Opinión/ "Méritos e infamias"

Gallitos en el escaño

"La irrupción de Podemos y Vox en la vida de los españoles sólo ha servido para polarizar a la sociedad, crear bandos y enfrentar a la gente"

Agresión en el Pleno de Madrid: Ortega Smith lanza una lata a un concejal de Más Madrid
Agresión en el Pleno de Madrid: Ortega Smith lanza una lata a un concejal de Más Madrid La Razón

De vez en cuando, sobre todo en los buenos tiempos del Telediario a la hora del almuerzo, salían los diputados de un parlamento taiwanés, malayo o daba igual el sitio, dándose mamporros en los escaños. Nosotros nos reíamos porque algo de gracia tenía ver a los «chinos» pegarse entre chillidos y llantos, como si aquello fuera el salto de la reja pero con almonteños de ojitos rasgados. Los mismos que le ponía Juanito Valderrama a Dolores Abril en sus famosas peleas en broma, que viene al caso. Luego la moda se extendió a las repúblicas ex soviéticas y entraron en liza señoronas rubias y bien plantadas que lanzaban tortas y vasos de agua a sus contrincantes. En el África negra también las hubo, pero aquí son más serias y las piñas duelen de verdad. No es lo mismo el tortazo de «shino» que el mamporro que te puede pegar el director general de desarrollo de Cabinda, que con sólo verlo de lejos te entra un llanto que ni cuando sales de Hacienda en mayo. Aquí somos muy cagones y decimos las cosas por lo bajini y las que son mentiras en la tribuna, porque cuando acaba la función todo el mundo es bueno y a tomarse una cañita en la cantina. Y me parece muy bien y además es lo que hay que hacer. En Andalucía, lo que más se recuerda son las carcajadas y los jipíos de sus señorías en aquel Pleno del descojone general que presidía Diego Valderas. Bendito sea Dios, ya digo. En general buen rollo y se acabó, pero la irrupción de Podemos y Vox en la vida de los españoles sólo ha servido para polarizar a la sociedad, crear bandos y enfrentar a la gente que no tiene nada contra el vecino hasta que le llega la ponzoña. Siempre visualizo a la serpiente soltando su veneno en el agua que has de beber, siempre siento asco ante la violencia, repulsión y no me dan ganas de reír. Hasta que uno no se caga la mierda no le huele.