio llamarle VPO, que es una vivienda que tiene subvenciones públicas y ese dinero va a aminorar el coste de los jóvenes compradores. Estamos intentando meter en la agenda de los alcaldes el asunto de la vivienda, intentando que no cueste más de 115.000 euros y que el alquiler no supere los 350 euros. ¿Cómo lo hacemos? Pues, por ejemplo, si una vivienda cuesta 150.000 euros en un pueblo, nosotros le daremos 50.000 euros a cada Ayuntamiento por cada VPO que construya, además del 50% por cada VPO en alquiler. Lo importante es sacar de la mercancía, del mercado libre, el concepto de vivienda pública. Si eliminas el beneficio industrial de la ecuación se puede lograr. Otra manera es que las administraciones entiendan que deben construir viviendas como si fueran colegios, centros de salud o parques públicos. En nuestra agenda está prevista la inversión de 100 millones de euros para esto que digo, con lo que se demuestra que se puede lograr.
Otro gran problema, lo acabamos de sufrir con la rotura de la tubería del Hueznar, es el del agua. No sólo por la falta de recursos, sino por las infraestructuras deterioradas...
Mire, la gente que sabe de esto dice que los problemas de agua debemos resolverlos no cuando te falta sino cuando tienes suficiente. Afortunadamente, tenemos los pantanos en una posición razonable para afrontar el futuro. En el caso del Hueznar, nos enfrentamos a una situación compleja, porque se trata de una única tubería. Así, un problema que se encuentra en Tocina te afecta a Los Molares o a El Cuervo. Es un sistema de casi 200 kilómetros de agua, pero muy solidario. Es público 100% y es el gran valor que tiene el agua en Sevilla. Nunca tuvimos la osadía de vender el agua, por lo que eso es una garantía. Nuestro primer objetivo es que todos los pueblos estén adscritos a un sistema de agua y luego a sumar y aunarlos. Vamos a pedirle a la Junta, mediante el canon de infraestructuras, que invierta para que no vuelva a suceder algo así. El final es que debe haber agua de calidad, solidaria y que una persona en Pedrera o Alanís tenga un agua de la misma calidad que en el centro de Sevilla.
Hace unos días acaba de firmar un acuerdo con Telefónica para romper la brecha digital en municipios de menos de 3.500 habitantes. ¿Cree que además de una apuesta por la tecnología esa medida sirve para acabar con la despoblación?
La única manera de acabar con la despoblación es dotando a todos los territorios de la provincia de un nivel razonable de servicios públicos. Es imposible que la gente se quede y si la Junta no garantiza médicos, maestros, transporte público o carretas, es muy complicado seguir viviendo en los pueblos. A ello añadimos el tema de la digitalización, que gracias a varias iniciativas del Estado nos permite tener una conectividad del 96%, similar a la de Londres o Berlín. Eso es fundamental para la llegada de nómadas digitales o para empresas que desean buenas conexiones.
La media de edad de la provincia es 41 años. Aunque en la capital el crecimiento vegetativo es negativo, en la provincia de momento es positivo, pero la realidad es que nacen menos de los que mueren. El único reemplazo es la emigración. ¿Está de acuerdo?
En la capital la población está estancada y no llegamos a los 700.000 habitantes porque la vivienda es prohibitiva. Nadie de fuera viene a la capital y la gente de Sevilla busca sitio en el área metropolitana, que es más asequible. También le sucede lo mismo a la doble corona metropolitana, con lo que la circunvalación de la capital es la que verdaderamente crece. Nadie entiende que la inmigración no cumple un papel fundamental para el empleo y el sostenimiento de la Seguridad Social. Es un debate absolutamente mediático y político, que se tiene sobre todo por la derecha y la ultraderecha. Vende decir que los inmigrantes llegan para quitarnos el trabajo, pero luego sectores proclives a la derecha te señalan que a nadie se le ocurra promulgar una ley contra los inmigrantes.
La última vez que le entrevisté (en enero de 2024) hablamos del puente de la SE-40. Un proyecto que según sus palabras es el “más rápido y asequible”. El Gobierno dice que las obras arrancarán en enero del año que viene. ¿Sigue pensando lo mismo?
Mire, lo más importante de la política es la determinación. No hay cosa que me duela más que la parálisis por el análisis y no perdemos en debates que no llevan a nada. Me encantan las obras de la SE-40, que durante siete años del Gobierno del PP estaban en un cajón, y hoy se han puesto en marcha, me parecen importantísimas. No me importa si empieza un año más o menos tarde, creo que en la actualidad, en Sevilla, nos encontramos infraestructuras en obras gracias al Gobierno de España. En Sevilla sólo hay metro cuando gobierna el PSOE en España: en época de José Luis Rodríguez Zapatero con la línea 1 y ahora estamos con la línea 3, donde si no se hubieran puesto los 650 millones de euros no se hubiera hecho nada. Hay determinación en acabar la SE-40, los 77 kilómetros, y se está ampliando el puente del Quinto Centenario, más allá de lo que sucede alrededor con los casos que todos conocemos. Se está ejecutando una obra muy compleja y si alguien ha hecho algo que lo pague, pero no se puede olvidar que supondrá un revulsivo para Sevilla. Me gustaría que hubiera otras obras también en la agenda de otros gobiernos que permitieran poder complementar políticas. Hablo del programa “Sevilla de 10”, del que la Junta aún no ha dado ninguna respuesta…
¿Sigue pensando que la Junta de Andalucía no se comporta bien con la provincia de Sevilla?
