
Política andaluza
El «nuevo» PSOE-A fija estrategia: acabar con la imagen «moderada» de Moreno
El Partido Socialista llega a comparar al presidente de la Junta con Donald Trump

El «nuevo» PSOE-A de María Jesús Montero ya ha fijado su estrategia: tratar de acabar con la imagen moderada de Juanma Moreno. La semana que viene arranca un nuevo periodo de sesiones en el Parlamento andaluz y la consigna pasa por embarrar el patio más de lo que hizo Juan Espadas (tildado de «blando» internamente) y elevar el tono del discurso para vincular los postulados del Gobierno andaluz a la extrema derecha. La táctica del miedo de siempre pero con un vocabulario mucho más abrupto. Ayer mismo, la portavoz socialista Ángeles Férriz comparaba al presidente de la Junta con Donald Trump y desde las redes sociales se aseguraba que «a este paso» el PP adelantará «por la derecha a vuestros compañeros de Vox».
La acción política socialista se centrará en desprestigiar los servicios públicos, sin temor a realizar afirmaciones como que «el gobierno de Moreno Bonilla de falta de decencia política». Ayer se reactivó la actividad parlamentaria con las primeras reuniones de la Junta de Portavoces y de la Mesa. En el primer Pleno del año, previsto para el 5 de febrero, el Grupo Socialista ha solicitado una petición de comparecencia –como el resto de la oposición– de la consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, para informar sobre el relevo en la Intervención General de la Junta y sobre «diversos ceses en el cuerpo superior y técnico de Intervención y Auditoría» de la Junta. La sesión plenaria incluirá una interpelación del Grupo Socialista relativa a política general en materia de sanidad, preguntará al presidente por el funcionamiento de los servicios públicos y se presentará una proposición no de ley sobre medidas urgentes para resolver las dificultades en el acceso a la vivienda en Andalucía. En definitiva, una visión catastrofista de la comunidad que solo la salva Pedro Sánchez.
«Nunca creyeron en nuestra capacidad de autogobierno. Aquí tenemos una Junta que solo habla de Andalucía para confrontar y apuntarse lo que no le corresponde. El PP-A no ha contribuido en nada a las cifras de crecimiento. La derecha defiende los intereses de unos pocos gobierne donde gobierne», espetaba ayer María Jesús Montero en Gibraleón (Huelva).
«Han desmantelado el sistema sanitario; hay 2.000 aulas públicas menos; volvemos al pasado: el que tiene dinero puede estudiar», aseguró Montero, recuperando un discurso de la postguerra y que no responde a la realidad social de la Andalucía que vota mayoritariamente al PP.
Pese a que la vicepresidenta del Gobierno y secretaria general del PSOE-A tiene que dar explicaciones casi a diario sobre el «caso Koldo» y se reafirma en poner «la mano en el fuego» por su director de gabinete, desde la sede andaluza se asegura que la nueva lideresa «quita el sueño» a Juanma Moreno. La propia Montero aseguró ayer que hay una campaña del PP para «intentar dañar su imagen» mediante «ataques personales», sobre todo de su trayectoria política y tratar de generar «crispación». «El señor Moreno Bonilla a lo que se tiene que dedicar es a gobernar Andalucía», dijo, al tiempo que le recriminó una vez más que no tenga ninguna ambición de «autogobierno» y que «no puede permanentemente confrontar con el Gobierno de España». A su juicio, «tiene un problema grave y es que no tiene proyecto para Andalucía y se dedica a agredir al contrario. Esos son los malos jugadores».
La portavoz Férriz comparó al presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, con Juanma Moreno, recordando los funcionarios de Justicia que investigaron a Trump con los interventores de la Junta de Andalucía, para concluir que ambos mandatarios persiguen el mismo propósito: «No quieren testigos incómodos», dijo, tras argumentar que la marcha de la máxima responsable de la Intervención General y de cinco responsables de divisiones de este organismo de fiscalización interna se trata de «funcionarios públicos cuyo único delito ha sido poner en un papel, en un informe, la corrupción sanitaria en el gobierno de Moreno Bonilla». La medida que ha tomado Moreno Bonilla es propia de otra cacería política: cargarse la gente que descubre la porquería, le molestan los testigos incómodos y lo que hace es cargárselos», señaló.
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