
Política
"Operación Montero": De partido hegemónico andaluz a tratar de salvar el suelo del PSOE
La número 2 de Ferraz y vicepresidenta del Gobierno, ante la fortaleza de Moreno, es enviada por Pedro Sánchez para retener a los votantes del partido e intentar mantener el poder en La Moncloa

Desde el 2 de diciembre de 2018 a esta parte, el PSOE-A ha deambulado por todos los estados del duelo. De la negación inicial, se pasó a la ira, la negociación, la depresión –coincidiendo además con Juan Espadas como candidato– y la aceptación, con la llegada de la número 2 de Ferraz y vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, a la secretaría general. Pedro Sánchez manda a su alfil con mayores opciones al otrora granero de votos andaluz con el fin último no de romper la consistencia de Juanma Moreno sino de frenar la sangría de votos que puede dejarlo fuera de La Moncloa. El envite de la «operación Montero» es claro: salvar el suelo electoral del PSOE-A.
Desde 2018, los socialistas andaluces han sufrido cuatro derrotas electorales en la región. En las últimas elecciones celebradas en Andalucía, las europeas, Espadas se parapetó en el caso de la mujer del presidente del Gobierno, las reformas de Pedro Sánchez como la ley de amnistía y la abstención, apelando a «una diferencia de 166.000 votos» y a que «un partido que no existía –Se Acabó la Fiesta– obtuvo 180.000». El 9-J, con unas elecciones europeas marcadas de nuevo por la falta de participación y el voto a lo Chikilicuatre a Alvise Pérez, de las redes a las urnas, desembocó en tres festejos –PP, Vox y Se Acabó la Fiesta– y tres sepelios –Podemos, que ya estaba políticamente muerto; IU/Sumar; y el PSOE-A–. Juanma Moreno se ha presentado a 14 elecciones desde que lo hicieron líder del PP-A, ha perdido nueve y ha ganado cinco, la primera de ellas con Rajoy y las cuatro últimas consecutivas cabalgando ya sobre el «efecto Moreno». También cabe recordar que conquistó San Telmo con el peor resultado del PP en la comunidad, tras pactar con Cs y con el inicial apoyo parlamentario de Vox .
Con Montero, en Andalucía ya no servirá el argumentario del relato de que el PSOE con Pedro Sánchez a la cabeza ha logrado parar «lo que en otros países de la UE no ha sido posible». El PSOE perdió en las últimas elecciones celebradas 612.778 votos, un 8,37%, en Andalucía, pero entonces Espadas defendió que «el 18% del voto del PSOE de España» radicaba en la comunidad, «fundamental para poder resistir el triunfo de calle que daba por hecho el PP». «Por población aportamos el 18% y el 32,2% (regional) sólo lo superan Extremadura y Asturias», alegó el hasta ahora líder del PSOE-A . La sustitución del propio Espadas demuestra que este relato no convencía ni al mismo PSOE, pese a que se obtuvo un 32,2% de votos, «dos puntos por encima del total del PSOE en España» y «un dato similar» al de las generales del 23 de julio de 2023. Teniendo en cuenta la caída de la participación fue una diferencia de 166.000 votos respecto al PP, indicó. Espadas apeló entonces a un suelo «sólido para competir, que no es suficiente» y que, en vista de los sondeos, Ferraz no quiere ahondar aún más para tratar de salvar La Moncloa. La participación en los últimos comicios en Andalucía fue del 45,3% frente al 49% nacional. La caída fue más notoria en «zonas rurales y barrios de renta media y baja de zonas urbanas, lo que perjudica al PSOE».
La sentencia, en toda su polisemia, de Espadas tras las últimas municipales encierra en parte los motivos de su relevo y la clave del último ciclo electoral en Andalucía: «Hay que normalizar las derrotas en el PSOE-A. Gobernamos durante 37 años y el PP perdió elecciones durante 37 años». Los estudios sociológicos recogen un giro a la derecha del electorado en Andalucía, imponiéndose en cuatro de las últimas cinco elecciones en la región.
