Medioambiente
Las playas de Cádiz se inundan de atunes muertos y los ecologistas dan la voz de alarma
"No damos abasto, lo mismo retiramos 60 peces muertos que cientos de petacas", denuncian desde el Ayuntamiento de Tarifa
Cádiz es uno de los destinos preferidos tanto por turistas nacionales como extranjeros como destino estival. Sus largas y paradisiacas playas, sus puestas de sol y su rica gastronomía convierten a la provincia gaditana en un destino perfecto para las vacaciones de verano.
Sin embargo, su litoral no está luciendo como debería debido a un grave problema medioambiental: la multitud de atunes muertos que se recogen cada día a orillas de las playas de Tarifa, Conil y Zahara de los Atunes.
El segundo teniente de alcalde de Tarifa, Nacho Trujillo, en una entrevista un medio local, advierte que no dan "abasto" en las playas: "Lo mismo retiramos 60 atunes muertos que cientos de petacas vacías que suministran a las narcolanchas".
El motivo, según señalan los ecologistas, es el descarte de los atunes que se pescan y no son aptos para ser vendidos. Hay que tener en cuenta que hay un cupo límite de atunes que se pueden pescar, así que aquellos que no presentan las condiciones idóneas en muchas ocasiones se desechan.
Los ecologistas han pedido que se tomen medidas en diversas ocasiones contra esta práctica. Los últimos han sido Verdes de Europa-Tarifa, que han presentado una propuesta a la Dirección General de Pesca Sostenible para la creación de una normativa que contemple incorporación de buzos observadores como inspectores en las almadrabas andaluzas.
Ecologistas en Acción denunció en 2022 que "en las actuales almadrabas, en muchas ocasiones ya no realizan la levantá o la saca de los atunes que han caído en las redes desde un círculo de barcos atuneros. Ahora desde la red de la almadraba son conducidos por buzos a través de otra red en forma de tubo hasta una jaula de engorde donde pueden permanecer meses hasta que engordan y ser vendidos oportunamente. También los buzos los capturan para la venta inmediata".
Sin embargo, esgrimían que, a veces, "en las redes hay accidentes, heridos, temporales y turbideces en el mar, etcétera, que hace que algunos atunes segreguen determinadas toxinas (histaminas), que se hieran o mutilen, hechos que dificulta su venta. A veces, simplemente mueren y otras veces se les hace desaparecer y son enviados al fondo del mar para que no cuenten dentro del cupo de pesca permitido".
"Estos atunes muertos no se cuentan, en efecto, en el cupo de pesca permitido por la Comisión Europea pero son atunes que mueren", señalaban. "Las almadrabas solo presentan los capturados, pero hay otros que por estar heridos, dañados y mutilados no se venden bien y por ello son enviados al fondo del mar; luego, algunos aparecen por las playas".