Sí, totalmente. Creo que hay muchos frentes abiertos y muy pocas respuestas. La Junta no tiene ni un solo proyecto con determinación para Sevilla. No se está haciendo lo suficiente en materia de carreteras, ni en transporte público, materia sanitaria o en educación para mejorar los datos del Informe Pisa, aprovechando la bajada de natalidad…No estamos en la prioridad y gran parte del tiempo la dedican, junto con el Ayuntamiento de Sevilla, a una confrontación estéril con el Gobierno de España. Sé que el alcalde quiere aplicar la tasa turística, pero no le dejan en San Telmo, lo que supondría 20 millones de euros para invertir en la ciudad. Para sacarla adelante me tiene a su lado.
¿Está de acuerdo con que Sevilla cuente con la necesidad de reclamar una Ley de Capitalidad?
Mire, no lo digo yo ni es una obsesión de los sevillanos, es que el Estatuto de Autonomía, el original y el reformado, recoge que la capital de Andalucía es Sevilla. No sólo por la capitalidad, es que somos el 25% de la población de la comunidad y contamos con la centralidad de soportar todos los servicios públicos que gestionan Andalucía. No se ha vuelto a saber nada de esto desde que Antonio Muñoz dejó la Alcaldía, pero el actual alcalde mantiene un pulso constante cuando compañeros suyos, que son también alcaldes de capitales de provincia, se llevan fenomenalmente bien con el Gobierno. No lo entiendo, pero también me tiene a su lado para ayudarle en esto.
Bueno, el alcalde de Sevilla le manda cartas en catalán al ministro Óscar Puente, que le responde que el problema lo tiene José Luis Sanz y que le pregunte a la alcaldesa de Granada, Marifrán Carazo, qué relación tiene con el Ministerio. Ya que se ofrece a ayudar, ¿Usted no podría echar una manita con una cumbre bilateral en La Rinconada, que es terreno neutral?
(Risas) Le he dicho que le apoyo por la tasa turística, luego tengo profundas diferencias porque creo que el alcalde de Sevilla mira por encima del hombro a la provincia. Tengo esa sensación, pero debemos ser complementarios. Tiene que haber un proyecto para los dos millones de sevillanos del área metropolitana, que no es algo que nos hayamos inventado. No me parece lógico lo que sucede en Fitur, lo del Mercado de la Puerta de la Carne, que no haya un proyecto de vivienda pública para los jóvenes. Yo lo que sí le recomiendo es que abandone lo de las cartas en catalán, porque estar quejándose todo el tiempo sólo afecta a la ciudad. Cuando no hay lealtad institucional el que pierde es el sevillano.
Hablemos de Aerópolis en La Rinconada, un espacio clave para la provincia ¿Por dónde van a ir los próximos años de ese lugar tan singular?
En estos momentos está colmatado y hay unos 5.000 trabajadores en torno a 30 empresas. El sector nos dice desde hace mucho tiempo que si no actuamos rápido tendremos varios problemas. Uno de ellos es que las empresas ubicadas allí no podrán crecer y también puede suceder que no se puedan instalar otras que quieran invertir allí. Llevo años diciéndole a la Junta que debe de ampliar el parque. Nos encontramos con un problema añadido, que esa concentración que tanto positivo ha traído acabe en una descentralización motivada por no haber hecho los deberes. Creo que ese impulso debe ser público, lo que no significa que yo no crea en la colaboración público privada. Por eso, respecto a la ampliación de la nueva ciudad aeroespacial que ha planteado el Ayuntamiento, me gustaría saber quién está detrás porque tengo la sensación de que existen intereses privados ocultos. Creo que la Junta no es consciente de la necesidad de ampliar Aerópolis para aprovechar el crecimiento de la industria de la defensa. Hay que tener luces largas, porque queremos saber qué será nuestra sociedad dentro de veinte años, pero eso hay que decidirlo hoy.
Los ciudadanos se quejan ya de los efectos del turismo, pero se siguen anunciando más y más hoteles. ¿Cree que estamos en una situación de tope o piensa que aún existe márgen para ampliar la oferta de alojamiento?
Vamos a ver, creo que el turismo es bueno. Crea riqueza económica y patrimonial. Que Sevilla esté en el escaparate mundial es positivo para todos y además pienso que los debates no pueden caer en la turismofobia. Debatimos con madurez, pero no perdemos la hospitalidad que nos caracteriza. Eso no significa que haya crítica: tasa turística, limitación de pisos turísticos, pero de verdad, y pensar cuál es el límite. Se encuentra en la calidad de los servicios para turistas y ciudadanos. Ahora bien, la única manera que tenemos de ensanchar el turismo en Sevilla es con la provincia. No debemos seguir dimensionando el sector, pero tampoco limitarlo únicamente a los turistas de lujo, creo en la igualdad en general y todos tienen derecho a visitarnos.
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