En las municipales del 28-M de 2023, el PSOE-A obtuvo en la región 1.301.405 votos, esto es, el 33,34%. Con Andalucía se quedó en 253.054 sufragios, el 6,48%; y Para La Gente, 62.000 redondeando, el 1,59%. En total, la izquierda se quedó en el 41% de los votos. Por su parte, el PP-A llegó a 1.486.796 apoyos, el 38,09%. Vox alcanzó 265.574 sufragios, el 6,8%; y Cs algo más de 50.000, el 1,32% del electorado. Los partidos de derechas obtuvieron el 47% de los sufragios.
En las autonómicas del 19 de junio de 2021, el voto a las fuerzas conservadoras fue aún mayor: el PP obtuvo 1.589.272 votos, el 43,11%; Vox, casi 500.000, el 13,47%; y Cs, 121.000, el 3,3%. Las fuerzas de derecha alcanzaron un apoyo cercano al 60%, 13 puntos más que las izquierdas. El 19-J el PSOE-A logró 888.325 votos, el 24,10%; Por Andalucía, 284.000, el 7,7%; y Adelante Andalucía, 169.000, el 4,58%. Las tres formaciones representaron al 36,38% del electorado.
En las municipales del año 2019, el PSOE-A logró casi el 37% de los votos, con cerca de 1.435.000 sufragios; Adelante, 303.000, el 7,81%; IU, un 2,96%; y Podemos, el 1,25%. Las izquierdas sumaron el 49,02% de los sufragios.
En las elecciones locales de 2019, el PP logró el 27,11% de los votos, casi 1.435.000; Cs, el 8,43%, 328.000; y Vox, el 4,34%, 170.000. Entre los tres partidos de las derechas sumaron el 39,88%, a diez puntos entonces de las izquierdas.
Las autonómicas de 2018 marcaron el principio del ciclo ganador de la derecha en Andalucía, con la salvedad de las posteriores municipales. El 2-D se corroboró el giro de la comunidad tras más de 36 años de gobiernos socialistas en la Junta. El PP-A logró 751.000 votos, el 20,75%, Cs alcanzó 661.000, el 18,28%; y Vox, casi 400.000 sufragios, cerca del 11%. Las tres fuerzas de derecha sumaron el 50,03%.
El PSOE-A perdió 400.000 votos en las autonómicas de 2018 y se quedó en casi 1.011.000, cerca del 28%; y Adelante sacó 585.000 sufragios, el 16,19%. Entre las dos fuerzas de izquierda lograron el 44,19%. La pérdida del electorado andaluz supera ya el medio millón computando el techo histórico de los más dos millones de votos y 43 escaños que obtuvo el PSOE de Felipe González en 1982 en Andalucía respecto al 1.467.000 sufragios y 21 diputados de Pedro Sánchez en 2023.
El giro a la derecha de Andalucía es una tendencia. La encuesta del Centra sobre «Identidad andaluza» recoge que el 28,9% de los andaluces considera al PP el partido por el que «siente más simpatía o lo considera más cercano a sus propias ideas», seguido del PSOE con un 15,1%. La serie histórica del CIS desde 1999 evidencia una derechización del electorado en general. En 2022, Moreno directamente pidió el voto para el votante desencantado con el «sanchismo». Los últimos sondeos señalan que el PP de Juanma Moreno se iría a los 57-59 diputados, con el 43,5% de los apoyos, por los 58 que sacó en las elecciones de junio de 2022. El PSOE caería hasta los 26-27, con el 21,4% de los votos, cuando en los comicios de hace dos años se quedó en 30. Andalucía es un territorio clave tanto a escala autonómica como estatal, donde se ponen en juego 61 diputados del Congreso en las elecciones generales. Para Ferraz es fundamental un gran respaldo andaluz, una vez lograda una mayoría socialista en Cataluña.
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